Atrás Alfons Aragoneses: “Fue difícil hacer entender que la base de datos de deportados a los campos nazis era un proyecto de justicia y de reparación”

Alfons Aragoneses: “Fue difícil hacer entender que la base de datos de deportados a los campos nazis era un proyecto de justicia y de reparación”

El profesor de Historia del Derecho y de las Instituciones de la UPF coordinó entre los años 2007 y 2015 el proyecto "Deportados catalanes y españoles en los campos de concentración nazis". Se trata del censo de deportados más completo del Estado, publicado el pasado 5 de mayo por el Memorial Democrático de la Generalitat de Catalunya, y abierto a toda la ciudadanía.
12.05.2020

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Coincidiendo con el 75º aniversario del liberación del campo de concentración de Mauthausen, el pasado 5 de mayo se presentó y abrió al público la base de datos "Deportados catalanes y españoles en los campos de concentración nazis", el registro más completo hecho hasta ahora en todo el Estado y uno de los más relevantes de Europa.

El censo del Memorial Democrático de la Generalitat de Catalunya, publicado en el Banco de la Memoria Democrática (banc.memoria.gencat.cat), es un proyecto de investigación iniciado en 2004, que incluye el número y el historial de los deportados catalanes y españoles en los campos de concentración nazis.

La base de datos es fruto de una investigación que ha contado con la participación del Govern, Amical Mauthausen y la Universidad Pompeu Fabra, coordinadora e impulsora del proyecto entre los años 2007 y 2015, de la mano de Alfons Aragoneses, profesor de Historia del Derecho y de las Instituciones del Departamento de Derecho de la Universidad.

La base de datos es fruto de una investigación que ha contado con la participación del Govern, Amical Mauthausen y la Universidad Pompeu Fabra.

El proyecto, que recibió financiación del gobierno catalán y también de la Comisión Europea a través del programa "Europa de los Ciudadanos", a partir de 2015 se integró en la base de datos de la Generalitat, hasta la actualidad, en que ha visto la luz.

"Tuve la ocasión de dirigir un equipo de personas de perfiles muy diversos: juristas, informáticos, historiadores, etc. El proyecto comenzó en tiempos del rector Josep Joan Moreso y del vicerrector Tomàs de Montagut. Ambos apostaron desde el primer momento por el proyecto que impulsaba Maria Jesús Bono, entonces directora general de Memoria Democrática, afirma Alfons Aragoneses.

La base de datos incluye la información de 9.161 deportados (de los cuales 1.945 eran catalanes) y está pendiente de validación de 200 nombres más. De ellos murieron 5.166, cerca del 60% (por hambre, por enfermedades, ejecutados o gaseados), y hubieron 3.539 supervivientes. El resto son desaparecidos, sin más datos.

Según el profesor de la UPF, "se trata del censo más completo porque cuenta con datos de archivos diversos: se consultaron datos de los archivos de muchos campos, el archivo de la Amical Mauthausen, el archivo del Ministerio de Exteriores y el archivo del International Tracing System Bad Arolsen, que posee una enorme cantidad de documentación proveniente de los campos, que los aliados trasladaron al acabar la guerra".

Más allá de los deportados de la guerra civil y de la estancia en el campo

La mayoría de los internados en estos campos eran soldados españoles y catalanes republicanos que tras perder la guerra civil pasaron a Francia y acabaron en los campos de concentración de las playas del Rosselló, pero el proyecto no se centró sólo en este colectivo.

 "En la base de datos constan los nombres de unos cientos de los judíos españoles que pasaron por los campos".

"Los investigadores fueron a buscar información de deportados que no habían seguido el itinerario más conocido (guerra civil - exilio - resistencia o trabajo forzado - Stalag - campo de concentración)", explica Alfons Aragoneses. Y añade: "Es muy valiosa la incorporación de datos de judíos españoles residentes en Europa que fueron deportados a los campos por su condición de judíos. En la base de datos constan los nombres de unos cientos de los judíos españoles que pasaron por los campos".

Por otra parte, la investigación aporta información sobre su estancia en el campo pero, en muchos casos, también del itinerario anterior de los deportados y del itinerario de los supervivientes después de la liberación. Permite reconstruir el itinerario biográfico de los deportados, pero también se puede saber, por ejemplo, cuántas personas de un municipio fueron deportadas o cuántas coincidieron en un mismo campo.

Los contenidos de la base de datos se presentan de manera didáctica y atractiva, a través de mapas específicos de lugares de exilio, de campos de concentración franceses, de las Compañías de Trabajadores Extranjeros, de campos alemanes de prisioneros de guerra, de puestos de lucha en la Resistencia francesa o de lugares de detención.

Un proyecto laborioso de justicia y reparación

Alfons Aragoneses

"La tarea fue fascinante para quienes participamos: pudimos acudir a archivos, corregir datos o hablar con testigos. Fue un trabajo multidisciplinar y con participación de científicos, de la asociación de deportados y familiares y de técnicos de las administraciones. Un trabajo del que aprendí mucho y que durante mucho tiempo había quedado oculto", explica Alfons Aragoneses.

El camino, sin embargo, no fue fácil: "La dificultad más grande que tuvimos que enfrentarnos fue hacer entender a instituciones, pero también a otros actores, que este no era un proyecto sólo cultural y estético, sino que también era un proyecto de justicia y de reparación, y que debía ser un lugar de memoria accesible para la ciudadanía. Ahora podemos hablar fácilmente de memoria, reparación y justicia sin que ello genere malentendidos, pero hace unos años, cuando el proyecto comenzó, era muy difícil hacer entender esta dimensión del proyecto", reflexiona.


Una base de datos abierta a la ciudadanía

Desde que finalizó la investigación, numerosos estudiosos, periodistas e instituciones han consultado los datos para hacer difusión o actos de reparación. Alfons Aragoneses explica que las primeras "Stolpersteine" (en catalán, "piedra que hace tropezar", unos pequeños monumentos creados por el artista alemán Gunter Demnig en memoria de víctimas del nazismo) que se instalaron en España incluyen información procedente de esta base de datos.

"El proyecto es posible que no se cierre nunca porque no pasa un año sin que se descubran nuevos datos".

A partir de ahora los registros de la base de datos serán accesibles para todo el mundo: familiares, asociaciones, instituciones y periodistas: "El objetivo es que la ciudadanía se la haga suya". Pero la tarea de recuperación de la memoria no se ha terminado: "Obviamente esta base de datos es perfectible. Continuarán descubriéndose datos que se tendrán que ir incorporando. El proyecto es posible que no se cierre nunca porque no pasa un año sin que se descubran nuevos datos, nuevos testigos de este capítulo fundamental de la historia europea", concluye Alfons Aragoneses.

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