El edificio del Parque de Investigación Biomédica de Barcelona (PRBB), inaugurado oficialmente el 15 de mayo del 2006, es una iniciativa conjunta de la UPF, la Generalitat de Cataluña y el Ayuntamiento de Barcelona. Está situado en un solar de 9.000 m2  ante la fachada marítima de Barcelona, a tocar del edificio Dr. Aiguader y del Hospital del Mar.

Acoge el Departamento de Ciencias Experimentales y de la Salud de la UPF y varios centros vinculados o participados por la Universidad: el Centro de Regulación Genómica (CRG), el Instituto de Investigación del Hospital del Mar (IMIM) y el Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL), además de otros centros de investigación del ámbito biomédico. Aproximadamente, 1.400 personas residen en el edificio, entre investigadores, técnicos y personal de administración y gestión.

Dentro del complejo, que dispone de unos servicios científico-técnicos dotados con la última tecnología, trabajan cerca de ochenta grupos de investigación independientes, formados por cerca de 700 investigadores. Se dedican tanto en áreas de investigación fundamental como áreas aplicadas de innovación, en un campus de producción intensiva de conocimiento en el ámbito de la biomedicina y las ciencias de la salud, que facilita una transferencia efectiva de conocimientos a la industria del sector.

Proyectado por los arquitectos Manel Brullet y Albert de Pineda, el PRBB tiene una forma elíptica, con unas dimensiones de 117 x 74 metros, y consta de planta baja, nueve plantas de altura y dos plantas más bajo rasante. La superficie total construida es de 55.000 m2, de los cuales 36.500 se destinan a usos científicos. El diseño y la estructura de las instalaciones prima la proximidad física de los grupos de investigación, según áreas temáticas afines, para favorecer la integración, aprovechar sinergias y mejorar la gestión económica.

Con una estructura que incluye 110 tensores metálicos por planta, el 40% del edificio se sostiene desde el techo y un 60%, por los núcleos centrales de hormigón. Desde la calle ofrece una imagen extraordinaria: da la sensación de ser un cuerpo flotante, y su fachada está cubierta de cedro rojo, para controlar la incidencia de la luz y del sol. El año 2008 ganó el premio Barcelona Meeting Point (BMP) al Mejor Proyecto Nacional, en reconocimiento a su originalidad arquitectónica.