3.2. Comunidad

Quince años formando intérpretes en lengua de signos catalana

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Equip del Centre d’Estudis LSC-UPF Actua de la Llengua de Signes Catalana
Equipo del Centro de Estudios LSC-UPF Actúa de la Lengua de Signos Catalana (Fuente: web de LSC-UPF Actúa)

Para garantizar que las cerca de 7.000 personas sordas y usuarias de la lengua de signos catalana (LSC) que viven en toda Cataluña puedan acceder a los servicios sociales, sanitarios o educativos, se puedan informar de la actualidad o puedan seguir un acto público o cultural se necesitan profesionales formados en interpretación de LSC. Hasta bien entrado el siglo XXI, las personas que se querían dedicar a ello solo tenían la opción de cursar estudios de FP de dos años de duración únicamente en cuatro centros de toda Cataluña. 

Pero esta oferta no era suficiente para cubrir las necesidades existentes, una inquietud que la Federación de Personas Sordas de Cataluña (FESOCA) trasladó a la UPF, la primera universidad del Estado y también la única en la actualidad que incluye una lengua de signos dentro de los grados que imparte en su Facultad de Traducción y Ciencias del Lenguaje. La UPF sí que se pudo inspirarse en referentes europeos como el de la Universidad Humbold de Berlín, donde se ofrecen unos estudios de grado de tres años sobre cultura sorda y un máster de dos años de interpretación en lengua de signos alemana.

“Uno de los motivos para impulsar los estudios universitarios es que la comunidad sorda necesitaba más intérpretes”, explica Delfina Aliaga, docente e investigadora de LSC en la UPF, acompañada por Mireia Isal, profesora oyente de estos estudios que ha hecho de intérprete durante la entrevista hecha para este reportaje.

Ya en 2003, la Facultad de Traducción y Ciencias del Lenguaje de la UPF ofreció el primer posgrado de Experto en Interpretación de Lengua de Signos Catalana, del cual se haría una segunda edición en 2007. Los buenos resultados de este posgrado llevaron a integrar la formación como traductor e intérprete en lengua de signos catalana en los grados impartidos en esta facultad a partir del año 2008. Los alumnos de estos grados se tienen que especializar en dos lenguas, de forma que pueden combinar el inglés con el francés, el alemán y, desde el año 2008, también la LSC. 

Cerca de una veintena de estudiantes que se matriculan en la Facultad anualmente eligen la LSC entre sus dos idiomas de especialidad, todos ellos oyentes, porque es necesario para interpretar de una lengua oral a una de signos. Delfina Aliaga, profesora de LSC en la UPF, considera que esta cifra podría crecer si aumentara el nivel de conocimiento de la ciudadanía, y especialmente de las personas más jóvenes, de la LSC. Mireia Isal, que se formó en LSC durante el grado en Traducción e interpretación a la UPF, del cual actualmente es profesora, explica: “No conocía la LSC antes de llegar a la universidad. Pero me pareció que era necesario conocer una lengua que usaban muchas personas sordas en el país, para facilitar que se sintieran incluidas.”

Más allá de la docencia, el Centro de Estudios LSC-UPF Actúa (LSC-UPF Actua), creado en 2017 y vinculado a los estudios de lengua de signos catalana de la Universidad, también promueve la investigación en este campo, a través de LSC-LAB, así como la divulgación y la incidencia social de la LSC. 

Durante los últimos quince años, el reconocimiento normativo de la LSC se ha visto reforzado. El 2007, se aprobaba la ley estatal que reconocía las lenguas de signos del Estado (entre ellas, la española o la catalana) y en 2010 entró en vigor la normativa catalana de la LSC. 

Para Delfina Aliaga, estas normativas han supuesto “pequeños pasos adelante”, pero considera que las personas sordas todavía continúan “teniendo muchas barreras de comunicación” para acceder a los servicios públicos o a las actividades sociales y culturales. Para el Centro de Estudios LSC-UPF Actúa, la Universidad es y tiene que continuar siendo uno de los motores para extender la lengua de signos en catalán en todo el país, en favor de la plena integración de la comunidad sorda.