Atrás "Más que el coste económico, lo que frena a muchos alumnos de entrar en la universidad es la falta de referentes"

"Más que el coste económico, lo que frena a muchos alumnos de entrar en la universidad es la falta de referentes"

Conversamos con los voluntarios del proyecto "Competencias de Introducción a la Universidad en Secundaria: evitando la exclusión social", que consiste en ampliar el número de referencias universitarias de los alumnos de un Instituto de Educación Secundaria del Raval.
19.02.2015

 

De izquierda a derecha: Laia Hofland, Irene Llorente, Emma Pons y David Moragas. Conversamos con los voluntarios del proyecto " Competencias de Introducción a la Universidad en Secundaria: evitando la exclusión social", propuesta ganadora de la primera edición del Concurso de Proyectos de Responsabilidad Social Universitaria Solidaria organizado por el Consejo Social y el Vicerrectorado de Responsabilidad Social y Promoción de la UPF.

El objetivo es impulsar el compromiso social de la Universidad y, en este caso, ampliar el número de referencias universitarias del alumnado de primero de bachillerato del Instituto de Educación Secundaria Milà i Fontanals, ubicado en el Raval.

Laia Hofland, estudiante del grado en Criminología y Políticas Públicas de Prevención, David Moragas, estudiante del grado en Comunicación Audiovisual, Irene Llorente, estudiante del grado en Publicidad y Relaciones Públicas, y Emma Pons, estudiante del grado en Periodismo, son los cuatro voluntarios que, después de haber recibido una formación previa a cargo de la UPF, explican a los alumnos sus experiencias personales y resuelven las dudas que las puedan plantear.

- ¿En qué consiste el voluntariado de competencias universitarias en la secundaria?

David: Una vez por semana vamos a un centro de secundaria del Raval y explicamos a los alumnos, de manera dinámica y divertida, qué es la universidad y cómo buscar información para el trabajo de investigación. Lo más importante es que todo esto viene acompañado de un trasfondo, que es que nosotros, con nuestras experiencias, nos convertimos en sus referentes universitarios.

- ¿Qué os motivó a apuntaros?

Irene: El hecho de que nuestra experiencia le sirva a alguien de referencia. Nosotros también hubiéramos agradecido esta ayuda porque, cuando nos encontramos en su situación, no éramos conscientes de cuántas opciones teníamos después de acabar el bachillerato y tampoco teníamos demasiados contactos que nos lo pudieran explicar.

- ¿Cómo aplicáis a las sesiones la formación que recibisteis?

Emma: En las primeras clases, les explicamos qué es la universidad con la ayuda del material que nos habían proporcionado en la formación. Para hablar del trabajo de investigación, nos son muy útiles las explicaciones que nos dieron sobre los catálogos y los buscadores. Durante los siguientes sesiones, hemos ido adaptando los contenidos a lo que vemos que interesa más. Nosotros decidimos en qué ponemos más énfasis para hacer las clases más participativas y divertidas.

"Nosotros también hubiéramos agradecido esta ayuda porque también nos encontramos en su situación".

- ¿Qué calidades debe tener un buen referente universitario?

Laia: Cuando los alumnos ven que es alguien de aproximadamente su misma edad quien les explica las cosas, cambian su actitud. Están más predispuestos a hacer preguntas y actúan diferente que frente a los profesores. Es por esto que los coordinadores del proyecto buscaban a alguien que fuera próximo a los alumnos, que les transmitiera confianza y que, a parte, tuviera buenas cualidades de retórica.

- ¿Qué visión de la universidad tenían los alumnos antes de hablar con vosotros?

Irene: Nada más llegar, les preguntamos qué sabían. Todos nos respondieron básicamente lo mismo: tienes que estudiar mucho, no hay mucha práctica y tienes que pasar una prueba muy difícil para acceder. Pero sobre todo, lo que más nos decían es que vale mucho dinero.

- ¿Por esto no la contemplaban como una opción real?

David: Más que por el coste económico, que también influye, yo creo que lo que frena a muchos alumnos de entrar en la universidad es la gran falta de referentes. Nos dijeron que no pensaban en ir porque es carísima, pero ni tan solo sabían que había becas. Sacando una matrícula de honor en el bachillerato, por ejemplo, tendrían el primer año de carrera gratis y esto no lo sabían.

Laia: Es por esto que les tenemos que dar las herramientas para decidir, para que ya no digan un "no" de entrada. Choca mucho que la falta de de información sea una de las barreras más importantes de esta universidad tan accesible que estamos haciendo.

"Choca mucho que la falta de de información sea una de las barreras más importantes de esta universidad tan accesible".

- De todo lo que explicáis, ¿qué es lo que más les llama la atención?

Irene: ¡Muchas cosas! Desde las alternativas a la Selectividad, hasta el hecho de que la universidad te permita desarrollar un sentido crítico, conocer a mucha gente y abrirte puertas para trabajar de lo que te gusta. También se sorprenden por la cantidad de grados que hay y por las fiestas y actividades que se hacen. Cuando ven que hay tanta diversidad se dan cuenta de que, aunque sea exigente, la universidad también es un lugar donde pasárselo bien.

- ¿Qué impacto tendría el aumento de estudiantes universitarios en barrios como el Raval?

Emma: Sería un gran beneficio. Actualmente, de los más de 40 alumnos que hay en una clase, solo uno o dos entran en la universidad. Estas cifras no estimulan nada a que el resto siga el ejemplo. En cambio, si de cincuenta alumnos entraran treinta, estudiar un grado se vería como una salida habitual. Y el hecho de que sean más las personas que han completado unos estudios académicos avanzados repercutiría sin duda en la situación económica del barrio.

- ¿Veis a estos chicos y chicas paseando por el campus de aquí a dos años?

Laia: A lo mejor no a todos, pero a muchos sí. Los vemos muy interesados. ¡No nos cuesta nada hacer que sigan la clase atentamente! Incluso traen preguntas preparadas y las encaran de manera focalizada. En la última sesión, ya nos pedían cómo compaginar dos grados, cuáles son las notas de acceso...

- Visto el éxito del proyecto, ¿creéis que se repetirá el proyecto de cara a los próximos cursos?

David: Esperamos que sí. De hecho, aunque al final nos escogieran solo a nosotros cuatro, fuimos un total de catorce estudiantes los que nos presentamos al proceso de selección. La organización no se esperaba ni tanta participación ni la reacción de los chicos y chicas. Sería un acierto si el año que viene ampliaran tanto el número de voluntarios como el de institutos.

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