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La conferencia Evaluar para la justicia social: ¿más allá de nuestra imaginación?, a cargo de Jan McArthur tuvo lugar en el Campus del Poblenou el 4 de marzo del 2024

04.04.2024

Imatge inicial

Se han hecho muchos avances en el replanteamiento de las metodologías de enseñanza-aprendizaje, pero la evaluación parece ser un tema que no puede cuestionarse. En esta conferencia Jan McArthur se atreve a imaginar una evaluación diferente desde la perspectiva de la teoría crítica de Axel Honneth, la que requiere desmantelar lo que suele hacerse. La conferencia le da algunas sugerencias.

¿Qué es el trabajo académico? Es comprometerse con la mente de otros, lo que significa "de pie sobre los hombros de gigantes", es decir, progresar intelectualmente a partir del reconocimiento de los pensadores que nos han precedido, desde los estudios de grado a los de doctorado.

Lo primero que debemos plantearnos es qué se considera logro cuando evaluamos. Habitualmente se utilizan los resultados de aprendizaje (RA). Por ejemplo, el estudiante debe ser capaz de analizar críticamente la literatura sobre métodos de evaluación, explicar la diferencia entre fusión nuclear y fisión nuclear, realizar con éxito un procedimiento de biopsia invasiva. Está establecido que los RA son los fundamentos de la buena evaluación, pero Jan McArthur pone en discusión esta idea de predeterminar el aprendizaje y calificar con una puntuación numérica a la vez que defiende una evaluación que promueva el aprendizaje. ¿Cómo imaginar la evaluación sin una calificación numérica? El sentido de consecución debe moverse desde la puntuación que dice "soy mejor que todo lo demás" a la que dice "he conseguido algo aquí" (he entendido el poema, he aprendido cómo construir un puente...) .

Por tanto, el segundo es lo perfecta que puede ser el proceso de evaluación. La rúbrica es un instrumento que integra los criterios de calidad a puntuar, como una forma de dar transparencia y rendición de cuentas para mostrar al estudiante por qué obtuvo una nota determinada, quizás un 67%. La rúbrica permite descomponer la labor en partes y parece que esto es perfecto para evaluar un proceso de aprendizaje. Jan McArthur defiende que los estudiantes puedan comprometerse con la adquisición de conocimiento para dar respuesta a problemas y situaciones reales. Y, para ello, no podemos dictaminar rígidamente el resultado de ese compromiso. Predefinir el aprendizaje hace a los estudiantes receptores pasivos de los procesos de evaluación, pero debe darse espacio para el compromiso con el conocimiento.

“Necesitamos planteamientos que nos permitan, como evaluadores, ser auténticamente receptivos a lo que nuestros estudiantes han hecho, incluso cuando se trata de algo fuera de lo habitual, es decir, diferente a lo que esperábamos” (McArthur, 2019, p. 196).

Una tercera cuestión que aborda Jan McArthur es el plagio. ¿Por qué desconfiar de Turnitin? Ella está en contra por dos razones: por el miedo al plagio que crea este software y por la forma bastante dura en que se gestiona. La puntuación que da Turnitin sobre la originalidad del trabajo es cuestionable. Una puntuación de Turnitin del 25% (porcentaje en el que un texto ha sido plagiado) puede desencadenar el primer nivel de un caso de plagio, aunque las fuentes que puntúa Turnitin estén correctamente citadas. Eso asusta a los estudiantes y hace perder la alegría de lo que significa comprometerse con la mente de otros.

¿Por qué no enseñamos a los jóvenes la alegría de comprometerse con la mente de otros y de hacerlo de una manera ética? Imaginémonos cogiendo el control de la evaluación, derribando las estructuras que hace que los estudiantes cojan miedo a comprometerse con la mente de otros.

Por último, Jan McArthur se refirió a la evaluación auténtica, idea que está desarrollada en profundidad en uno de sus últimos artículos (McArthur, 2023). Se busca la implicación de los estudiantes en actividades alineadas en el mundo social y económico que representen retos a los que debe hacer frente la sociedad y de formas de evaluación que fomenten un sentido de respuesta a la pobreza, el cambio climático, a la violencia y otros tipos de injusticia. Jan nos convoca a pensar nuevas formas de conceptualizar y responder al mundo laboral, reconociendo que este mundo del trabajo no se puede confundir sólo con lo que quieren los empleadores. Evaluación auténtica no es unirse al mundo que existe, sino contribuir al mundo que podría ser.

¿Por qué evaluamos el trabajo de los estudiantes? ¿Para qué utilizamos el sistema de calificaciones numéricas? ¿Para qué intereses estamos evaluando? ¿Entendemos el puesto que ocupa la evaluación en nuestras responsabilidades profesionales y cívicas más amplias? ¿Podemos imaginar la evaluación del trabajo de nuestros estudiantes siendo una experiencia gozosa? ¿Dónde están las fisuras desde dónde poder hacer algo diferente?

La próxima sesión del ciclo está prevista para el 22 de mayo de 2024 y versará sobre la competencia digital docente.

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Jan McArthur

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