Analizan las relaciones de las organizaciones de la sociedad civil españolas con la ciencia
Analizan las relaciones de las organizaciones de la sociedad civil españolas con la ciencia
Los resultados del estudio indican que las asociaciones de la sociedad civil tienen la voluntad de involucrarse más en la producción científica.
Investigadoras de la UPF han analizado cuál es la relación que hay entre las organizaciones de la sociedad civil y el sistema de ciencia y tecnología español. El trabajo ha sido publicado en la revista Public Understanding of Science y realizado por Carolina Llorente y Gema Revuelta, del Centro de Estudios de Ciencia, Comunicación y Sociedad (CCS-UPF), y Mar Carrió, del Grupo de Investigación Educativa en Ciencias de la Salud (GRECS).
En las últimas décadas han surgido varios movimientos que promueven la integración de la sociedad en el proceso de investigación con el objetivo de construir una ciencia socialmente más relevante. Este nuevo modelo de producción científica se está consolidando en Europa y cada vez más en todo el mundo. “La participación social muchas veces no se hace a nivel individual, sino a través de la sociedad civil organizada, por eso en nuestro estudio exploramos por primera vez en España las interacciones entre estas organizaciones y la ciencia”, explica Carolina Llorente. “Conocer las perspectivas de estas organizaciones es útil para proponer herramientas efectivas que ayuden a fortalecer las relaciones ciencia-sociedad”. El concepto sociedad civil organizada incluye a las organizaciones sin ánimo de lucro en las que participan ciudadanos generalmente de manera voluntaria: asociaciones de pacientes y de consumidores, organizaciones que velan por el medio ambiente o los derechos de los animales, asociaciones de ayuda humanitaria, agrupaciones de minorías, etc.
En general las organizaciones de la sociedad civil desconocen su propio potencial y lo que pueden aportar a la investigación. Aun así, los resultados indican que entre estas asociaciones hay una voluntad de involucrarse en la producción científica, por ejemplo, proponen que se los consulte desde el inicio para ayudar a plantear la investigación.
El análisis se ha basado en entrevistas semiestructuradas a directivos de 31 organizaciones españolas. La selección de las organizaciones se realizó teniendo en cuenta las características y la distribución de estas en el país. En España, hay tres organizaciones: ONCE, Cruz Roja y Cáritas, denominadas singulares, que aglutinan a más del 60% de voluntarios del país. También hay algunas agrupaciones de organizaciones (federaciones), pero lo que realmente aglutina el grosor del voluntariado son las pequeñas asociaciones descentralizadas que tienen un poder de acción local, pero en general disponen de poco recursos económicos.
Los resultados del estudio muestran que una parte importante de las organizaciones no participan en la ciencia y la tecnología o, en algunos casos, no son conscientes de su participación. El tipo de colaboración más frecuente es ser sujetas de estudio de la investigación, por ejemplo en los casos de las asociaciones sociales donde entrevistan a los integrantes. Este es el caso, por ejemplo, de investigaciones que analizan el papel de determinadas minorías (como las religiosas o lingüísticas) y contactan con asociaciones que tratan este tema para entrevistar a sus asociados. En menor medida, las organizaciones, generalmente de pacientes, financian la investigación mediante contrataciones, premios o llevan a cabo investigaciones dentro de la propia organización. En algunos casos, las organizaciones también participan como consejo asesor o en la formación dirigida a investigadores para traspasar el conocimiento sectorial a un entorno académico.
En cuanto a las barreras de la participación, los entrevistados coinciden en que la principal es la falta de recursos económicos y de personal. Pero también mencionan la carencia de conocimiento mutuo: los científicos no saben qué se hace en las organizaciones y estas no son conscientes de qué pueden aportar ni saben cómo pueden participar en la producción científica.
Para poder favorecer las relaciones ciencia-sociedad hay que fortalecer las alianzas entre estos dos mundos. Esto se podría hacer mediante una mejor comunicación entre la academia y la sociedad civil organizada y, por lo tanto, hace falta una formación sólida de los investigadores en este ámbito.
En palabras de Mar Carrió: “como estrategia para mejorar los vínculos pensamos que hay que fomentar que los investigadores sepan cómo integrar a las organizaciones y a la inversa, que estos colectivos tengan más conocimientos sobre cómo funciona la ciencia”.
En cuanto a la relación ideal que las asociaciones quieren tener con el sistema de ciencia y tecnología, se observa que en general las organizaciones de la sociedad civil desconocen su propio potencial y lo que pueden aportar a la investigación. Aun así, los resultados indican que entre estas asociaciones hay una voluntad de involucrarse en la producción científica, por ejemplo, proponen que se los consulte desde el inicio para ayudar a plantear la investigación.
“Para poder favorecer las relaciones ciencia-sociedad hay que fortalecer las alianzas entre estos dos mundos. Esto se podría hacer mediante una mejor comunicación entre la academia y la sociedad civil organizada y, por lo tanto, hace falta una formación sólida de los investigadores en este ámbito”, dice Gema Revuelta. “Pero también se tienen que abrir canales que permitan relaciones formales y estables entre las instituciones, así como alinear los objetivos de la investigación con las expectativas sociales”, concluye.
Artículo de referencia:
Llorente C, Revuelta G, Carrió M. Social participation in science: Perspectives of Spanish civil society organizations. Public Understanding of Science. September, 2020. https://doi.org/10.1177/0963662520960663.