Atrás "Hacer de la Universidad un espacio donde todo el mundo pueda vivir y desarrollarse en plena libertad es una tarea colectiva"

"Hacer de la Universidad un espacio donde todo el mundo pueda vivir y desarrollarse en plena libertad es una tarea colectiva"

Tània Verge, directora de la Unidad de Igualdad, y Lluïsa Rojas, agente de Igualdad de la UPF, abren una nueva etapa en el marco de la estructura de que dispone la Universidad en este ámbito, con el objetivo de afrontar los retos de futuro.
02.03.2018

 

Una de las características de la UPF es su fuerte compromiso con la igualdad efectiva de mujeres y hombres, y para desarrollarlo, ha ido creando a lo largo de los años una estructura alrededor de este ámbito, en el marco de las políticas de compromiso social de la institución.

Al inicio del programa de actividades con motivo del Día Internacional de las Mujeres, organizado por la Universidad, y que se alargará hasta el 10 de marzo de 2018, hablamos con Tània Verge, directora de la Unidad de Igualdad, y Lluïsa Rojas, agente de Igualdad de la UPF, para que nos expliquen qué se ha hecho hasta ahora y los proyectos de futuro.

Tània Verge Mestre (@taniaverge), nacida en Reus (Baix Camp, Tarragona) en 1978, se licenció en Ciencias Políticas y de la Administración (2000) en la UPF, donde actualmente es profesora agregada el Departamento de Ciencias Políticas y Sociales. En 2014 fue nombrada delegada del rector para las Políticas de Igualdad de Género en la UPF, hasta su nombramiento como directora de la Unidad de igualdad (2017).

Lluïsa Rojas Diago (Barcelona, 1964) es licenciada en Geografía e Historia por la Universidad de Barcelona (1993). Ese mismo año comenzó a trabajar en la UPF como miembro del personal de administración y servicios en la Escuela de Empresariales. Más adelante, estuvo vinculada a la Administración de campus del Mar (2001) y a la Facultad de Ciencias de la Salud (2004), hasta su nombramiento como agente de Igualdad de la Universidad en 2017.

¿Qué tipo de actividades se han preparado este año desde la UPF para conmemorar el Día Internacional de las Mujeres del 8 de marzo?

Lluïsa Rojas (LR): En nuestra página web se pueden encontrar todas las actividades enmarcadas en la Semana de la Igualdad programadas desde la Unidad de Igualdad, coorganizadas con asociaciones de estudiantes, así como las actividades que han partido desde las propias asociaciones. Nuevamente, si la Universidad es parte de la sociedad, es necesario que los debates sociales tengan presencia. La Unidad de Igualdad ha coorganizado mesas redondas y debates sobre los motivos por los que el movimiento feminista ha convocado una huelga el día 8M a nivel internacional (huelga laboral, estudiantil, de consumo y de cuidados), sobre el techo de cristal, sobre la falta de perspectiva de género en las producciones audiovisuales y culturales, y sobre la perspectiva de género en la docencia.

Desde la primera agente de Igualdad de la UPF (2007) hasta la creación de la Unidad de Igualdad (octubre de 2017), ¿cómo ha evolucionado la estructura en este ámbito y con qué voluntad se ha hecho?

Tània Verge (TV): Ha habido una evolución gradual en la estructura de igualdad dentro de la Universidad. La creación del Vicerrectorado de Responsabilidad Social (Vicerrectorado de Compromiso Social e Igualdad, desde 2017) marca un punto de inflexión en la voluntad de dar mayor peso y centralidad a las políticas de igualdad de género. El hecho de contar desde entonces con una agente de igualdad de entre el personal de administración y servicios (PAS) y una responsable de la dirección estratégica de entre el personal docente e investigador (PDI) nos ha permitido abarcar más ámbitos y desarrollar mejor la función de asesoramiento a los órganos de gobierno de la Universidad y de impulso y coordinación de las acciones y programas en materia de igualdad. Además, en 2017 se aprobó el reglamento de la Unidad de Igualdad, culminando así su proceso de institucionalización como servicio universitario especializado. Con el inicio de este curso académico, hemos abierto una oficina de atención a la comunidad universitaria (en la planta baja del edificio Roger de Llúria del campus de la Ciutadella).

¿Cómo se trabajan las políticas de igualdad de género desde la Universidad?

(LR): Las universidades son parte de la sociedad; si en la sociedad hay prácticas machistas, estereotipos de género y sesgos implícitos es lógico considerar que en la universidad estos elementos también están presentes. Por eso las políticas de igualdad son transversales y se impulsan en un plano de igualdad, con acciones y programas para ser desarrollados por los diferentes órganos, servicios y unidades académicas y administrativas. Afectan a la docencia, la investigación, la política de reclutamiento, los servicios de atención a la comunidad universitaria, la sensibilización sobre las desigualdades existentes, o la prevención, la detección y la actuación ante la violencia machista. Su implementación requiere de un cambio en la cultura organizativa, con nuevos enfoques y formación especializada; por ello el avance tiende a ser lento y gradual.

En breve se abrirá un proceso participativo entre toda la comunidad universitaria para dar a conocer el nuevo plan y recoger su feedback

La Universidad cuenta con el Plan Isabel de Villena, que este 2018 se actualizará con la segunda edición. ¿Qué objetivos ya se han alcanzado con el primer Plan y qué novedades introducirá el segundo Plan?

TV: Hay que hacer una valoración crítica pero también justa del primer Plan, aprobado en un contexto en el que se imponía legalmente su obligatoriedad, pero no había ningún tipo de guía con instrucciones ni experiencia práctica, ni en el ámbito público ni en el privado. El primer Plan permitió situar por primera vez en la agenda de la Universidad las políticas de igualdad; pero se han detectado algunos déficits en su implementación. Ha sido un proceso de aprendizaje. Se ha aprendido que hay que partir de un diagnóstico completo de la situación, donde no sólo se midan los desequilibrios en la presencia, sino que también se analicen los sesgos en los procesos. Esto se ha trabajado con el segundo Plan que, además, amplía el número de ejes estratégicos de actuación y define indicadores precisos para realizar el seguimiento del grado de cumplimiento. En breve se abrirá un proceso participativo entre toda la comunidad universitaria para dar a conocer el nuevo plan y recoger su feedback. Respecto a los nuevos ámbitos de actuación, se incorporan de manera destacada la perspectiva de género en la docencia y la lucha contra la violencia machista. Otra novedad es el hecho de que el segundo Plan parte de una definición de igualdad de género que incluye tanto la igualdad efectiva de mujeres y hombres como la diversidad en la orientación sexual y en la identidad y la expresión de género.

Habéis mencionado un par de veces la violencia machista. ¿Qué incidencia tiene en la Universidad?

LR: Diferentes estudios muestran que la violencia machista o la LGBTIfobia no son fenómenos ajenos a las universidades. Y es que, como decíamos, la universidad es parte de la sociedad. Para vehicular las consultas y las denuncias, la Universidad ha contado hasta ahora con dos protocolos de actuación, uno dirigido a estudiantes y otro a los colectivos del PAS y PDI. En breve, contaremos con un único protocolo para toda la comunidad universitaria que incorporará las conductas en materia de violencia machista, homofobia, bifobia y transfobia. Las consultas y denuncias puede presentarlas ante la Unidad de Igualdad tanto la persona afectada como cualquier miembro de la comunidad universitaria que tenga información sobre la situación. Garantizamos la confidencialidad, la protección de datos y la celeridad del procedimiento. Desde la Unidad de Igualdad también ofrecemos servicios de acompañamiento psicológico para las personas que han sufrido acoso o discriminación dentro o fuera de la universidad. Erradicar estas violencias también pasa por la sensibilización y la formación. Organizamos anualmente tres Semanas de la Igualdad con diferentes actividades y talleres dirigidas al conjunto de la comunidad universitaria (el 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres; el 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres; y el 17 de mayo, Día Internacional contra la LGBTIfobia). Asimismo, el CLIK, el SACU y el Servicio de PAS organizan diversas formaciones a lo largo del año en esta materia.

A veces se confunde la violencia de género con una especie de educación para la ciudadanía

A grandes rasgos, ¿cómo se está introduciendo la perspectiva de género en la docencia?

TV: Siguiendo los mandatos legales sobre universidades, ciencia e igualdad, así como las recomendaciones europeas, se han hecho diferentes acciones. En primer lugar, los proyectos de innovación docente del CLIK incorporan la perspectiva de género como criterio transversal de las convocatorias. Se han hecho diferentes proyectos para detectar el grado de introducción en los diferentes estudios. Y actualmente está en marcha un proyecto coordinado por la Unidad de Igualdad donde participan todas las unidades de coordinación académica (UCA) para elaborar recursos que faciliten la incorporación de la perspectiva de género en los planes docentes por parte del PDI. En segundo lugar, el FIDUS (el programa de formación inicial para el profesorado novel) incorpora desde hace cuatro años un módulo específico sobre perspectiva de género y dentro del programa de formación continua se han ofrecido diferentes talleres e intercambios de experiencias. Asimismo, este es el segundo año que está en marcha el espacio abierto de edición Viquidones UPF, con el objetivo de disminuir la brecha de género de la Wikipedia. Y sin embargo, a pesar de todas estas acciones, los avances son lentos. Lo podemos ver con la campaña de redes sociales (Twitter y Instagram) #AmbPerspectiva que ha impulsado la Unidad de Igualdad, en la que el alumnado pide una incorporación más efectiva y en más asignaturas de la perspectiva de género.

¿Por qué creéis que avanza lentamente?

TV: Por un lado, aunque ya hace más de diez años que estas recomendaciones y directrices legales están en vigor, la mayor parte del PDI se ha formado en un contexto donde las licenciaturas y los doctorados eran ciegos al género. Por otra parte, a veces se confunde la perspectiva de género con una especie de educación para la ciudadanía. Es cierto que la igualdad de género es una cuestión de justicia social pero, aplicada a la docencia (o en investigación), tiene que ver con su calidad y relevancia social. Favorece el desarrollo de pensamiento crítico y mejora la práctica profesional. La perspectiva de género permite evitar sesgos y no caer en explicaciones parciales, como ocurre cuando las experiencias de una parte de la población se sobregeneralizan a su conjunto; facilita entender las necesidades, comportamientos y actitudes potencialmente diferentes de mujeres y hombres, ya sean fruto de cuestiones biológicas o de construcciones sociales y culturales; y ayuda a cuestionar las normas, estereotipos y roles de género que prevalecen en la sociedad. En definitiva, desarrolla la capacidad para evaluar las desigualdades por razón de sexo, género y orientación sexual y para diseñar soluciones. La manera de implementar la perspectiva de género se debe definir desde cada estudio. Por ello animamos al profesorado a participar en los cursos de formación y en los espacios de reflexión que ofrece la Universidad en esta materia.

¿Cómo pueden colaborar los miembros de la comunidad universitaria para promover una igualdad efectiva?

LR: Todos y todas somos corresponsables en la construcción de una sociedad libre de violencia machista y LGBTIfobia, en la que la igualdad de mujeres y hombres sea efectiva. Hacer de la Universidad un espacio donde todos puedan vivir y desarrollarse en plena libertad es una tarea colectiva. De entrada, animamos a toda la comunidad universitaria a participar de las actividades de sensibilización y formación que se ofrecen en la UPF. No se actúa contra las desigualdades cuando nos son invisibles. Todos y todas nos hemos socializado en una sociedad machista, por lo tanto, hay que hacer un esfuerzo para identificar cuáles de nuestras conductas y actitudes o las de la gente de nuestro alrededor son machistas. También pedimos a toda la comunidad universitaria una actitud proactiva ante las violencias. No callamos ante ninguna situación de violencia y discriminación.

Hay que hacer un esfuerzo para identificar cuáles de nuestras conductas y actitudes o las de la gente de nuestro alrededor son machistas

¿Las nuevas generaciones están más sensibilizadas ante las desigualdades?

LR: A veces podemos pensar que los progresos en la igualdad de género son lineales, que el avance es claro y que el cambio generacional llevará por sí mismo a la desaparición de las desigualdades. Esto no es cierto. Por ejemplo, en el ámbito de las violencias, la incidencia entre el grupo de edad de menos de 30 años es similar al de otras franjas de edad. Las nuevas tecnologías y las redes sociales han dado lugar a nuevas formas de control y acoso y las actitudes sexistas están muy presentes. El patriarcado se auto-reproduce porque cuenta con numerosos agentes de socialización (familia, escuela, medios de comunicación, mercado laboral, etc.). Al mismo tiempo, es difícil que la gente más joven sea consciente de todas las desigualdades cuando aún no han pasado por la ma(pa)ternidad, no se han incorporado al mercado laboral, etc.

TV: Esto explica que las nuevas generaciones caigan a menudo en la llamada "falacia de la igualdad". Sin embargo, respecto a otras generaciones, la gente más joven muestra un mayor grado de sensibilización sobre las normas sociales y roles encotilladores binarios y opuestos en torno a la masculinidad y la feminidad, así como en torno a la sexualidad. También tienen una actitud más activa y reivindicativa. En los años en que cursé la licenciatura en la Universidad, no recuerdo ninguna acción en torno a fechas señaladas como el 8 de marzo. En cambio, en estos momentos las asociaciones y grupos de estudiantes organizan numerosas actividades de sensibilización, auto-formación y denuncia.

¿Haréis huelga el día 8 de marzo?

LR: Sí, y tanto. Tenemos tantos motivos para parar y detener el mundo que sería extraño no hacerlo. Es necesario que se haga visible lo máximo posible el trabajo de las mujeres en todos los ámbitos. No sólo haremos huelga en el trabajo sino también en casa o en el estudio para protestar por todas las circunstancias injustas y desfasadas que rodean, en pleno siglo XXI, la vida de la mayoría de mujeres en el mundo.

TV: Nos sobran los motivos para secundar esta huelga: mayor precariedad laboral, feminización de la pobreza, falta de corresponsabilidad y reconocimiento social en las tareas de cuidado, techo de cristal, brecha salarial, violencias machistas, cosificación de las mujeres, restricciones sobre el derecho al propio cuerpo, invisibilización de las contribuciones de las mujeres en todos los ámbitos de conocimiento ... La desigualdad que sufren las mujeres en todos los trabajos y espacios es flagrante.

 

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