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La educación ha sido históricamente el principal motor del crecimiento económico en España, según un estudio

Es una de les conclusiones de un working paper publicado en 2016 por Enriqueta Camps, profesora del Departamento de Economia y Empresa de la UPF.
11.01.2017

 

Enriqueta Camps-Cura, docente del Departamento de Economía y Empresa de la UPF y profesora afiliada de la Barcelona Graduate School of Economics, es la autora de un artículo centrado en la relación entre educación y economía, publicado en el año 2016 como working paper en estas dos instituciones.

En el trabajo, la autora analiza como las particularidades de la evolución del sistema educativo y de salud en España, desde el siglo XIX hasta finales del siglo XX, han afectado el PIB del país, y concluye que la formación y la acumulación de capital humano se convierten en el motor principal del crecimiento económico y de desarrollo.

El estudio de la profesora Camps demuestra que la salud individual tiene una relación positiva permanente con la actividad económica a lo largo del período analizado. A finales del siglo XIX, el papel de la salud es todavía central, ya que está vinculada a la fuerza física, necesaria en las actividades agrícolas y mineras predominantes en este periodo, mientras que el papel de la educación es más secundario.

En cambio, a partir de los años 70 del siglo XX, España evoluciona hacia una economía moderna, democrática y abierta: es entonces cuando la inversión en educación se convierte en el motor principal en el proceso de acumulación del capital humano, y la salud individual se convierte un factor complementario.


La formación académica y la salud, básicas para entender la evolución del PIB

La inversión en educación tiene una relación directa con el crecimiento económico y el desarrollo en las economías globalizadas actuales. Así, las particularidades del sistema educativo de un país -y sus cambios a través del tiempo- pueden determinar la evolución económica a lo largo de su historia.

La metodología mediante la cual la profesora Camps identifica el peso de la formación académica en el crecimiento y la evolución del PIB español es mediante la relación entre los años de escolarización y el PIB per cápita a lo largo de la serie analizada. También estudia la relación entre la altura media de las personas y el PIB, como un indicador para valorar la salud individual y la fuerza física.

Aparentemente, la educación y la salud parece que deberían tener siempre una relación directa y positiva con la variación del PIB, pero el trabajo de Enriqueta Camps demuestra que, en función del período histórico de España en el que nos encontramos, esta relación no es tan lineal.

Análisis de tres periodos diferenciados, entre los siglos XIX y XX

La docente de la UPF estudia tres períodos bien definidos: de 1881 a 1929, de 1930 a 1958 y de 1959 hasta 1998. Durante el primer período (1881-1929) España se caracteriza por ser un país agrícola, no industrializado, con unos niveles muy bajos de alfabetización, lo que propicia una asociación negativa con el aumento del PIB.

Esta hecho se atribuye a la baja calidad de la educación, que según la autora, se explica porque está organizada por la Iglesia Católica y se centra en contenidos teológicos en lugar de aprendizajes técnicos. La economía española es todavía de extracción: la fuerza física es la principal habilidad necesaria (esto explicaría la relación positiva entre crecimiento en altura corporal y PIB) mientras que la alfabetización y otras habilidades son un subproducto de la educación.

Durante el segundo periodo (1930-1958), el resultado es similar, y la educación y la salud están relacionadas de manera negativa y positiva, respectivamente, en cuanto al crecimiento del PIB. La Guerra Civil y la recesión provocan que muchas personas formadas se vean obligadas a emigrar, y esto hace que se reduzca el capital humano del país. Además, la dictadura propicia una mala asignación de recursos en la formación de capital humano, que provoca el estancamiento.

Finalmente, a partir de 1959, tanto la educación como la salud individual se asocian positivamente al crecimiento económico. Tras el proceso de democratización, la liberalización de la economía y el aumento de los niveles de educación de los años 60, el PIB entra en un proceso constante y sostenible de crecimiento, clave para el buen desarrollo económico de España, y que la equipara con otros países de su entorno.

Artículo de referencia: Enriqueta Camps (febrero de 2016): “The impact of Investment in Human Capital on Economic Development: An Empirical Exercise Based on Height and Years of Schooling in Spain (1881-1998)”. Working Papers del Departament d’Economia i Empresa de la UPF (Working Paper 1514).

 
 

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