Miquel Tolosa es estudiante del grado en Ingeniería en Informática en la UPF. Ya hace años que se le ocurrió la idea de crear la primera plataforma para descargar música de manera gratuita y legal, pero ha sido ahora cuando su proyecto, MonkingMe, por fin ha visto la luz.

Por el camino, se le unieron seis jóvenes más y formaron el equipo de trabajo actual, siempre abierto a nuevas incorporaciones. Los miembros del equipo son: Adrià Garriga, también estudiante del grado en Ingeniería en Informática en la UPF; Damià Fuentes y Adrià Sarquella, que cursan en la UPF los estudios simultáneos en Ingeniería en Informática y Ingeniería en Sistemas Audiovisuales; Raúl Martínez, estudiante de la UAB; César Torras, estudiante de la EAE Business School de Barcelona, y Pol Cunillera,
estudiante de la UPC.

- ¿Qué es MonkingMe?
- Es la primera plataforma donde el usuario puede descargar música de manera gratuita y legal. La idea es que cada descarga repercuta en una remuneración para los artistas, a quienes se les proporciona otras vías de ingresos, como la venta de merchandising o de entradas a conciertos. Además, la plataforma también permite compartir contenidos e interactuar fácilmente con la música.

- ¿Y qué debe hacer el usuario para descargarse una canción gratuitamente?
- Antes de descargarse la canción, el usuario debe ver un video publicitario de unos veinte segundos, de manera que los ingresos obtenidos van a parar íntegramente al cantante. Pero los artistas pueden escoger otras opciones, como sustituir este anuncio por su propio video promocional o hacer que el usuario deba poner "me gusta" a su perfil antes de bajarse el archivo. De esta manera no obtienen ingresos económicos, pero ganan en promoción y en número de seguidores.

"Antes de descargarse la canción, el usuario debe ver un video publicitario de unos veinte segundos, de manera que los ingresos obtenidos van a parar íntegramente al cantante".

- ¿De dónde surgió la idea?
- Se me ocurrió antes de entrar en la Universidad, cuando ni siquiera sabía programar. Me di cuenta de que, actualmente, los jóvenes no pagamos nunca para descargarnos música y esto hace que se creen muchas plataformas ilegales. Pensé que se tenía que convertir este problema en una ventaja. Desde entonces, todos los miembros del equipo hemos ido añadiendo cosas y la idea inicial ha evolucionado mucho.

- ¿Cuál ha sido el principal obstáculo a la hora de lanzar la plataforma?
- Ha habido tantos que me resulta difícil escoger. Quizás diría la programación en sí. No porque sea difícil, sino porque crear una web con tantas funcionalidades como la nuestra conlleva mucho trabajo. Nosotros somos todos estudiantes y no todos programamos; así que quizás, a veces, vamos justos de tiempo y necesitaríamos contar con algún programador más.

- Para llevar a cabo un proyecto como éste, se necesita la aprobación de los artistas. ¿Cómo han reaccionado a vuestra propuesta?
- Hemos tenido muy buena aceptación. Hemos hablado tanto con discográficas como con artistas independientes, que son los que han respondido más rápidamente. La idea les ha gustado mucho y hemos conseguido acuerdos con grupos como Txarango o con discográficas como BMG o Blanco y Negro, entre otros.

  - Según un estudio del Observatorio de la Piratería, un 88% del consumo cultural en la red es de contenido ilegal. ¿Cómo se ha llegado a alcanzar un porcentaje tan elevado?
- Es una consecuencia de la revolución tecnológica. Pero, aunque es muy bonito que todo el mundo pueda subir contenido a la red y que todo el mundo pueda tener acceso, esto hace daño a los artistas. Actualmente, cambiar esta tendencia y hacer que se deba pagar por los contenidos es imposible.

  - ¿Cuál es la solución, entonces?
- Se ha demostrado que combatir a la piratería a base de prohibir la compartición libre de contenidos no funciona. Llevan años cerrando webs y ni así lo consiguen. Lo que se debe hacer es ver esta situación como una ventaja y convertir este porcentaje tan alto en una dada positiva que represente un beneficio para las discográficas. No se debe prohibir la piratería, sino hacerla innecesaria.

- ¿La industria musical es uno de los sectores más difíciles para los emprendedores?
- Sí, es muy complicado. Hay muchas cosas que se deben tener en cuenta: hay muchos tipos de contratos diferentes y muchas maneras de gestionar los derechos de los artistas; la SGAE tiene sus propias condiciones y las debes cumplir... Todo ello es muy difícil, pero hemos ido paso a paso y creemos que nos las estamos arreglando bastante bien.

- ¿Vuestro modelo de negocio sería aplicable a otros productos culturales?
- Cada caso debe ser estudiado de manera específica y necesita su plan de negocio personalizado. Es cierto que hay algunos paralelismos entre la música, las series, las películas y los libros; pero también hay muchas diferencias. Producir una película, por ejemplo, es más caro que producir una canción; así que haría falta estudiar si en este caso nuestro modelo sería viable. Por el momento, no podemos saberlo; pero estaría bien que se tuviera en cuenta la opción.