La vocación de  Guillem d'Efak Fullana-Ferré (Humanidades, 1998; Doctorado en Historia, 2000) siempre ha estado ligada al mundo de la cultura y a los múltiples caminos profesionales que este sector ofrece. Nunca ha dejado de aprender y de iniciar sus propios proyectos, como Musealia,  Itinera Plus o  Tria Llibres. Pero una llamada de teléfono le cambió la vida radicalmente: la reputada agente literaria Carmen Balcells le escogió como su sucesor y ahora, dos años más tarde, dirige la que es considerada la agencia más importante del planeta en lengua española. 

- ¿Por qué decidiste estudiar Humanidades y hacer el doctorado en Historia en la UPF?

Decidí hacer Humanidades porque a mis 18 años se me hacía muy y muy difícil qué carrera "de letras" escoger. Dudaba entre Filosofía, Historia, Historia del Arte... Justo cuando hacía COU aprobaron la licenciatura en Humanidades y eso me salvó; este "todo en uno" no me hacía renunciar a nada. Más adelante, con las ideas más claras y conocimiento de causa, ya me especializaría. Y es lo que hice en el doctorado, porque me atraía mucho la investigación en historia antigua y arqueología. Lo cursé de la mano de Maria Eugènia Aubet, a quien siempre estaré agradecido. Conseguí una beca predoctoral del Ministerio bajo su tutoría.

- ¿Qué recuerdos guardas de tu etapa en la facultad? ¿Qué papel ha jugado la Universidad a la hora de convertirte en quien eres hoy?

Mi promoción, la segunda, tuvo mucha suerte. Licenciatura nueva, edificio nuevo, un grupo reducido de estudiantes muy motivados; pero, sobre todo, una facultad de profesores excepcionales con la ilusión de comenzar un proyecto muy ambicioso en aquel entonces. Esas circunstancias son irrepetibles, con nombres que me han dejado una huella y una formación fundamental. Pienso sobre todo en los que nos han dejado (Jaume Vallcorba, Josep Termes, Eugenio Trias, Paco Fernández Buey...), pero también en maestros como Fontana, Argullol, evidentemente Aubet..., y tantos otros.

- A los 25 años fundaste Musealia, el primer portal de museos de España. ¿Cómo surge esta iniciativa y qué querías conseguir con ella?

Después de unos años de hacer investigación me atraía mucho salir de la torre de marfil de la Universidad y explorar las aplicaciones prácticas de todo lo que había estudiado. Ahora veo que esta ha sido una constante en mi trayectoria, demostrar que hay muchísimos caminos profesionales en el ámbito cultural. Concretamente, en Musealia quería explorar la relación, el impacto, de las entonces "nuevas tecnologías" en la cultura. Fuimos bastante pioneros en aquellos momentos. Esta obsesión me ha ido acompañando siempre. En aquel momento eran los museos, ahora es la literatura, más adelante ya veremos. Lo importante es el absoluto y revolucionario cambio de paradigma que Internet y la tecnología están comportando en todos los niveles del ámbito cultural.

"Internet y la tecnología están comportante un absoluto y revolucionario cambio de paradigma en todos los niveles del ámbito cultural".

- Entre 2004 y 2005 cursas un máster en Gestión de Empresas Culturales en la Universidad de Boston y, más tarde, trabajas como interno en el museo del Bronx y en el Metropolitan. Compaginas todo esto con la creación de Itinera Plus, una compañía pionera que ofrece itinerarios culturales a medida. Sois los responsables de las rutas sobre la Barcelona de Carlos Ruiz Zafón o la basada en    La catedral del mar    (Ildefonso Falcones, 2006), entre muchas otras. ¿Qué ha significado para ti este proyecto?

Itinera Plus enlaza con lo que decía antes de las aplicaciones prácticas, profesionales y económicas, de la cultura. Es un proyecto de éxito que, además, se inició, entre otros, con dos compañeros también de Humanidades, Lucía Conte y Lluís Bayot. Los casi cuatro años entre Boston y Nueva York, con todo lo que implica y que incluye las experiencias que he vivido, son absolutamente fundamentales.

- De vuelta a Barcelona, comienzas tu carrera en el mundo editorial formando parte de la división audiovisual de RBA, bajo la dirección del actual consejero de Cultura, Ferran Mascarell. ¿Cómo fue este primer contacto con el ámbito editorial? ¿Hasta qué punto sirvió para abrirte las puertas del sector?

Yo conocía a Mascarell de un posgrado en el IDEC, y las cosas encajaron de manera que me vi dentro de RBA. Para mí fue importante porque me permitió conocer de primera mano una dimensión de la cultura que no conocía, la de las industrias culturales. Fue una experiencia muy intensa que no sé si me sirvió tanto para abrirme las puertas del sector como para "curtirme" en esto de estar en primera línea de fuego de un gran proyecto empresarial.

- En el año 2009 te embarcas en un nuevo proyecto y creas tu propia editorial, Tria Llibres, con Miquel Tuson. ¿A qué obstáculos os tuvisteis que enfrentar para haceros sitio en un sector tan competitivo? ¿Qué destacarías de tu época allí?

Tria Llibres empezó como un ejercicio teórico en la línea de lo que comentaba antes. La idea inicial quería responder a la pregunta de cómo sería una editorial a la luz de todos los cambios tecnológicos que justo entonces se vislumbraban. De la teoría pasamos a la práctica con Miquel y un grupo de entusiastas de una calidad humana y profesional espectacular. Los obstáculos no los vivíamos como una cosa dramática, en absoluto. Los años que estuve implicado (desde que estoy en Balcells me he tenido que separar) fueron muy bonitos. Allí aprendí mucho sobre la complejidad del oficio de editor y también pude entender en profundidad a los autores. Ambas cosas han acabado siendo muy importantes para el futuro.

"Aprendí mucho sobre la complejidad del oficio de editor y pude entender en produndidad a los autores"

- Tu vida dio un giro de 180 grados cuando, después de enviar tu currículum a un conocido que te lo había pedido, recibes la llamada del abogado de la célebre agente literaria Carmen Balcells para hacerte una propuesta muy especial. ¿Nos puedes explicar cómo fue todo el proceso, desde el primer encuentro con Carmen hasta que ella te nombra oficialmente su sucesor en la empresa que lleva su apellido?

Yo no buscaba trabajo y fue todo muy imprevisto, curioso y extraño. Cuando me pidieron el currículum no me dijeron ni para dónde era ni para qué. La entrevista parecía más un té de las cinco de la tarde en Londres que una entrevista de trabajo. Poco a poco nos fuimos entendiendo, y hasta aquí.

- Actualmente eres el flamante director de la agencia Balcells, la más importante del planeta en lengua española. ¿En qué consiste tu trabajo diario? ¿Cómo te sientes ocupando un cargo tan exigente y de tanta responsabilidad?

Bien, ahora ya ha hecho casi dos años que estoy en Balcells y las sensaciones, como no puede ser de otra manera, han ido evolucionando. Es un trabajo exigente en un entorno y circunstancias muy singulares ligadas a la excepcionalidad y a la genialidad de Carmen en un momento muy concreto de su vida. Tengo la suerte de liderar un equipo extraordinario que se enfrenta a los diferentes estadios que vive y ha vivido la agencia con una gran actitud. Me siento, por lo tanto, privilegiado y muy estimulado, también por la oportunidad de convivir diariamente con talentos literarios de primer nivel. En la agencia lo que hacemos básicamente es defender los intereses del autor y su obra, y esto comprende un abanico de actividades amplísimo que es muy y muy interesante de hacer. En Balcells esto lo podemos hacer desde una trayectoria excepcional y un respeto ganado a pulso que lo hace todo muy especial.

- Carmen es muy apreciada entre los autores porque puso fin a muchos excesos editoriales (por ejemplo, consiguió eliminar los contratos vitalicios). ¿Cuál te gustaría que fuese tu legado en la empresa? ¿Cómo quieres ser recordado?

Cuesta un poco contestar a esto... Seguramente me conformaría con que los diferentes actores del sector con los que hubiera tratado, comenzando evidentemente por los autores representados, me vieran como una persona que hizo de forma honesta todo lo posible para potenciar los valores tradicionales de la agencia para adaptarlos al nuevo contexto editorial.

"Tengo la suerte de liderar un equipo extraordinario que se enfrenta a los diferentes estadios que vive y ha vivido la agencia Carmen Balcells con una gran actitud"

- Tu currículum demuestra que eres un apasionado de los negocios del ámbito cultural y, más concretamente, de las editoriales. ¿Cómo ves este sector actualmente? ¿Hasta qué punto están cambiando las cosas con la presencia, cada vez más grande, de conglomerados como Google, Amazon y Apple?

Bufff... Esta es la madre del cordero, y seguro que no tenemos espacio para desarrollarlo como corresponde. El sector está en una clara reconversión, en parte precisamente por los efectos derivados del impacto de Internet y la tecnología en el mundo editorial. Google, Amazon y Apple (y muchos otros) ejemplifican estos efectos que, por otro lado, son muy amplios y variados. En esta situación, a mí ahora me toca defender los intereses de la parte más fundamental de la cadena del libro, los autores, y que paradójicamente se encuentra en una mayor debilidad. Yo soy más de ver oportunidades que amenazas, pero a veces es muy complicado navegar a contra viento y marea. Ello no obstante, soy optimista. Ahora bien, no nos engañemos, en nuestra casa el problema real es otro y desgraciadamente demasiado conocido, el tristísimo índice de lectura y la baja valorización del hecho cultural. Esta es la base, el resto es llover sobre mojado. En este sentido, todos juntos no lo debemos estar haciendo lo suficientemente bien y debemos mejorar.

- Para finalizar, ¿qué consejo darías a una persona que se acaba de graduar y está dando sus primeros pasos en el mundo laboral?

Que se haga preguntas duras con toda sinceridad: ¿Realmente valgo para esto que pienso que quiero hacer? ¿Tengo las cualidades y el talento para hacerlo? ¿Y realmente es lo que quiero hacer? Muchas veces nos encontramos haciendo cosas casi por inercia, cuando en el fondo sabemos que ni tenemos un talento excepcional para hacerlo ni que hacer esto, con todas sus consecuencias, nos hará realmente felices. Todos tenemos un talento. Se trata de identificarlo y entonces luchar para tener la oportunidad de desarrollarlo.