È: Para mí, la verdad es que empezó como algo muy natural, como un juego de niños. Cuando tienes diez años, hacer deporte es muy parecido a jugar. Y desde pequeña es cierto que era bastante buena, pero a nivel más local, ya sea en Barcelona o Catalunya. Cuando empecé a ser mejor y realmente el año en el que triunfé más fue en el primer año de Medicina. Fue algo bastante progresivo, pero sí que fue cuando empecé a entrenar todos los días, a cuidar más la nutrición, el descanso... Fue entonces cuando entré en lo que sería la élite del atletismo.

J: Para mí, hacer judo era el momento estrella del día, lo que más me gustaba. Cuando eres pequeño, comienzas dos días a la semana. Luego pides que te apunten tres, luego cuatro, cinco... y vas sumando. A medida que ves que los resultados acompañan, le dedicas más tiempo. En primer de Bachillerato fue cuando di un salto adelante, en medio tuve muchas lesiones, y ahora vuelvo a estar en ello otra vez.

È: A nivel burocrático, por así decirlo, cada año se publica una lista de los atletas de alto nivel. Si estás en la lista, tienes una serie de beneficios, de alguna forma, como ser parte del programa aquí en la UPF Tutoresport. Y a nivel personal significa estar a un nivel que te permite participar en campeonatos internacionales, ya sean europeos o mundiales, y que tienes un cierto nivel también en el Estado español. Esto también conlleva un trabajo diario, tanto físico como mental, y se tiene que llevar bien en el día a día. Una de las cosas que yo creo más destacables de un atleta de alto rendimiento es que es algo 24/7, y tener esta sensación de tener que estar siempre bien, y que todo lo que haces en tu día a día tiene que acompañar este ritmo de vida enfocado al alto nivel.

J: Sí, exacto. Al final, es todo un estilo de vida. Tienes que ser muy consciente de que es algo que te gusta mucho y que al final tus objetivos deportivos condicionarán muchas de las prioridades de las altas esferas de tu vida. Sobre todo como personas jóvenes, lo que me encuentro es que nosotros tenemos que priorizar mucho más el descanso, la comida, el cuidarse... A mí personalmente no me importa, al contrario, me llena, pero eso está ahí.

J: En mi familia tanto el deporte como la salud siempre han estado muy presentes y siempre les hemos dado mucha importancia. Y yo, como muchos de los deportistas, tenía pensado en un primer momento hacer Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, pero al final me decidí por Medicina, tal vez porque he sufrido muchas lesiones a lo largo de mi vida deportiva. Pensé que poder tener las dos vertientes en el futuro me permitiría ayudar a los atletas que pasen por lo que también he vivido yo.

È: En mi caso no es exactamente que el deporte me hiciera elegir Medicina. A mí desde pequeña siempre me había gustado la ciencia, y por las notas que pude tener en el Bachillerato y en las PAU pude entrar a Medicina. Mientras que para mucha gente de mi clase era su gran vocación, en mi caso fue, entre las opciones que tenía, la que elegí. Me gustaba la ciencia, me gustaba la profesión, ayudar a las personas... Y también es verdad que como atleta creo en esa idea de dar importancia a la salud. Sí que siento que está ligado, pero fue más por mi personalidad y no tanto por el deporte.

J: En mi caso es levantarse temprano, ir a entrenar —muchas veces soy yo quien abre el gimnasio, a las 6:45 ya estoy allí— y luego vengo aquí, hago las clases, y normalmente me quedo estudiando en la biblioteca hasta el entrenamiento de la tarde, que es de seis a nueve. Luego llego ya a casa, pero prácticamente para ir a dormir, porque al día siguiente es igual y toca despertarse pronto.

È: En las semanas más intensas sería: levantarme, entrenar, desayunar, ir por la mañana al hospital, hacer las clases al mediodía y luego volver a entrenar. Hay semanas en las que realmente siento que tienes que estar cien por cien enfocado en las dos cosas. Es una situación en la que son dos cosas, ambas muy exigentes, y que implican mucha energía mental, y además, que fluctúa mucho. Hay épocas en las que priorizas la universidad, los exámenes y las prácticas, y hay otras en las que priorizas los entrenamientos y las competiciones. Tienes que ir jugando e improvisando con lo que te encuentras. Yo durante la carrera he ido cogiendo menos asignaturas algunos años, para poder combinar ambas cosas y para poder tener un poco de vida fuera de todo esto.

È: Yo el año pasado fui una temporada a Italia durante dos trimestres, porque tenía la sensación tanto con la Medicina como con el atletismo de un cierto burnout. Sentí que necesitaba respirar, una pausa, porque creo que me superó un poco. Y al final he llegado a la conclusión de que son las dos cosas que quiero hacer, pero que es muy importante darles los espacios que merecen en cada momento. El deporte sé que podré hacerlo hasta una determinada edad, mientras que los estudios me los puedo tomar con más calma. Por lo tanto, ahora quizás tengo que priorizar el deporte, porque es ahora o nunca.

J: Me siento muy identificada con lo que dice Elia, y es que son dos ámbitos que requieren mucho. Como ejemplo, el judo es un deporte en el que nos tenemos que ayudar los unos a los otros a calentar. A mí me ha pasado muchas veces justo acabar mi competición, ponerme a estudiar, y que a los diez minutos me pidan calentar, luego volver a estudiar, que a los diez minutos me vuelvan a pedir calentar, volver a estudiar... Estás siempre intentando superponer las dos cosas y buscando huecos por todas partes. Por eso creo que la planificación es muy importante.

J: Es un programa hecho para los deportistas que formamos parte del programa de alto nivel y que estamos reconocidos, y trata de poder ayudarnos a compaginar nuestra vida académica con nuestra vida deportiva. Tenemos un tutor asignado que nos ayuda en todo lo que sea necesario. Lo cierto es que en muchos casos ni siquiera es necesario que intervenga, porque cuando contactas con algún profesor y les explicas que formas parte de Tutoresport, todos son muy comprensivos y te ayudan con lo que sea necesario. Yo nunca he tenido ningún problema para que te justifiquen alguna ausencia o te cambien algún horario. Sobre todo lo que te permite es ir tranquila a las competiciones, sabiendo que estás haciendo las dos cosas y que no pasa nada porque en un momento de la temporada tengas que priorizar el deporte, porque se te tiene en consideración.

È: En muchos momentos no lo necesitas tan activamente, pero te da esa tranquilidad de saber que si algún profesor me pusiera algún problema, o tuviera alguna situación en la que fuera complicado combinarlo todo, tengo un tutor, una persona de referencia, que me daría soporte a la hora de compaginarlo.

È: Las lesiones son la doble cara de la vida del deportista. Por un lado, son una frustración muy grande, sientes que se te detiene el proceso que estás haciendo y que comienzas desde cero. Y mucha gente quizás piensa que una lesión es un parón, pero al contrario, puede ser incluso más duro, porque implica hacer un montón de cosas que no hacías y que ahora tienes que hacer para poder recuperarte. En mi caso, por ejemplo, en lugar de correr, nadar. Y es algo que quizás no te gusta tanto, que tienes que hacer todos los días, y que no te da ningún resultado concreto, simplemente el volver a hacer algo que antes ni pensabas que tendrías que dejar de hacer. Pero también para mí tiene una parte más positiva, que es que, aunque tengas que hacer mantenimiento y recuperación, te puedes centrar en otras cosas como los estudios, la vida social, u otros aspectos de la vida en los que no te centras cuando estás en la máxima competición.

J: Creo que es lo más duro de la vida del deportista y del atleta. Ponemos mucho esfuerzo y sacrificio para que todo salga bien, y las lesiones son algo que no puedes controlar y que no depende de ti. Quizás te llegan en un momento que es el peor, porque estás a punto de conseguir lo que has estado luchando todo este tiempo... Forman parte de la vida del atleta y hay que entender que son algo indiscutible, que uno tiene que saber gestionar. Forma parte también de todo este proceso y es parte de tu crecimiento personal.

J: Creo que tanto los estudios como el deporte, en mi caso el judo, se complementan muy bien. Desde pequeña me ha dado esa capacidad de sacrificio, de constancia, de disciplina... Al final, en una carrera tan exigente como la carrera de Medicina, es esencial el trabajo diario. Y viceversa, hacer una carrera tan exigente te somete a situaciones de estrés y de presión que tienes que saber gestionar. Y las competiciones también son momentos específicos en los que tienes que rendir, en los que estás sometida a estos niveles de presión, y creo que me ha servido de cara a mi rendimiento deportivo.

È: El atletismo, o el deporte en general, te da muchos valores que son aplicables a la Medicina como carrera, o a la vida en general: la constancia, el sacrificio, gestionar los nervios o la frustración... En Medicina vivimos situaciones también muy exigentes, que pueden salir mal, y saber gestionar la frustración o los errores te puede ir muy bien. Y de la medicina que me haya servido al atletismo, me cuesta pensar en algo en concreto, pero realmente creo que me ha servido para relativizar. Cuando estás en el hospital y ves todo tipo de enfermos con todo tipo de enfermedades te hace relativizar lo que significa perder una carrera. El nuestro es un ambiente muy intenso, un poco una burbuja, y esta parte más humana, más de tocar con los pies en la tierra, me va bien para relativizar el atletismo y me hace disfrutarlo más.

J: A corto plazo, en el ámbito deportivo sería poder hacer un buen papel en el Europeo sub-23, y a largo plazo, como cualquier deportista que entrena cada día y se lo trabaja, estar en los Campeonatos del Mundo o en los Juegos Olímpicos. Y en el mundo de la medicina, a mí me encantaría estar trabajando en un centro de alto rendimiento con deportistas, y poder ayudarles a superar lesiones.

E: Está claro que el gran objetivo de todos los deportistas son los Juegos Olímpicos, o unos Mundiales. Yo ahora acabo de pasar a la categoría senior, y mi objetivo sería poder ser internacional con la selección española absoluta en algún campeonato mundial o europeo. Y como médico no tengo aún muy definida mi especialidad. Así como ella tiene claro que se quiere enfocar en el mundo del deporte, yo aún estoy buscando cuál puede ser la mía. Lo que quiero es encontrar una que me llene y poder ayudar a la gente.