3. Comunidad

Universidad y cultura, una relación simbiótica que hay que potenciar

El Programa de Cultura de la UPF dibuja un plan ambicioso para consolidar la cultura en el lugar preeminente que se merece dentro de la Universidad y en el tejido social y ciudadano. Recoge toda la herencia histórica de la institución, que ya apostó por ella firmemente desde el mismo momento fundacional, hace poco más de treinta años.

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Dicen que si queremos preservar la cultura, lo mejor que podemos hacer es seguir creándola. Y en la UPF, desde el mismo momento fundacional de la institución, hace poco más de treinta años, se ha tenido muy claro que había que apostar decididamente por cultivar la relación entre los conceptos "universidad" y "cultura", de la misma manera y con la misma intensidad con la que se cultiva la calidad en la docencia o la competitividad en la investigación y la transferencia de conocimiento.

La semilla de esta relación simbiótica entre "universidad" y "cultura" proviene de la idea que el entonces primer rector de la UPF, Enric Argullol, tuvo de vincular la institución a arquitectura de calidad, recuperando espacios carismáticos de Barcelona para que fueran sedes de los campus, y a arte, con el inicio de la colección de pintura contemporánea que ha ilustrado los carteles conmemorativos de cada curso académico.

La Universidad debe ser y quiere ser fuente de cultura, y en los últimos años esto se ha intensificado y materializado de diferentes maneras, con intervenciones directas en los campus, como es el caso de UPF Art Track, el circuito por el patrimonio artístico y cultural del campus de la Ciutadella, y también con la generación de una red de complicidades institucionales de puertas afuera, con ejemplos concretos de colaboración con el Teatre Lliure, la Fundació Joan Miró, la Fundació Vila Casas o el IDEAL Centro de Artes Digitales, por ejemplo.

Todo ello ha desembocado, con la naturaleza de la propia evolución de la Universidad, en la génesis del Programa de Cultura de la UPF. Un ambicioso plan para terminar de posicionar la cultura en el lugar preeminente que se merece dentro de la Universidad y del tejido social y ciudadano, y que recoge toda la herencia histórica de los últimos treinta años. Un programa que "quiere ser un proyecto hecho desde, por y para la comunidad universitaria; pero también proyectado al mundo. Porque desde otras instituciones, organismos, empresas o movimientos individuales se pueda tejer una red de acción para generar y promover la cultura. Sin distinción entre el interior y el exterior del espacio universitario, estableciendo mecanismos horizontales y relaciones ilimitadas en los retos y los objetivos", explica Manel Jiménez, vicerrector de Transformación Educativa, Cultura y Comunicación. Un programa, añade, "que tiene como objetivo convertirse en un mecanismo de transformación real de lo que nos es inmediato y, por tanto, convertir la UPF en una institución porosa, capaz de dejar entrar y salir con total libertad el gen creativo, venga de donde venga. La UPF, como espacio de arte y ciencia, debe ocuparse de cubrir todo el espectro de la generación de conocimiento. Esta es claramente una universidad intensiva en investigación y extensiva en cultura".

De acuerdo con este propósito, el programa se ha articulado a través de cinco elementos principales:

  1. Pedagogía en público
    La conciencia de que la cultura es, por encima de todo, un ejercicio de pedagogía en público, desde el que se promueve el conocimiento de manera abierta; pero, sobre todo, basada en un aprendizaje continuo.

  2. Conocimiento colectivo
    La potenciación del conocimiento colectivo, entendiendo que la cultura debe ser un agente colaborativo y generador de contenidos de una manera participativa y no necesariamente jerarquizada.

  3. Creación cultural parainstitucional
    La asunción de una creación cultural parainstitucional. La Universidad es consciente de que la producción de obra artística y cultural sigue varios circuitos y mecanismos de generación, soporte y exhibición. Por ello, la UPF no propone un programa que compita con los canales estables de la industria cultural, sino que trata de impulsar, desde la investigación, la experimentación y la acción, otras vías de producción cultural.

  4. Espacios de acción
    La voluntad de entender el contexto de la Universidad como un escaparate de espacios de acción al servicio de una comunidad dispuesta a ocuparlos para dotarlos de contenido artístico y cultural.

  5. Transformación social
    La convicción de que la cultura está al servicio de la transformación social y que tiene un papel determinante en la responsabilidad hacia el entorno más inmediato, pero también hacia el global.

 

Del mundo a la Universidad

“La UPF quiere reforzar las relaciones con el mundo cultural mediante la articulación de redes que faciliten el contacto de los miembros de la comunidad universitaria con el conjunto de la sociedad y con las principales instituciones culturales del país, también de los agentes implicados en la cultura: creadores, gestores, exhibidores, etc.", Explica Manel Jiménez. La Universidad, institución de generación de conocimiento, debe convertirse también en una organización que aprende de los demás, "a la vez que crea intersecciones creativas, estableciendo nuevas sinergias y estrategias en común", añade el vicerrector. Javier Aparicio Maydeu, delegado de Cultura en la época del rector Jaume Casals, asegura que la UPF "trabaja desde hace tiempo para conseguir ser el vínculo entre el mundo de la universidad y los espacios de arte más importantes de la ciudad de Barcelona, por lo que la cultura y la formación superior caminen juntas, y los ciudadanos y los miembros de la comunidad universitaria compartan sensibilidad, creatividad y conocimiento mediante espacios abiertos a la ciudadanía".

Esta apuesta decidida se ha concretado, por ejemplo, a través de acuerdos con instituciones de referencia de nuestro entorno. Una de estas es la Fundación Vila Casas, con sede junto al campus de Poblenou, el Museo Can Framis, con quien se trabajará conjuntamente para impulsar el arte contemporáneo y la creación artística dentro de la Universidad. Entre otros, está previsto la creación de un centro de arte, que incluirá la figura del artista en residencia en la UPF, un espacio de investigación conjunto y un curso de arte contemporáneo. Antoni Vila Casas, presidente de la Fundación Vila Casas, manifestó que "el convenio es la consecuencia lógica de ser vecinos y creer que acercarse al sector universitario -profesores, estudiantes y grupos de investigación- la creatividad artística puede ser una experiencia muy enriquecedora para ambos lados. Teniendo en cuenta la colección de pintura, escultura y fotografía que tiene nuestra Fundación, me parece que un convenio con la UPF puede dar frutos muy diversos de forma bastante inmediata".

"La sintonía con todas estas instituciones hace posible que la UPF refuerce su perfil de universidad urbana, conectada con su entorno más inmediato, Barcelona; pero también con mentalidad abierta hacia todo el mundo".

A este acuerdo, se le han ido añadiendo otros dentro de un plan estratégico de relación con los principales centros de arte y "enriquece de una manera extraordinaria la voluntad de la Universidad de querer formar parte del mundo vivo de la creación", asegura Aparicio Maydeu. Es el caso, por ejemplo, del reciente convenio con la Fundación Joan Miró que, aparte de ceder temporalmente dos obras de su fondo para el UPF Art Track, servirá para impulsar la cátedra Fundació Joan Miró - UPF de Arte Contemporáneo para difundir y estudiar la obra del artista. Todo ello, con el objetivo de promover e integrar la cultura en las misiones tradicionales de la universidad de docencia, investigación y transferencia de conocimiento.

El más reciente de estos ejemplos es el convenio rubricado el pasado mes de diciembre con el IDEAL Centro de Artes Digitales. Un espacio de nueva creación en Barcelona que quiere poner en valor la experiencia audiovisual inmersiva. Jordi Sellas, su director, remarcó que el acuerdo entre la UPF y IDEAL permitirá poder investigar juntos en este ámbito desde una perspectiva abierta, creativa y ambiciosa", en clara sintonía con lo que se propugna desde el Programa de Cultura de la Universidad. En este caso, además, supone "disponer de un lugar de exhibición, de producción y de formación para prácticas creativas inmersivas que hasta ahora no encontraban espacios para ser presentadas al público y que no disponían, por tanto, de un circuito natural de ideación, producción y exhibición", afirmó Jordi Balló, decano de la Facultad de Comunicación.

Para Javier Aparicio Maydeu, "la sintonía con todas estas instituciones hace posible que la UPF refuerce su perfil de universidad urbana, conectada con su entorno más inmediato, Barcelona; pero también con mentalidad abierta hacia todo el mundo".

Y es precisamente esta mentalidad la que ha hecho que se apueste también para acercar la cultura a la comunidad universitaria llevando referentes de talla mundial a los campus. Y un buen ejemplo es la galería de personalidades investidas como doctoras honoris causa por la UPF, bien salpicada de cultura. Cine, música, pintura o literatura son disciplinas muy presentes entre los protagonistas de esta distinción. Sin ir más lejos, de los últimos cinco honoris causa, tres tienen una relación estrechísima con el mundo de la cultura: Gonzalo Pontón, editor, historiador y escritor; Maria Joao Pires, pianista, y Frederick Wiseman, cineasta.

La Universidad quiere, por tanto, no sólo destacar, reconocer y visibilizar figuras que sean relevantes por su trayectoria científica; sino también por su actividad en el ámbito cultural.

AAG
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Otro buen ejemplo de la voluntad de salir de las paredes de la Universidad para acercar la cultura, en el sentido más amplio de la palabra, a la comunidad es la creación de la colección literaria, bajo el liderazgo de la UPF Barcelona School of Management. Desde hace cuatro años, la Universidad obsequia a sus miembros con un clásico de la literatura universal en edición bilingüe (catalán y el idioma original de la obra). Una acción que, acompañada de diversas actividades culturales en torno a la obra, "contribuye a explicar, desde las humanidades, determinados conceptos en programas de estudios de ámbitos muy diversos", señala Mathilde Brodu, responsable de Cultura de UPF-BSM. Una propuesta que se está convirtiendo ya en una señal de identidad de la Universidad.

Para Brodu, "leer cualquier clásico supone un reto de interpretación, de desciframiento, de análisis, de comprensión... Y una experiencia literaria como esta no debe ser exclusiva de quienes se dedican a la literatura. Cualquier persona que se deje captar por la originalidad del relato será testigo: imaginar, pensar, encontrar soluciones son tareas ante las que todos los participantes de la comunidad UPF pueden sentirse interpelados".

Las cuatro primeras obras editadas son Bartleby, el escribiente, de Melville; Cándido, de Voltaire; El príncipe, de Maquiavelo, y La tempestad, de Shakespeare. La reedición, además, se acompaña de textos de profesores que se ocupan profesionalmente de temas relacionados con la obra, pero que no tienen que ser necesariamente expertos en literatura. Ayudan a enmarcarla, a través de una mirada contemporánea, e invitan a la comunidad a aprender de los clásicos, explorando aspectos universales y transdisciplinarios a través de la literatura.

Es en estos textos donde encontramos la exposición de motivos de la propuesta, en este caso a manos de Javier Aparicio Maydeu, extraída de la nota introductoria de la primera obra reeditada, Bartleby: "La UPF ha apostado siempre por añadir cultura a la educación [...] la literatura no le pertenece al hombre de letras como el arte no es propiedad del artista. La economía no se limita al ámbito económico como el derecho y la historia son patrimonio de la humanidad [...] la Universidad Pompeu Fabra desea que las artes escénicas y las plásticas, la literatura y la arquitectura, la música y cualquier manifestación imaginable de sensibilidad humana formen parte de la vida universitaria más allá de los bienintencionados deseos retóricos".

La cultura también ha entrado en los campus a través de la propuesta In itinere, una acción que convierte los espacios universitarios en sede de exposiciones que toman como eje temático determinadas acciones derivadas de la actividad docente o de investigación. La primera, promovida por la UPF Barcelona School of Management, fue "Bauhaus: el crisol de la modernidad", con el apoyo de la Fundación Mies van der Rohe. Una muestra que quería reflejar la incidencia de la escuela de la Bauhaus en nuestra vida cotidiana y destacar la relevancia de su modelo educativo en un momento como el actual, de transformación de los paradigmas pedagógicos. La exposición se completó con un diálogo entre dos expertos, en el marco de la bienal de pensamiento Ciudad Abierta, en el campus del Mar.

De la Universidad al mundo

El Programa de Cultura de la UPF es, eminentemente, ecléctico. Tanto por los formatos, como por los protagonistas de las acciones y los públicos a los que se dirige. La Universidad, como institución viva y activa, a través de sus diferentes colectivos -estudiantes, profesores e investigadores, y personal de administración y servicios- es actriz principal de iniciativas de envergadura cultural.

Una de las propuestas más atrevidas y que este año celebra su quinto aniversario es UPF Art Track, el recorrido por el patrimonio artístico y cultural del campus de la Ciutadella, que encuentra su salida al mundo a través del Barcelona Circuit d’Art Contemporani y de la plataforma Google Arts&Culture. Inaugurado el 18 de mayo de 2016, coincidiendo con el Día Internacional de los Museos, y en el marco del 25º. aniversario de la UPF, invita a los visitantes a descubrir la original relación de la Universidad con el arte y la cultura, a través de un recorrido por los espacios singulares del campus y donde se pueden disfrutar de obras de artistas tan relevantes como Miquel Barceló, Eduardo Chillida, Joan Miró o Susana Solano, entre muchos otros.

Entre los espacios más singulares está la Sala de Reflexión, de Antoni Tàpies -centro neurálgico del recorrido y una de las dos únicas capillas laicas del arte contemporáneo mundial-, y el Depósito de las Aguas, calculado por Antoni Gaudí y con estrechos vínculos con la Cisterna Basílica de Estambul, con una sala hipóstila que cuenta con 100 pilares que configuran un laberinto de arcos de catorce metros de altura.

La comunidad UPF juega un papel protagonista relevante en la generación y la transmisión de cultura y de humanismo hacia la sociedad. Una de las acciones recientes y que ha tenido una gran acogida por parte del entorno es el ciclo Diálogos Humanísticos UPF, con Tamara Djermanovic, profesora del Departamento de Humanidades, como directora académica. Iniciados en 2016, tienen como objetivo principal abrir las puertas de la Universidad a toda la sociedad para, a través del eje vertebrador del humanismo, tratar temas de cultura general, política, historia, biomedicina, ética, filosofía, psicología o economía, siempre desde la intersección de dos expertos pertenecientes a diferentes campos del saber.

Precisamente, este año, el ciclo lo ha abierto el artista Jaume Plensa, también presente como protagonista con una obra en el circuito UPF Art Track. Ha conversado con la misma profesora Djermanovic y ha reflexionado sobre cómo el arte se convierte en el espacio de la auténtica comunicación humana.

Tamara Djermanovic

Tamara Djermanovic
Dialogar con Plensa: privilegio y alegría

Carles Torres es realizador, alumni del grado en Comunicación Audiovisual de la UPF

Mira el diálogo entero

Cuando Plensa aceptó inaugurar los Diálogos Humanísticos UPF 2021, primero pensé: "No hay bien que por mal no venga". El año anterior, ya intenté que viniera; pero entre viajes, compromisos y su trabajo de artista, nos dijeron: "Posiblemente, en una próxima edición". Y la primera edición de los Diálogos bajo la Covid-19 ha sido esta, la del 2021, y la alegría y la alegría en tiempos duros y extraños con Plensa fueron memorables. En condición de profesora de Estética y Teoría de las Artes, me parecía justificado que me quedara con el privilegio de conversar yo con Jaume Plensa, y mejor dicho, de preparar las preguntas para que este magnífico artista y además, ‘un alma bella', pudiera compartir con un público muy amplio (900 conexiones en streaming) sus secretos creativos y sus reflexiones, pausadas, sinceras, consoladoras.

No era fácil decidirse por qué preguntas hacerle para aprovechar bien el tiempo, y sobre todo su presencia. Toda mi espontaneidad aparente oculta largos días de preparación, para seleccionar bien los temas que incitarían Plensa a explicar cosas sobre su obra, su visión de la creatividad; pero también sobre sus dudas.

Cuando habló de creación, Plensa afirmó que lo más importante es hacer. "Si piensas antes de hacer, no haces nada", dijo. "Tienes que dejar que las cosas fluyan. Pasas épocas en que no haces nada y luego, de repente, empiezan a salir cosas, y lo importante es que te encuentren en el estudio trabajando".

Plensa hablaba desde el corazón, pero también desde su autenticidad; se podría decir que estaba detrás de cada palabra que dirigía al público.

Con mucha de su obra en el espacio público, tanto urbano como en medio de la naturaleza, considera que "el espacio público es un lugar magnífico donde compartir democráticamente el arte". "El espacio público", añadió, "es un lugar de grandes oportunidades y un desafío extraordinario porque no hay contexto. Deja una libertad absoluta a la gente en su lectura".

A veces, si la pregunta le parecía demasiado elocuente, antes de contestar exclamaba: "Caray!". Entre sus fuentes de inspiración, recordó el románico que, de joven, iba a encontrar en el MNAC. Allí lo enamoró una mano de Dios, el tosco detrás de las vírgenes, los colores de la religión... También, el alabastro que ponían en las ventanas, aquella piedra incompleta que deja pasar la luz y que, según Plensa, puede servir como metáfora del ser humano. Otra fuente de inspiración le venía de la literatura. A las cuatro patas de su mesa, colocaba Dante, Shakespeare, Baudelaire y William Blake. Sobre estos cuatro escritores, explicó, "fui construyendo mi vida y mi personalidad", y luego le añadió otros, como William Carlos Williams o T. S. Eliott.

Finalmente, a mi última pregunta -si "Nadie es profeta en su tierra"-, Plensa no quiso contestar directamente. "Barcelona", afirmó pensativo, "se ha despistado un poco. [...] Las cosas pasan en otros lugares del mundo", concluyó.

Los Diálogos, en las seis ediciones celebradas, han acogido cerca de una cincuentena de conversaciones y han sido seguidos en directo por más de 10.000 personas. Un éxito rotundo que Djermanovic atribuye a "la consolidación de la propuesta entre la sociedad y entre estudiantes y profesores de la UPF que no son propiamente del ámbito de las humanidades, uno de los principales objetivos que perseguimos". Añade que, a pesar de que esta edición se ha celebrado en formato virtual debido a la pandemia, "se ha convertido ya en un punto de encuentro entre los diferentes colectivos de la UPF y la gente de la ciudad, una cita anual de referencia durante varias semanas en torno a la cultura".

El Aula de Escena, un referente indiscutible

Teatro, Orquesta de Cámara y Coro son tres elementos indisociables a la misma existencia de la UPF. Presentes en los actos institucionales más relevantes -honoris causa, acto académico de graduación, inauguraciones de curso, acto de Navidad... -, el Aula de Escena se ha convertido en un escaparate interno y externo del talento cultural que emana de la misma comunidad. Con una larga trayectoria, representan tres pilares imprescindibles de la acción cultural de la Universidad. Este año, a pesar de la pandemia, han participado activamente cerca de un centenar de personas, entre estudiantes de grado y de postgrado, alumni y externos.

Gemma Garcia, jefe del Servicio de Atención a la Comunidad Universitaria (SACU), que gestiona el ámbito de Cultura, afirma "que todas las actividades aportan y suman, pero estoy especialmente satisfecha de aquellas con una dimensión fuertemente performativa, donde los estudiantes tienen un papel principal". "Es el caso del Aula de Escena o de las ligas de debate", añade. También resalta las nuevas propuestas, como el ClassZoom: "una actividad que quiere fomentar el debate y la reflexión sobre temas cruciales a partir de producciones audiovisuales de calidad con la complicidad de profesores expertos".

La pandemia ha afectado especialmente las actividades del Aula de Escena, sin embargo "se pasaron rápidamente al entorno virtual y se adaptaron los talleres de fin de curso, como en el caso del Aula de Teatro, que creó unas cápsulas virtuales llamadas Llámame y te cuento", asegura García. En un curso normal pero, el número de personas que participan y disfrutan de las actividades culturales es muy destacable: "si tomamos como referencia el curso 2018-2019, antes de la pandemia, 653 personas participaron directamente en estas actividades y 9.129 participaron como espectadores".

Para captar qué representa el Aula y conocer su visión sobre la importancia de la cultura en la Universidad, hemos hablado con los tres directores: Pep Anton Gómez, director del Aula de Teatro; Aída Vera, directora del Coro, y Diego Miguel-Urzanqui, director de la Orquesta de Cámara. También hemos hablado con tres estudiantes que forman parte de las diferentes secciones del Aula de Escena.

Aula de Teatro

Pep Anton Gómez

Pep Anton Gómez
director del Aula de Teatro

Licenciado en Interpretación por el Instituto del Teatro y en Ciencias Económicas y Empresariales por la UAB. Ha trabajado como dramaturgo y director en más de una treintena de montajes teatrales. También ha hecho de guionista y director en varias series de televisión. Ha sido profesor en el Instituto del Teatro y profesor del Aula de Teatro de la UPF desde 1993, y es el director desde 2000.

¿Qué papel juega el teatro en la formación de los estudiantes universitarios?

Aparte de suponer para ellos un contacto bastante importante con el mundo del arte y de las emociones, suele ser una experiencia que les ayuda a crecer y conocerse personalmente, y de una manera muy íntima, durante los tres o cuatro años que forman parte del Aula, de media.

¿Cómo trabajas con este colectivo? ¿Qué les pides?

Se tienen muy en cuenta las dinámicas de grupo, el trabajo conjunto. Pero, además, estoy muy atento al desarrollo personal de cada uno de ellos, y, en base a ello, les propongo el trabajo individual que les puede resultar más conveniente y útil.

¿Qué valoración haces de la apuesta de la Universidad por la cultura?

La valoración es más que positiva. Durante todos estos años he sido testigo de la complicidad y el esfuerzo de la Universidad para que los alumnos tuvieran un contacto lo más amplio y comprometido posible con la cultura, fuera del ámbito que fuera.

Anna Maíllo Domènech

Anna Maíllo Domènech
miembro del Aula de Teatro

Estudiante de tercero del grado en Publicidad y Relaciones Públicas. Entró en la UPF a través del Grado Abierto (combinando Ciencias Políticas, Traducción e Interpretación, Derecho, Comunicación Audiovisual y, finalmente, Publicidad y Relaciones Públicas).

¿Qué te motivó a formar parte del Aula de Teatro de la UPF?

En casa, siempre hemos tenido la costumbre de ir mucho al teatro, tanto al convencional como al musical, aunque en la familia no tengamos a nadie que haya hecho nunca teatro. Además, siempre he disfrutado muchísimo del mundo del cine. Supongo que todo esto ha sido lo que me ha llevado a la curiosidad por contar historias. Siempre he escuchado historias, ya fuera en directo, a través de una pantalla o quizás de un libro. Hasta que, al llegar a la universidad, decidí que quería probar a ser yo quien las explicara. También cabe decir que siempre he sido un poco dramática (¡todo el mundo tiene sus defectos!) Y, por tanto, quise aprovechar la oportunidad que me ofrecía hacer teatro.

Sin embargo, no fue hasta mi segundo año en la UPF que me atreví a presentarme al casting. Ya hacía tiempo que pensaba en probar de empezar a hacer teatro en lugar de, simplemente, verlo. Pero estaba muy perdida en términos de dónde empezar, porque no conocía a nadie que pudiera orientarme ni que conociera mínimamente el tema de la interpretación. Hasta que descubrí el Aula, y en un momento (podríamos decir "de valentía") decidí inscribirme a las pruebas.

¿Qué papel crees que juega el teatro en la formación de los estudiantes universitarios?

Como estudiante, el teatro te enseña aptitudes que van más allá del grado que estés

cursando. Supongo que la experiencia en el Aula es diferente para cada miembro; pero, en mi caso, he aprendido a tener mucho más cuidado de las palabras que uso, y de cómo las digo. Permite que notes el lenguaje que utilizas, tanto verbal como corporal, y te hace entender que ambos son igual de importantes. Hablar es algo que hacemos todos los días, y el espacio universitario no es una excepción; pero es cierto que no tenemos ninguna formación específica sobre cómo hablar o expresarse, lo que me extraña teniendo en cuenta que es una herramienta vital. Y no sólo aprendes a tener más cuidado de como hablas, sino también a escuchar a los demás: acabas entendiendo que las palabras tienen muchas lecturas diferentes, y que cada persona tiene una historia o mensaje que intenta hacer llegar a los demás.

¿Qué valoración haces de la apuesta de la Universidad por la cultura?

No sorprende a nadie cuando se dice que, en muchas ocasiones, la cultura no se entiende como un servicio de primera necesidad. Lo hemos visto con cada recesión económica que hemos sufrido, y el último año de pandemia que hemos pasado es un ejemplo más. Por lo tanto, cuando en muchas ocasiones se ha decidido prescindir o no proteger suficientemente el sector de la cultura, ver que la universidad lucha por mantenerlo, se agradece. Si la universidad no vela por preservar la cultura dentro de su comunidad, se me hace difícil saber dónde se le dará la importancia y peso que se merece. En el caso del Aula de Teatro, debo decir que ha sido el que me ha ofrecido más "normalidad" en la excepcionalidad de toda esta situación.

Orquesta de Cámara

Diego Miguel-Urzanqui

Diego Miguel-Urzanqui
director de la Orquesta de Cámara aaa

Director de orquesta, profesor de música de cámara y violinista que, desde 1998, desarrolla una trayectoria musical que le ha llevado a salas de conciertos de Europa, Asia, África y EEUU. Actualmente, es director invitado del Rencontre Internationale de Guitare Classique de Niza (Francia), director musical de la Orthemis Orchestra (Nueva OCE) y profesor de práctica orquestal y música de cámara en la Universidad Pompeu Fabra.

¿Qué papel juega la música en la formación de los estudiantes universitarios?

La práctica musical no sólo es el dominio de un instrumento y el disfrute del amplio mundo sonoro. La música es un arte que necesita, para su realización, de valores tan vitales como el respeto, el diálogo, la perseverancia, el esfuerzo, la actitud, la responsabilidad, etc. A través de la música, y puede que sin ser muy conscientes de ello, mis alumnos se están formando como personas. Nos encontramos ante una disciplina que no sólo desarrolla la sensibilidad por el arte y por la belleza, sino que juega un papel aún más vital para los estudiantes: les obliga a trabajar aspectos muy similares a los que han de usar para relacionarse con éxito en la sociedad actual.

¿Cómo trabajas con este colectivo? ¿Qué les pides?

El objetivo que propongo a mis alumnos es llegar lo más lejos posible en los ámbitos artístico, técnico y musical. Quiero animarles a conseguir los mejores resultados en el momento que ahora viven como estudiantes universitarios, antiguos estudiantes o, simplemente, músicos amateurs dentro de un mundo laboral diferente. Mi trabajo, en parte, consiste en ayudarles a desarrollar sus capacidades de escucha y de crítica, la búsqueda en todo momento de la excelencia y el no conformarse con lo primero que consiguen excusándose de su situación amateur o universitaria. El resto, para que la relación entre vida universitaria, vida social y vida orquestal tenga éxito, depende de mi labor para comprender el contexto de cada uno de ellos y que se sientan siempre motivados e ilusionados dentro de la orquesta.

¿Qué valoración haces de la apuesta de la Universidad por la cultura?

Desde el primer momento que llegué a la UPF, pude observar que había una apuesta seria y muy comprometida por la cultura. La Universidad ofrece a sus estudiantes práctica orquestal, música de cámara, práctica coral, clases de canto y práctica teatral. Desde el SACU, el servicio de la Universidad que coordina y gestiona todas estas actividades, no sólo se preocupan por tener los mejores profesionales al frente de dichas disciplinas, sino que facilitan todo lo necesario, tanto logísticamente como humanamente, para que la cultura sea una realidad y que los estudiantes tengan la gran oportunidad de seguir disfrutando de la cultura durante su vida universitaria. Esto no sería posible si no hubiera una sensibilidad especial hacia la cultura desde la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona.

María Caballero de la Torre

María Caballero de la Torre
miembro de la Orquesta de Cámara

Bióloga de formación, con un máster en Dianas Terapéuticas, ambas titulaciones obtenidas en la Universidad de Alcalá (UAH). Actualmente, es estudiante del doctorado en Biomedicina en la UPF, donde hace investigación para descubrir nuevos fármacos contra el cáncer en el Laboratorio de Señalización Celular, bajo la dirección del Dr. Francesc Posas y la Dra. Eulalia de Navidad.

¿Qué te motivó a formar parte de la Orquesta de Cámara de la UPF?

Desde los siete años, toco el oboe y desde entonces no he dejado de tocar en varias agrupaciones musicales como la banda municipal de Tarancón, la joven orquesta de Cuenca o en la orquesta del Parque de Investigación Biomédica de Barcelona (PRBB) . No concibo mi vida sin la música. Cuando empecé mi doctorado, un amigo que tocaba en la orquesta de la UPF me comentó que necesitaban instrumentos de viento. Me pareció una idea fantástica para completar mi formación musical, ya que podía compaginarlo a la perfección con mis estudios.

¿Qué papel crees que juega la música en la formación de los estudiantes universitarios?

Aunque no soy experta en neurobiología, siempre me ha interesado mucho el papel que juega la música en nuestro cerebro. Escuchar música hace que el cerebro libere dopamina, un neurotransmisor asociado al placer, el cual contribuye a reducir la ansiedad y mejorar la frecuencia cardíaca y el humor, entre otras ventajas. Si el hecho de escuchar música de manera pasiva tiene efectos positivos, hacer música de manera activa tocando un instrumento, produce aún más. Aprender a tocar un instrumento es una tarea compleja que implica la interacción de múltiples funciones cognitivas que aumentan la plasticidad cerebral, es decir, generan nuevas conexiones neuronales y modulan la estructura del cerebro. Además, hay numerosos estudios que demuestran que la música potencia el desarrollo cognitivo, creativo, intelectual y psicológico. Dentro de los innumerables efectos positivos de la música, creo que para nosotros, los estudiantes, destacaría su capacidad de reducir el estrés y el entrenamiento de la paciencia, disciplina y perseverancia, actitudes tremendamente útiles en cualquier formación universitaria. Finalmente, el contexto de la orquesta hace que desarrollemos nuevas relaciones personales con gente de diferentes carreras, además de fomentar el trabajo colectivo.

4. ¿Qué valoración haces de la apuesta de la Universidad por la cultura?

La oferta de la UPF de diversas actividades culturales, como en este caso participar en la Orquesta de Cámara y poder compaginarlo con nuestros respectivos estudios universitarios, es una gran oportunidad educativa para nosotros. Además, en el escenario de pandemia por la Covid-19, la Universidad nos ofreció la oportunidad de hacer grupos de cámara de tres o cuatro componentes como alternativa para mantener nuestra formación musical durante este periodo. Aunque los conciertos y los ensayos con la orquesta completa nos motivan mucho desde el punto de vista musical y personal, el contexto de grupos reducidos de música de cámara ha aportado valores musicales diferentes. Gracias a la exigencia que supone la práctica y el carácter reducido de su conformación, ha requerido un entendimiento cercano de los participantes y ha constituido una posibilidad fundamental para elevar nuestro nivel musical individual.

Cabe destacar el gran esfuerzo de nuestro dedicado y comprometido director Diego Miguel-Urzanqui, que siempre demuestra una paciencia infinita y una gran implicación en nuestra formación. Diego nos orienta y nos anima a trabajar habilidades como el sentido del ritmo, el fraseo, el oído, la afinación, incluso los gestos necesarios para la comunicación sin director, el equilibrio y la coordinación del grupo, así como las indicaciones para un riguroso estudio individual que ha garantizado una correcta interpretación dentro del conjunto. Durante la pandemia, se ha adaptado rápidamente a la situación organizando siete pequeños grupos de cámara ofreciendo una atención más individualizada para hacer dos conciertos de fin de curso con un repertorio musical excepcional.

Coro de la UPF

Aída Vera Jiménez

Aída Vera Jiménez
directora del Coro de la UPF

Nacida en Las Palmas de Gran Canaria, ha estudiado canto en Las Palmas, Viena y Barcelona, ​​con actuaciones en España, Alemania, Austria, Nueva York y Brasil. Ha colaborado con el corazón del Liceo y en otros. Tiene editados 3 CD. Ha dirigido varios coros desde el año 2001 y desde el 2009 es la profesora y directora del Aula de Voz de la UPF.

¿Qué papel juega la música en la formación de los estudiantes universitarios?

Es un complemento indispensable para la formación cultural de cualquier carrera universitaria. La música les facilita desarrollar la creatividad y la sensibilidad artística. Los alumnos aprenden a socializarse, a trabajar en equipo y a tener disciplina individual y de grupo. En el caso del canto coral, aprenden a utilizar la voz y a trabajar textos en diferentes idiomas, perfeccionando la dicción. Es una de las pocas actividades, tal vez la única, que estimula todas las zonas del córtex cerebral, ya que, al cantar, se activan simultáneamente la parte auditiva, el área responsable del control muscular y de posición y la que involucra el habla y el ritmo. El lóbulo frontal y el temporal trabajan al mismo tiempo. Es una manera constructiva y terapéutica de desarrollar el cuerpo, la mente y las emociones. De este modo, la persona supera el estrés y encuentra el propio equilibrio.

¿Cómo trabajas con este colectivo? ¿Qué les pides?

En los ensayos hacemos ejercicios de estiramientos, de respiración y vocalizaciones para preparar la voz correctamente antes de cantar el repertorio. Trabajamos muchos aspectos importantes, como la afinación, los textos, el ritmo, la técnica vocal, el empaste de las voces, la postura corporal adecuada y la coordinación colectiva.

Explico a los alumnos la obra, el autor, la época, etc. Siempre intento que los ensayos sean dinámicos y ágiles para disfrutar el máximo de hacer música juntos. Los requisitos indispensables para poder participar en el Coro son la afinación, el sentido del ritmo, una voz sana y, sobre todo, el compromiso personal de asistir a los ensayos y las actuaciones. Doy prioridad a quienes tienen formación musical. Para poder trabajar en condiciones, les pido silencio, por respeto a los compañeros, a la música y a mí. Necesito que ellos se sientan cómodos y a gusto; pero, a cambio, les pido que colaboren preparando el repertorio en casa cuando observo dificultades individuales de aprendizaje y, en general, como complemento de lo que hacemos a los ensayos.

¿Qué valoración haces de la apuesta de la Universidad por la cultura?

Me parece bien. Pero sería ideal que la música fuera materia curricular universitaria, como lo es en otros países. Hay que tomar conciencia de que la música es el mejor instrumento para enseñar el trabajo en equipo. Por eso es importante que la Universidad colabore con el Coro facilitando a través de la programación horaria de clases la asistencia de los alumnos a los ensayos.

Actualmente, los estudiantes que participan en el Coro tienen dos créditos ECTS por curso; pero serían necesarios más estímulos académicos para atraerlos, igual que hacen muchas universidades con los deportistas.

Clara Roig Boada

Clara Roig Boada
miembro del Coro de la UPF

Estudiante de tercer curso del doble grado en Traducción e Interpretación y Lenguas Aplicadas

¿Qué te motivó a formar parte del Coro de la UPF?

La música siempre se ha manifestado en mi vida en forma de canto coral. Desde muy pequeña, cantaba en la coral infantil de mi pueblo, Valls (Tarragona), y de la que aún soy miembro como directora de un grupo de niños. Sin embargo, la idea de desplazarme a Barcelona para estudiar me parecía vacía si no continuaba aferrándose a aquella motivación que me proporcionaba el canto. Fue pues, en este momento, cuando decidí formar parte del Coro de la Universidad, donde, no sólo conocería nueva gente, sino que también estaría en contacto con gente con la que compartimos una afición.

¿Qué papel crees que juega la música en la formación de los estudiantes universitarios?

Cuando hablamos de "la universidad" podríamos pensar en un espacio destinado a estudiar, trabajar, asistir a clases...; pero la universidad es mucho más. Es un espacio donde se abren las puertas hacia el futuro, no sólo en la formación, sino también en actividades sociales. La música y, en particular, cantar en un coro despierta en las personas la capacidad de sentirse libres y desconectar de todas las preocupaciones que se encuentran durante el día a día, ya sea de estudios, de trabajo, personales...

¿Qué valoración haces de la apuesta de la Universidad por la cultura?

Apostar por una universidad donde las propuestas culturales formen parte activamente será siempre una buena opción. La cultura es nuestra identidad y el conocimiento, nuestro futuro. La unión nos hace crecer y nos abre al mundo un abanico de posibilidades mientras fortalecemos nuestras raíces.

 

Singularismos de la propuesta cultural de la Universidad

El eclecticismo de las acciones que forman parte del Programa de Cultura de la UPF tienen su máxima expresión en dos propuestas singulares: el blog Micromégas, una mirada macroscópica al universo microscópico del conocimiento, y el proyecto de teatro experimental Las Malnascudes. AV, que desemboca en la acción EMPÍRIC.

La primera, el blog Micromégas, nacido en 2020 en el seno de la UPF Barcelona School of Management, quiere ser "un anárquico libro de instrucciones para aprender a observar la infinidad del conocimiento desde la pequeñez..., y el detalle diminuto de la cultura desde la estratosfera", tal como se explica en su misma presentación. Y pretende conseguirlo desde el conocimiento, las artes, la cultura, el pensamiento y la ciencia, "desdibujando las categorías clásicas que definen las cosas".

Expertos de diferentes ámbitos -derecho, humanidades, comunicación, ciencias de la salud y de la vida, economía... -, tanto de la UPF como de otras instituciones, reflexionan sobre temas trascendentes de la vida ligados a la contemporaneidad que nos ha tocado vivir. Una propuesta que también incorpora la voz de estudiantes de la misma Universidad a través, por ejemplo, de HERStory, una iniciativa que quiere visibilizar las mujeres que han dejado huella en campos tan diversos como la política, la ciencia, la literatura o el cine .

Las Malnascudes.AV, por su parte, fue una acción concreta, puntual, realizada en el año 2019; pero que representó la semilla de lo que debe convertirse en EMPÍRIC, un nuevo espacio abierto al teatro experimental, a medio camino entre el teatro, el audiovisual y la tecnología interactiva. Y es que la Universidad también quiere ser protagonista del impulso de nuevas formas de producción cultural fruto de la investigación, la experimentación y la acción creativa. La iniciativa, que parte de un laboratorio de creación joven en el ámbito de las artes escénicas ya existente en la Sala Beckett, debe terminar desembocando en una convocatoria anual dirigida a compañías que trabajen el ámbito performativo desde una perspectiva experimental.

 

imatge de Malnascudes

"¿Quién es mi madre hoy? ¿Seguro que nuestra madre, la que nos parió, es la única que nos hace de mare hoy en día?"

Entrevista a Les Malnascudes (noviembre de 2019)

La cultura se incorpora al expediente formativo de los estudiantes

El Programa de Cultura de la UPF "integra las diferentes actividades docentes que derivan de iniciativas no estrictamente vinculadas a la investigación científica, sino que tienen que ver con la producción de conocimiento relacionada con las artes, las humanidades, la tecnología y las ciencias sociales orientadas a las industrias culturales", explica Manel Jiménez, vicerrector de Transformación Educativa, Cultura y Comunicación.

Esta propuesta liga perfectamente con uno de los proyectos estratégicos que la Universidad está desplegando, EDvolució, que pretende transformar el modelo educativo de la UPF para adaptarlo a las necesidades actuales y futuras de los estudiantes, y convertirlo en un modelo único que caracterice y singularice los futuros graduados. Entre otras cosas, el nuevo modelo prevé fomentar la transversalidad educativa, con el objetivo de favorecer un conocimiento multidisciplinar, donde las diferentes ramas del saber permiten encontrar soluciones a diversos contextos desde enfoques superpuestos y complementarios. En este sentido, se quiere que la cultura y el humanismo impregnen toda la Universidad, traspasando las paredes invisibles que, a veces, hay entre los diferentes ámbitos de conocimiento.

Para ello, actualmente "se está trabajando para poner en marcha un mínor en creación y práctica cultural abierto a cualquier estudiante, venga del grado que venga, y que abordará actividades que tienen que ver con el diseño, la producción, la creación y la gestión culturales", afirma Manel Jiménez.

Los mínors permiten a los estudiantes de grado y de máster de la UPF obtener un título propio que certifique los conocimientos y las competencias adquiridas fuera del núcleo principal de sus estudios. De este modo, un estudiante del grado en Biología Humana, por ejemplo, podría terminar sus estudios con unos conocimientos reconocidos sobre cultura, elemento que le ayudaría a singularizar su perfil.

Por otra parte, EDvolució también prevé la creación del Pasaporte UPF, un instrumento diferenciador del conjunto de estudiantes de la Universidad a través del cual se puedan mostrar las habilidades, las competencias y los conocimientos adquiridos a lo largo de sus estudios, en el marco de múltiples actividades formativas que ofrece la UPF. De este modo, aparte de las calificaciones tradicionales, este pasaporte incorporará elementos vinculados a la participación de los estudiantes en actividades culturales, como el Aula de Escena, las ligas de debate o los Diálogos Humanísticos, hasta el punto de poder generar un visado específico de cultura.