Una vez se te haya asignado una pareja lingüística, es necesario que os pongáis en contacto y que decidáis dónde y cuándo, y con qué frecuencia, os reuniréis, y también que decidáis de mutuo acuerdo cómo organizaréis vuestro intercambio de conversación en las dos lenguas.

Es conveniente que os repartáis a partes iguales el tiempo de conversación entre las dos lenguas, de manera que si decidís que vuestros encuentros durarán una hora, habléis una lengua durante la primera media hora y la otra lengua la media hora restante. No hay normas estrictas, y tampoco ningún control de los objetivos de aprendizaje; una pareja lingüística se basa en el aprendizaje autónomo, y tu pareja y tú podéis hablar de lo que queráis y veros en cualquier momento.