No todos los estudios científicos sobre la salud y la enfermedad merecen la misma confianza. Por diferentes razones, los resultados de unas investigaciones tienen mayor grado de certidumbre que los de otras. La llamada calidad de la evidencia o confianza es precisamente el grado de confianza que podemos depositar en los resultados de la investigación sobre una determinada pregunta (por ejemplo, ¿es cancerígena la carne? ¿es bueno para el corazón tomar chocalate?). En este contexto, calidad de la evidenciaconfianzacertidumbre o certeza vienen a ser sinónimos.

 

 

Para medir esta calidad o confianza en los resultados de la investigación, se utiliza el sistema GRADE (Grading of Recommendations, Assessment, Development and Evaluation), que evalúa con criterios objetivos los estudios más adecuados para cada tipo de pregunta relacionada con la salud (por ejemplo, sobre un tratamiento, una prueba diagnóstica o un hábito dietético). Este sistema de evaluación de la calidad de la evidencia considera fundamentalmente cuatro aspectos: 1) el rigor en la ejecución de los estudios; 2) la consistencia de los resultados (si son similares en los distintos estudios); 3) la precisión de los resultados (en relación con el volumen de la investigación disponible), y 4) la existencia de pruebas directas (si los estudios identificados son generalizables y directamente aplicables a nuestra población y pregunta de investigación). (Hay un quinto aspecto, denominado sesgo de publicación, que se refiere a la existencia de estudios no publicados sobre el tema, lo que podría hacer que el efecto se estuviera sobreestimando).

El sistema GRADE, utilizado para evaluar la calidad de la evidencia de los estudios relacionados con los mensajes evaluados, propone cuatro categorías de confianzaaltamoderadabaja o muy baja y proporciona definiciones para cada una de ellas. En principio, los estudios observacionales tienen una calidad baja, que puede subir a moderada o descender a muy baja en función de cuatro aspectos mencionados; en cambio, los experimentos o estudios de intervención (ensayos clínicos) tienen una calidad alta de partida, que puede descender a moderada en función de los cuatro aspectos mencionados.