La Pompeu Fabra es una universidad pública que ha tenido un recorrido espectacular y exponencial desde su creación en 1990. Somos una universidad arraigada en la ciudad de Barcelona, altamente competitiva en investigación y con vocación de transformación educativa. Hemos conseguido una buena posición en Cataluña, en España y a nivel internacional; así lo reflejan los rankings. Esto ha sido posible gracias a la determinación y una fuerte implicación de todos los equipos de gobierno y de todos los trabajadores.

Somos una universidad arraigada en la ciudad de Barcelona, altamente competitiva en investigación y con vocación de transformación educativa. Hemos conseguido una buena posición en Cataluña, en España y a nivel internacional

No obstante, actualmente nos encontramos en un contexto de fuerte evolución, en un momento único, del que destacaría tres elementos clave. Primero, tenemos una coincidencia de cambios legislativos del sistema de educación superior y de investigación en Cataluña; segundo, estamos al inicio de una renovación generacional masiva del profesorado universitario; y tercero, estamos a las puertas de un cambio de paradigma en la educación superior a nivel global, donde la formación a lo largo de la vida tomará más importancia y la oferta en formación está creciendo. Se nos presenta, pues, una oportunidad única para no levantar el pie del acelerador, renovarnos, ser valientes y aprovechar la oportunidad del cambio para hacer mejor el sistema de conocimiento. Por eso, necesitaremos el impulso y la complicidad del Gobierno catalán (de los líderes políticos, y de los equipos técnicos y administrativos), así como de los máximos responsables de las Universidades y Centros de investigación. En este sentido, es importante no dejarse arrastrar por las inercias -que acostumbran a ser resistentes a los cambios- ni tampoco ceder a la tentación homogeneizadora del sistema. Los cambios legislativos son una buena oportunidad. Tenemos que trabajar para no derrocharla.

Los proyectos son muchos, nuevos y hay otros que ya estaban en marcha, pero también soy consciente de las limitaciones de tiempos, de fuerzas y de financiación que tenemos. Aparte de continuar impulsando la investigación y la transferencia de conocimiento, al menos, me gustaría que mi equipo dejara una impronta en diferentes retos que tenemos actualmente.

Reformar y renovar los estatutos de la UPF es uno de ellos. Como ya he mencionado, tenemos que aprovechar que estamos en un momento único de cambios legislativos del sistema universitario y de investigación en Cataluña. Se nos presenta una gran oportunidad al tener que renovar nuestros estatutos y reglamentos para convertir la UPF en una universidad mucho más flexible, que incentive la innovación y que mantenga su singularidad dentro del sistema catalán.

Impulsar el proceso de digitalización, transformación y modernización organizativa de la Universidad también está sobre la mesa. Primero tenemos que hacer un análisis riguroso de los procesos que llevan a cabo los diversos servicios para tener una visión fiable de cargas de trabajo y áreas de mejora. El objetivo es mejorar en la gestión de los procesos, que en muchos casos pasa por una digitalización que nos permita ser más eficientes y, en otras, para ganar en simplificación administrativa.

Un tercer reto es la consolidación de nuestras políticas de captación y retención de talento, teniendo en cuenta, entre otros, la renovación generacional de los profesores y del personal de administración y servicios. La UPF se encuentra en el inicio de una renovación generacional muy notable de sus profesores y aquí tenemos una oportunidad para consolidar nuestro sistema de captación y retención de talento, que se basa en el programa Tenure-Track. Por otro lado, con el relevo del personal de administración y servicios tenemos la oportunidad de renovar perfiles profesionales que actualmente son esenciales para la universidad, por ejemplo relacionados con la internacionalización, la captación de recursos o las competencias digitales.

Actuar proactivamente con el cambio de paradigma en la educación superior que ya se está produciendo, especialmente en aquello en lo referente a la transformación educativa y a la formación continuada en la Universidad es otro reto. La UPF tiene que desplegar todos sus instrumentos estratégicos y mirar de adelantarse a este desafío. Por otro lado, tenemos que continuar trabajando en la transformación educativa para adaptarla a los nuevos tiempos y poder ser competitivos con el sistema universitario, que también está cambiando.

Liderar un proceso de revisión de los mecanismos y procedimientos de que dispone la UPF para canalizar y resolver casos que puedan afectar el bienestar de las personas, con el objetivo de identificar posibles aspectos de mejora. Este es un reto en el cual ya estamos trabajando... Es evidente que lo mejor seria que hubiera buenas políticas preventivas y de formación porque no se produjeran casos abusivos de ningún tipo y en esto también nos centraremos.

Si conseguimos avanzar con estos temas, querrá decir que mi equipo ha funcionado!

Cataluña necesita tener un sistema de Universidades donde podamos incentivar la diversificación del sistema del conocimiento, ser flexibles y defender nuestra autonomía.

Por eso, es urgente contar una dotación presupuestaria actualizada. Desde el 2009 hasta ahora la financiación para las universidades se ha reducido un 20%. A pesar de que en los presupuestos de la Generalitat de este año ya hay un aumento de recursos, todavía estamos en los niveles de hace 15 años. Además, es clave permitir unos criterios de financiación con rendición de cuentas que reflejen más un modelo de universidad o, al menos, tengan en cuenta diferentes indicadores: indicadores de docencia (número de créditos matriculados, nivel y tiempo de empleabilidad de los graduados, etc.) e indicadores de investigación y transferencia (publicaciones, innovación, financiación competitiva, etc.).

Es clave permitir unos criterios de financiación con rendición de cuentas que reflejen más un modelo de universidad

Por otro lado, Cataluña ha sido pionera y ejemplar en varias políticas en cuanto a la atracción y contratación de profesorado, y tenemos que influir para que lo continúe siendo también en el momento actual, con todos los cambios legislativos que vienen. La Ley de la Ciencia de Cataluña dota el país de un programa de fomento de la investigación universitaria que puede usarse para incentivar tanto la investigación, como la transferencia de conocimiento, como mejores formas de gobernanza. Que se nos permita dar incentivos para competir a nivel internacional y proteger y fomentar métodos de contratación con programas concretos. También que la promoción, la evaluación y el reconocimiento del profesorado tengan en cuenta todas sus actividades, incluidas las de transferencia.

Finalmente, necesitamos que la reglamentación sea mínima, que se articulen mecanismos que refuercen la autonomía de las universidades. Y, a la vez, que haya una rendición de cuentas clara, exigente y con consecuencias para aquellas universidades que no hayan actuado responsablemente con lo que habían dicho que querían hacer y para lo que habían pedido recursos.

Los retos son varios y se tiene que trabajar en diferentes niveles, teniendo en cuenta que dependemos del músculo económico, los recursos humanos y el marco legislativo que tenemos.

Es importante captar y retener estudiantes de grado internacionales y, por lo tanto, tenemos que hacer lobismo político para cambiar un marco normativo y legal que es estricto. También hay que trabajar para las dobles titulaciones internacionales, potenciar el servicio de acogida y trabajar con el aprendizaje de lenguas, entre otros. Aun así, nos conviene fomentar y consolidar una experiencia de movilidad emisora de alta calidad -vía Erasmus o EUTOPIA, por ejemplo-, así como potenciar programas de estancia de profesores e investigadores visitantes a la UPF.

Por otro lado, tenemos que apoyar tanto las relaciones estratégicas, ya sea a través de colaboraciones bilaterales con universidades o entidades de otros países, como aprovechar los consorcios internacionales en los que participamos actualmente, como EUTOPIA o The Guild, para hacer acciones que nos interesen. Tenemos que mejorar la comunicación hacia el exterior, la proyección internacional y el marketing de la UPF.

Y, finalmente pero no menos importante, continuaremos trabajando en la construcción de una red de alumni UPF que sea consistente y útil tanto a nivel individual como colectivo, para nuestros antiguos alumnos, para la captación del mejor talento y para la proyección de la UPF en todo el mundo.

Tenemos la obligación moral de superar los muros de la Universidad, tanto para ser tenidos en cuenta como un actor social de primer orden como para devolver a la sociedad el conocimiento que generamos. La transferencia es, sin duda, un ámbito que se tiene que consolidar en los próximos años, con el objetivo que este conocimiento generado en nuestros centros y laboratorios impacte más positivamente en el bienestar de la sociedad. Además, estamos en un entorno privilegiado para fomentar la innovación y atraer inversiones.

El rector Oriol Amat tuvo el acierto de proponer un nuevo vicerrectorado de Transferencia del Conocimiento y esto nos ha permitido asentar las bases y la estrategia para potenciar también nuestras relaciones con el tejido social, empresas y organismos públicos. Hemos integrado, visualizado y potenciado, bajo un mismo paraguas, las iniciativas de transferencia, innovación y emprendimiento que se están llevando a cabo en la Universidad.

Tenemos la obligación moral de superar los muros de la Universidad, tanto para ser tenidos en cuenta como un actor social de primer orden como para devolver a la sociedad el conocimiento que generamos

Yo soy optimista y los indicadores de transferencia nos dan razones para serlo. Por ejemplo, el número de patentes prioritarias en nuestra Universidad ha crecido notablemente -en el pasado teníamos dos o tres por año y ahora estamos en diez-quince anuales-; la obtención de financiación por valorización de conocimiento se ha triplicado -ha pasado de 500.000 euros/año a 1.500.000 euros/año-; también lo demuestra la creación de seis nuevas espín-offs con participación de la UPF en los últimos tres años. Sabemos que no hay suficiente y nos proponemos mejorar estos indicadores, por eso queremos facilitar todas las herramientas posibles.

Otro reto que tenemos es el de motivar la comunidad UPF para hacer acciones de transferencia, innovación y emprendimiento. Es importante brindar oportunidades a aquellos estudiantes de grado y posgrado, post-doctorado o investigadores que tengan interés. También hay que dotar de incentivos las actividades de transferencia. En general, el profesor investigador se evalúa por méritos docentes y de investigación, y ahora hace falta un reconocimiento de su actividad en transferencia. Finalmente, y no menos importante, hay que disponer de una legislación más flexible para las actividades de investigación y transferencia.

Es evidente que la inteligencia artificial ya está transformando el mundo universitario, tanto en cuanto a la manera en que hagamos docencia como en el contenido de aquello que enseñemos. También en todo lo referente a la investigación y, cada vez más, en aquello relacionado con la gestión. Yo veo este peso creciente como un gran desafío, pero también como una oportunidad enorme para reflexionar sobre todo aquello que podemos cambiar para que nuestro trabajo tenga más valor. Si planificamos y priorizamos bien, la inteligencia artificial puede ser una palanca de cambio y transformación extraordinaria, no un elemento de sustitución, en la docencia y en la gestión de las instituciones.

Insisto, en una Universidad estamos obligados, actualmente, a considerar la IA como una oportunidad, no como una amenaza.

El antiguo Mercat del Peix es un proyecto científico de primer nivel que creará uno de los polos de investigación más atractivos y potentes del sur de Europa, centrado en los ámbitos de la biodiversidad, la biomedicina y el bienestar planetario. Con una inversión prevista de más de cien millones de euros este nuevo hub de conocimiento acogerá unos 1.200 investigadores. Se prevé que esté operativo el 2026 y a pleno rendimiento cuatro o cinco años después. Es un proyecto transformador que, en el marco de la Ciutadella del Conocimiento, tiene el potencial de redefinir su entorno y las relaciones que se dan en él. Y es, a la vez, un reflejo de la gran capacidad que tenemos las universidades, instituciones y administraciones para poner en marcha proyectos alentadores cuando trabajamos cooperativamente.

La UPF ubicará su Centro de Investigación e innovación para el Bienestar Planetario. De manera inmediata nos tenemos que poner a trabajar en los proyectos científicos que queremos y también definir la gobernanza. Será la mejor forma de apostar por el futuro y de reconocer el mucho y buen trabajo hecho por todas aquellas personas que han contribuido a este proyecto desde el momento en que el rector Casals lanzó la propuesta, a finales del año 2017.

Disponer de recursos económicos es imprescindible para mejorar la competitividad de las universidades. En el discurso de toma de posesión planteé que una de mis aspiraciones y uno de mis deseos para los próximos cuatro años es dejar atrás conceptos como la tasa de reposición, las limitaciones presupuestarias del capítulo de personal y las rigideces normativas. El preámbulo de la LOSU habla de la necesidad de dedicar al menos un 1% de los presupuestos generales del Estado a las universidades, y el Pacto Nacional para la sociedad del Conocimiento señala como objetivos por el 2030 llegar a un 1% del PIB dedicado a Investigación, Desarrollo e Innovación, e incentivar la inversión privada hasta lograr el 2% del PIB. Creo que si hacemos los pasos necesarios para hacer realidad estas cifras, nuestro sistema hará un salto cualitativo enorme.

Sin embargo, la cuestión es cómo y con qué criterios se reparten estos recursos a las universidades. Como ya he mencionado, es clave permitir un modelo de financiación que refleje más de un modelo de universidad o, al menos, que tenga en cuenta diferentes indicadores: indicadores de docencia e indicadores de investigación y transferencia. Exigir una rendición de cuentas clara con consecuencias y poder tener la libertad de decidir qué modelo de universidad se quiere ser es decisivo. Conviene poner en valor que, en las condiciones actuales, el nuestro es uno de los sistemas universitarios más buenos del contexto europeo. ¿Alguien duda que con más recursos y más autonomía no podríamos consolidarnos como un sistema todavía más potente y competitivo? Apostar fuerte, dar libertad y exigir responsabilidades es bueno para las universidades, pero lo es especialmente para el conjunto de la sociedad.

Apostar fuerte, dar libertad y exigir responsabilidades es bueno para las universidades, pero lo es especialmente para el conjunto de la sociedad.

En mi opinión, este es un desafío que no solo interpela las universidades, sino que lo hace a toda la sociedad. Tenemos que trabajar en todos los ámbitos y desde mucho antes que las estudiantes lleguen a las universidades. Para mí, es un tema primordial donde me siento personalmente interpelada y creo que tiene que estar sobre la mesa cada día del año.

Si nos centramos en el sistema universitario, el desafío no está tanto en el acceso de las estudiantes a la universidad como en su presencia en ámbitos concretos y su progresión en la carrera académica. En la UPF las estudiantes representan actualmente más del 60% del conjunto de estudiantes, tanto a los programas de grado como a los de posgrado, y superan el 50% en los programas de doctorado. Estos porcentajes caen en los estudios de carácter más técnico y aquí es donde podemos incidir nosotros. En el marco de los grados vinculados a tecnología y biomedicina de la UPF, por ejemplo, hace años que se trabaja con institutos y centros de secundaria para fomentar vocaciones entre chicas jóvenes. Un buen ejemplo es la participación en el marco del programa 100tífiques de la Fundación Catalana para la Investigación y la Innovación para dar a conocer referentes científicos femeninos con motivo del Día Internacional de la Mujer y la Niña a la Ciencia.

También es importante el hecho que la presencia de mujeres va menguando a medida que subimos en las categorías de PDI. Es indiscutible que tenemos que luchar por la no segregación vertical y que las mujeres puedan ascender en su carrera profesional hasta los cargos de máxima responsabilidad. Es un hecho que en la UPF solo hay un 22% mujeres catedráticas y tenemos que aplicar todas las medidas que podamos para incrementar este porcentaje, aunque la velocidad sea lenta.

Soy una persona honesta, optimista y perseverante. Disfruto trabajando, me gusta aprender y absorbo rápido lo que pasa en mi entorno. A veces soy demasiado directa cuando digo las cosas y me falta un poco de paciencia con los tiempos. También tendré que aprender a no sufrir tanto por todo y a superar la timidez.

En cuanto a las calidades que definen mi estilo, soy exigente y valoro más la calidad que la cantidad. Soy persona de trabajar equipo, de manera transversal y cooperativamente. Escucho e intento llegar a consensos y encontrar equilibrios siempre que puedo. Por último, espero de la gente que me rodea sinceridad e ilusión por los proyectos por hacer.

Soy exigente y valoro más la calidad que la cantidad. Soy persona de trabajar equipo, de manera transversal y cooperativamente. Escucho e intento llegar a consensos y encontrar equilibrios siempre que puedo

Lo defino como el mejor equipo que podría tener. Creo que es muy comprometido, leal y con una dedicación impresionante. Su experiencia en los diferentes ámbitos se enorme. ¡A buen seguro, que aprenderé mucho! Tengo el convencimiento de que estoy rodeada de personas muy capacitadas y que dedican lo mejor de sí mismas a hacer una mejor UPF.