El 1 de enero comenzó el proyecto beAWARE, una acción innovadora del Programa H2020 de la Unión Europea en que participa del grupo de investigación en Tratamiento Automático del Lenguaje Natural (TALN), con Leo Wanner,  profesor de investigación ICREA del Departamento de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (DTIC) de la UPF, de investigador principal,   conjuntamente con nueve socios más que estarán coordinados por el Centro de Investigación y Tecnología Hellas (CERTH) de Grecia y que se llevará a cabo en los próximos tres años.

Frente una emergencia producida por un desastre natural o una situación de crisis, el principal enemigo es el tiempo a intervenir, por lo que es fundamental disponer de una buena información sobre el alcance, la magnitud y la impacto de la catástrofe para orquestar una respuesta efectiva al incidente.

El objetivo principal de beAWARE es proporcionar apoyo en todas las fases de que consta una situación de emergencia. Más concretamente, se propone una solución integrada para apoyar la previsión, la alerta temprana, la transmisión y la conducción de los datos de emergencia, análisis conjunto de los datos multimodales y la gestión de la coordinación entre los primeros en responder y las autoridades pertinentes.

Precisamente, la tarea asignada a los miembros del TALN dentro del proyecto es desarrollar tecnologías de procesamiento de lenguaje natural, tanto para el suministro de información como para la comunicación efectiva entre los agentes involucrados, las autoridades, los primeros en responder y las personas que están afectadas por el incidente.

El contexto general en el que se inscribe la razón de ser del proyecto es el dominio de la situación de emergencia, el mando y el control efectivo. El propósito general del proyecto es hacer más efectivas plataformas y metodologías que ya se están utilizando en la gestión y la predicción de desastres. Una primera fase es la previsión en la que se deben considerar los preparativos y prever situaciones extremas. Una vez el desastre o la situación de crisis se ha establecido, una segunda fase es la observación en que tan pronto como sea posible se debe poder hacer una cuidadosa evaluación del hecho para determinar su alcance, la distribución geográfica y la magnitud del incidente. Es crucial tener un buen conocimiento sobre qué ha pasado, cuál es la situación actual, y cuáles serán las consecuencias del incidente. Le sigue una tercera fase, la de orientación en que con la información y evaluación disponibles se deben planificar y coordinar las actuaciones más eficientes posibles de acuerdo con los recursos disponibles. La última fase es la ejecutiva, la decisión que se traduce en la acción concreta dadas las circunstancias.

Consorcio: