La investigación arqueológica, incluidos los estudios arqueobotánicos, desempeña un papel fundamental en nuestra comprensión del pasado y ofrece varias contribuciones importantes. Los hallazgos arqueológicos ayudan a reconstruir la historia humana y a comprender la evolución de las sociedades a lo largo del tiempo. Los estudios arqueobotánicos son cruciales para entender los orígenes y la evolución de la agricultura. Analizar restos de plantas antiguas puede ayudar a revelar tanto las prácticas agrícolas y los cultivos utilizados como a comprender la adaptabilidad de las sociedades antiguas a condiciones ambientales cambiantes, lo que tiene implicaciones importantes para la seguridad alimentaria, especialmente en la actual situación de cambio climático. Los restos arqueobotánicos también proporcionan información valiosa sobre la biodiversidad histórica de las plantas y su relación con las comunidades humanas. Esto puede tener implicaciones para la conservación de especies y la comprensión de las interacciones entre humanos y su entorno.

Los hallazgos arqueológicos ayudan a reconstruir la historia humana y a comprender la evolución de las sociedades a lo largo del tiempo

A pesar de estas contribuciones significativas, es cierto que la investigación arqueológica a veces puede recibir menos atención o financiamiento en comparación con otros campos científicos. Sin embargo, su importancia en la comprensión de nuestra historia y en la toma de decisiones contemporáneas, como la gestión sostenible de recursos naturales, destaca la necesidad de valorar y respaldar la investigación arqueológica, incluyendo los estudios arqueobotánicos.

El primer año de trabajo ha sido muy fructífero, y podemos considerarnos satisfechos con los logros alcanzados hasta ahora. En 2023 se han incorporado 9.342 sitios arqueológicos en Brasil y 9.317 sitios arqueológicos en Colombia mediante el análisis automático de datos preexistentes. Adicionalmente, se ha logrado la inclusión de 1.796 sitios que nunca habían sido publicados, o sea, que sus datos no estaban disponibles.

El enfoque de MAPHSA se centra en el desarrollo de una base de datos de acceso abierto para sitios arqueológicos precolombinos en Brasil y Colombia. Esta base de datos está diseñada para integrar, desde el mismo proyecto, tanto datos existentes como nuevos hallazgos, que son detectados a través de tecnologías de teledetección y predicciones mediante aprendizaje automático. Utiliza software de código abierto, como Arches y QGIS, alineado con los principios FAIR (encontrables, accesibles, interoperables y reutilizables).

El procesamiento inicial de datos para el aprendizaje automático se llevó a cabo de manera exitosa. Utilizando informaciones desde publicaciones, cartografiamos sitios arqueológicos en áreas de selva tropical con el objetivo de desarrollar el conjunto de datos para entrenar el aprendizaje automático y, eventualmente, automatizar la detección de sitios. También integramos datos de áreas deforestadas, incluyendo estructuras como los geoglifos, para ser utilizados conjuntamente con imágenes satelitales históricas que permitan evaluar el deterioro del patrimonio. Además, diseñamos un modelo “proof of concept” con el objetivo de utilizar la teledetección para modelar los hábitats de dos árboles importantes en las Tierras Bajas Orientales de la Amazonía y explorar su relación con los asentamientos humanos actuales en la Amazonía colombiana.

Los esfuerzos de validación sobre el terreno se centraron en dos áreas de Colombia. En la Sierra Nevada de Santa Marta abarcaron un área de 6 km² a través de prospecciones e imágenes de satélite, lo que llevó a la documentación de 298 nuevos sitios arqueológicos. Además, se realizaron tres excavaciones adicionales para mejorar la comprensión cronológica de esta región. En la Ciénaga Grande de Santa Marta, se realizaron aproximadamente 5 km² de relevamientos, que desvelaron la presencia de ocho concheros (depósitos geológicos de conchas y otros restos de moluscos y peces) prehispánicos. Finalmente, la colaboración con la Universidad del Magdalena en Colombia se centró en capacitar a comunidades indígenas, especialmente alrededor de la Línea Negra de Santa Marta, sobre la labor realizada en la zona y los posibles beneficios para las comunidades.

El patrimonio y el conocimiento cultural son fundamentales para la identidad de comunidades y sociedades. Preservar estas expresiones culturales ayuda a mantener una conexión viva con el pasado, a la vez que fortalece la identidad y el sentido de pertenencia. Esta perspectiva contribuye a la diversidad cultural global. Cada comunidad aporta perspectivas únicas, tradiciones y prácticas que enriquecen la herencia cultural del mundo. También, el patrimonio actúa como un medio para transmitir la historia y las tradiciones, de generación en generación, y asegura que esta diversidad cultural no se pierda y que las futuras generaciones comprendan su herencia. Finalmente, el patrimonio cultural puede desempeñar un papel en el desarrollo sostenible, ya que contribuye al turismo cultural y a la economía local. La preservación adecuada del patrimonio puede ser una fuente de ingresos y empleo, sin comprometer la integridad cultural.

La preservación adecuada del patrimonio puede ser una fuente de ingresos y empleo, sin comprometer la integridad cultural

En resumen, detectar y preservar el patrimonio y el conocimiento cultural es esencial para mantener la diversidad y la riqueza de la herencia cultural de la humanidad, promoviendo la comprensión, el respeto y el desarrollo sostenible a lo largo del tiempo.

La eficacia de las políticas para preservar el patrimonio cultural puede variar considerablemente entre diferentes países y regiones. En muchos lugares, los gobiernos y las administraciones han implementado políticas y medidas para combatir las amenazas y garantizar la preservación del patrimonio. Estas políticas pueden incluir la promulgación de leyes de protección del patrimonio, la asignación de fondos para la conservación y la restauración, la implementación de programas educativos y la colaboración con organizaciones internacionales.

La colaboración internacional y el compromiso continuo son fundamentales para abordar los desafíos y garantizar la preservación a largo plazo del patrimonio cultural

Sin embargo, también hay desafíos significativos, como la falta de recursos, la presión del desarrollo urbano, el saqueo y el tráfico ilícito de objetos culturales, así como desastres naturales y conflictos armados, que pueden amenazar la integridad del patrimonio.

Algunos países han adoptado políticas efectivas para preservar su patrimonio cultural, si bien la situación puede variar ampliamente. La colaboración internacional y el compromiso continuo son fundamentales para abordar los desafíos y garantizar la preservación a largo plazo del patrimonio cultural.

La tecnología desempeña un papel crucial en las investigaciones relacionadas con la preservación del patrimonio, ya que aporta características, valor y utilidad fundamentales. Por ejemplo, la “precisión” de la tecnología permite la recopilación de datos detallados sobre las diferentes “realidades” de patrimonio (por ejemplo, artefactos y sitios arqueológicos), y esto es esencial para la documentación y la preservación. Actualmente, las nuevas tecnologías permiten el mapeo y modelado bi- y tridimensional, que no solo ayuda en el ámbito de la investigación, sino que también es fundamental para la catalogación, la preservación virtual o la creación de réplicas digitales de patrimonio en peligro. Estas tecnologías, conjuntamente con herramientas como las aplicaciones móviles, la realidad aumentada o las plataformas en línea, pueden ser utilizadas para difundir información sobre el patrimonio cultural y educar al público, a la vez que promueven la conciencia y la participación.

La tecnología puede desempeñar un papel en la seguridad y la prevención del saqueo

La aproximación tecnológica tiene una gran ventaja respecto a otras aproximaciones, ya que puede automatizar procesos repetitivos, acelerando la recopilación y el análisis de datos. Esto permite una investigación más eficiente, un aumento del conocimiento y la implementación de estrategias de preservación de manera oportuna. Un ejemplo claro es el proyecto MAPHSA, financiado por Arcadia Fund, en el que el volumen de datos a procesar (el patrimonio de Colombia y de parte de Brasil) es enorme y sería casi imposible abordar su recopilación y evaluación a través de un proceso manual.  Finalmente, la tecnología puede desempeñar un papel en la seguridad y la prevención del saqueo: sistemas de monitoreo avanzados, incluyendo monitoreo por satélites, y tecnologías de seguimiento, pueden proteger los sitios arqueológicos de actividades ilegales o en relación al cambio climático o a la explotación ilegal del medioambiente (por ejemplo, la quema forestal de la Amazonía, que no solo destruye el bosque, sinó también todo el patrimonio preservado allí).

Sí, la inteligencia artificial puede ser compatible con la sostenibilidad y el compromiso social cuando se desarrolla, implementa y utiliza de manera ética y responsable. Por ejemplo, la IA puede analizar grandes conjuntos de datos para predecir patrones, relacionados con el patrimonio o, por ejemplo, patrones climáticos, que puedan ayudar en la adaptación a cambios ambientales. Esto es crucial para abordar desafíos relacionados con el cambio climático y promover la sostenibilidad. El análisis de grandes conjuntos de datos es valioso en la identificación y la gestión del patrimonio, que es el enfoque del proyecto MAPHSA, pero también en sectores como la educación o el desarrollo sostenible, y ayudar a tomar decisiones informada.

El Centro de Humanidades Digitales, que funciona como un centro interfacultad en la UPF, ya es una realidad, y pronto estrenará su web. El centro conecta los campos de las humanidades, las ciencias sociales y la tecnología. Su objetivo es desempeñar un papel fundamental en el intercambio de conocimientos y promover la innovación, tanto en la investigación como en la enseñanza y la formación. El UPF-DH aspira a ser un centro intelectual para explorar la teoría y las prácticas de las humanidades digitales. Para conseguirlo, pondrá a disposición de los usuarios de la UPF la posibilidad de desarrollar proyectos, junto con recursos valiosos, como literatura relevante, software de investigación y formación. Este último ámbito estará destinado tanto a estudiantes como a investigadores e investigadoras que buscan mejorar la utilización de los métodos o herramientas digitales y computacionales en su tarea.

La actividad del centro ya han empezado a través de la organización de workhops, y esperamos pronto poder activar una ventanilla de usuario en colaboración con la Biblioteca de la Universidad, que es parte fundamental de las dinámicas del proyecto.

Sí, las humanidades digitales pueden desempeñar un papel destacado en el proyecto Bienestar Planetario y apoyar a las iniciativas en esa dirección. La intersección entre las humanidades y la tecnología puede ser clave para abordar los desafíos relacionados con el bienestar planetario. La primera y quizás la perspectiva más importante en la cual las humanidades digitales pueden tener un papel clave en esta iniciativa es facilitar la colaboración interdisciplinaria, proporcionando plataformas y herramientas para la integración de datos y métodos de investigación desde diversas disciplinas. Esto es esencial para abordar los desafíos complejos relacionados con el bienestar planetario. La incorporación de las humanidades digitales en las dinámicas de bienestar planetario refleja la comprensión de que la tecnología y las ciencias humanas pueden trabajar de la mano para abordar los desafíos ambientales y sociales de manera integral. La UPF puede aprovechar esta convergencia para impulsar iniciativas significativas en este campo.

La tecnología y las ciencias humanas pueden trabajar de la mano para abordar los desafíos ambientales y sociales de manera integral

La prolongada sequía que hemos experimentado en los últimos años subraya la importancia de reconocer el agua como un recurso limitado y nos insta a reconsiderar nuestras prácticas y políticas para adaptarnos al cambio climático. Es evidente que la consciencia pública acerca de la escasez de agua y la necesidad de adaptarse al cambio climático ha experimentado un incremento notable. La discusión entorno al agua como un recurso inestimable ha ganado prominencia en la agenda global, como se ha puesto en evidencia en la la COP28 en Dubai, celebrada recientemente. Este avance es un paso positivo. No obstante, es importante subrayar que la consciencia por sí sola no basta: se requiere una acción concreta y decidida para abordar estos desafíos de manera efectiva.

La arqueología también permite identificar cambios climáticos en el pasado y la manera cómo las comunidades se adaptaron a ellos

La arqueología puede ofrecer una perspectiva única y valiosa para comprender la actual crisis hídrica y concretar actuaciones, y proporcionar insights sobre cómo las sociedades del pasado afrontaron y adaptaron los sistemas hídricos a condiciones similares. El estudio de civilizaciones antiguas puede revelar sistemas de gestión del agua innovadores y sostenibles. Las técnicas de irrigación o la gestión del agua en general implementadas por sociedades pasadas pueden inspirar actualmente estrategias de gestión del agua.  Entendiendo las prácticas agrícolas del pasado y su impacto en el uso del agua, tenemos la oportunidad de inspirarnos en ellas para desarrollar enfoques agrícolas contemporáneos que reduzcan la presión sobre los recursos hídricos. Por otro lado, la arqueología también permite identificar cambios climáticos en el pasado y la manera cómo las comunidades se adaptaron a ellos. Estos registros pueden ofrecer conocimientos sobre estrategias de adaptación que podrían ser relevantes para las actuales variaciones climáticas y la escasez de agua.

En definitiva, la arqueología puede inspirarnos y enseñarnos lecciones valiosas sobre la gestión histórica del agua, la adaptación a condiciones climáticas cambiantes y las estrategias para construir sociedades resilientes. Estos conocimientos pueden ser aplicados de manera reflexiva para abordar la crisis hídrica actual y desarrollar soluciones sostenibles y efectivas para el futuro.

Indudablemente deberíamos prestar una mayor atención a las experiencias históricas de las diferentes civilizaciones en lo que respecta a la adaptación de la agricultura a nuevos contextos. La historia agrícola nos brinda una perspectiva única sobre cómo las comunidades del pasado gestionaron los recursos, afrontaron desafíos similares a los actuales y desarrollaron prácticas agrícolas sostenibles.

A pesar de la riqueza de conocimientos que podemos extraer de estas experiencias, a veces existe una reticencia a mirar hacia el pasado y a valorar su utilidad. Esta reticencia puede derivar de una mentalidad centrada en la modernidad, en la que se tiende a confiar más en las soluciones tecnológicas contemporáneas que en las prácticas tradicionales. Además, la rápida evolución de la tecnología puede generar la percepción de que las antiguas prácticas agrícolas son obsoletas y simplemente no adecuadas a la complejidad del mundo de hoy. Pero las civilizaciones antiguas desarrollaron métodos agrícolas adaptativos y sostenibles que permitieron su supervivencia a lo largo del tiempo. Estudiar estas experiencias históricas no implica replicar exactamente prácticas pasadas, pero sí adaptar y combinar esos conocimientos con tecnologías modernas para abordar los desafíos contemporáneos de manera más efectiva.

La reticencia a mirar hacia el pasado puede limitar nuestra capacidad para aprender de la sabiduría acumulada a lo largo de los siglos

Así que la reticencia a mirar hacia el pasado puede limitar nuestra capacidad para aprender de la sabiduría acumulada a lo largo de los siglos y desaprovechar oportunidades para desarrollar enfoques agrícolas más equitativos y sostenibles. La integración de métodos tradicionales con innovaciones modernas podría derivar en sistemas agrícolas más resilientes y respetuosos con el medio ambiente. En este sentido, es esencial reconocer el valor intrínseco de las lecciones que la historia (agrícola) nos ofrece.

La necesidad de cambios en el sistema de cultivo es imperativa para asegurar la alimentación futura y prevenir un posible colapso en el sistema alimentario global. El crecimiento constante de la población mundial proyecta un aumento significativo en la demanda de alimentos en las próximas décadas. Los sistemas de cultivo actuales, algunos de los cuales dependen en gran medida de prácticas intensivas y recursos no renovables, podrían ser incacapaces de satisfacer esta creciente demanda de manera sostenible. El cambio climático añade una capa adicional de urgencia. Las alteraciones en los patrones climáticos, los eventos climáticos extremos y los cambios en la disponibilidad de agua afectan negativamente la estabilidad de los sistemas agrícolas existentes. Adaptarse a estas condiciones cambiantes se vuelve crucial para la resiliencia de la agricultura a nivel global. Las prácticas agrícolas intensivas actuales han contribuido a problemas como la pérdida de biodiversidad, la degradación del suelo y la contaminación del agua. Cambiar hacia prácticas más sostenibles es esencial para preservar los recursos naturales y mitigar el impacto negativo en los ecosistemas.

Los cambios en el sistema de cultivo son imperativos para garantizar la seguridad alimentaria futura y prevenir colapsos en el sistema alimentario global

En cuanto a la adaptación localizada, es evidente que cada zona del planeta presenta condiciones únicas en términos de clima, suelo y recursos disponibles. Así, encontrar modelos de cultivo adaptados a las características específicas de cada región se vuelve esencial. Lo que funciona bien en una parte del mundo puede no ser aplicable directamente en otra. En este contexto, la arqueología emerge como una herramienta valiosa gracias a la capacidad para proporcionar información a nivel local. Esta característica se vuelve especialmente relevante en la creación y la diversificación de modelos agrícolas. Tal enfoque posibilitaría la consideración y la adaptación a las particularidades específicas de cada región, y contribuir así a maximizar la eficiencia y sostenibilidad en la práctica agrícola.

En resumen, los cambios en el sistema de cultivo son imperativos para garantizar la seguridad alimentaria futura y prevenir colapsos en el sistema alimentario global. Así mismo, la adaptación a las condiciones cambiantes y la personalización de modelos agrícolas a las características locales son pasos cruciales hacia una agricultura más sostenible y resistente.

La responsabilidad de impulsar la sostenibilidad agrícola y la seguridad alimentaria recae en diversos actores, cada uno con roles específicos. La regulación y la gobernanza son elementos esenciales para orientar los esfuerzos hacia un sistema agrícola más sostenible, mientras que las agroindustrias y los inversores también tienen la responsabilidad de adoptar prácticas empresariales sostenibles. La inversión en investigación y en desarrollo de tecnologías agrícolas sostenibles son aspectos cruciales.

Las comunidades locales, especialmente los agricultores, desempeñan un papel fundamental a la hora de adoptar prácticas agrícolas sostenibles, compartir conocimientos y participar en iniciativas de gestión de recursos. Además, las instituciones académicas y de investigación son vitales para generar conocimientos y tecnologías innovadoras. La educación agrícola, a menudo facilitada por organizaciones no gubernamentales (ONG), también juega un papel clave a la hora de capacitar a las nuevas generaciones en prácticas sostenibles.

Es esencial encontrar soluciones que equilibren los intereses económicos con la necesidad de preservar los recursos naturales y asegurar la seguridad alimentaria a largo plazo

En relación con los obstáculos, los intereses existentes pueden representar un desafío significativo. Los sistemas agrícolas arraigados en prácticas industriales o vinculados a modelos de negocios establecidos a veces son reticentes al cambio. Los intereses económicos a corto plazo pueden entrar en conflicto con la necesidad de adoptar prácticas más sostenibles y generar resistencia. Superar estos obstáculos demanda un enfoque colaborativo y la construcción de consensos. Es esencial encontrar soluciones que equilibren los intereses económicos con la necesidad de preservar los recursos naturales y asegurar la seguridad alimentaria a largo plazo. Las estrategias clave incluyen la sensibilización, la educación y la promoción de incentivos para la sostenibilidad, así como el aprendizaje de las lecciones del pasado. Estos enfoques colectivos son fundamentales para avanzar hacia prácticas agrícolas más responsables y sostenibles.

El papel del factor cultural es de vital importancia en los procesos de transformación agrícola. La cultura, que abarca costumbres, creencias, valores y prácticas compartidas por una comunidad, ejerce una influencia significativa en la percepción, la adopción y la adaptación de las nuevas prácticas agrícolas. Un ejemplo claro de esto es la presencia de conocimientos tradicionales transmitidos de generación en generación en la cultura agrícola, los cuales tanto pueden facilitar como obstaculizar la adopción de técnicas agrícolas innovadoras

Comprender y respetar estas dimensiones culturales resulta fundamental para lograr el diseño e implementación exitosa de cambios agrícolas sostenibles

La agricultura, a menudo arraigada en la identidad cultural y las tradiciones de una comunidad, puede generar percepciones diversas frente a los cambios agrícolas. Estos cambios pueden ser interpretados como amenazas a las identidades arraigadas, o como oportunidades para preservar y adaptar las tradiciones a las exigencias de nuevas realidades.

Comprender y respetar estas dimensiones culturales resulta fundamental para lograr el diseño e implementación exitosa de cambios agrícolas sostenibles. Los programas y las políticas deben ajustarse a la diversidad cultural, fomentar una participación activa de la comunidad y respetar las dinámicas locales para garantizar una aceptación y una adopción efectivas de las nuevas prácticas agrícolas. Este enfoque sensible a la cultura contribuirá no solo a la eficacia de las iniciativas adpotadas, sino también a la promoción de prácticas agrícolas que respeten y enriquezcan a las comunidades locales.