Atrás La conducta altruista está condicionada por el entorno social, no sólo por la naturaleza de la persona

La conducta altruista está condicionada por el entorno social, no sólo por la naturaleza de la persona

Es lo que propone un estudio liderado por Salvador Soto Faraco, ICREA y miembro del Centro de Cognición y Cerebro, conjuntamente con Juana Castro Santa, alumni del Máster en Cerebro y Cognición, y Filippos Exadaktylos, investigador vinculado a la UAB, en un trabajo recientemente publicado en la revista Scientific Reports.

28.05.2018

 

La persona que se preocupa por los demás y que condiciona su comportamiento procurándoles el bien se dice que se comporta de manera altruista. A menudo, el altruismo se ha entendido contrapuesto al egoísmo. Un estudio reciente publicado en Scientific Reports se plantea si las personas somos o no altruistas por naturaleza y si la cooperación es la opción cognitivamente rápida y preferida por los seres humanos.

Durante los últimos años, la pregunta sobre si la cooperación entre humanos es intuitiva o no ha generado un gran interés entre los investigadores. Para abordar esta pregunta algunos estudios han centró en medir los tiempos de respuesta en dilemas de cooperación, asumiendo que los tiempos de decisión más rápidos son, naturalmente, los que coinciden con la tendencia natural de la persona. "Aquí defendemos que el entorno social inmediato ,y no sólo la naturaleza de la persona, configura la predisposición a cooperar y, por tanto, las latencias de respuesta", comenta Salvador Soto Faraco, coautor del estudio, ICREA del Departamento de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (DTIC) y miembro del Centro de Cognición y Cerebro (CBC) de la UPF, conjuntamente con Juana Castro Santa, alumni del Master en Cerebro y Cognición en el CBC, y Filippos Exadaktylos, investigador vinculado a la UAB.

Figura 1 del treball

Hace unos años se defendía que las respuestas de tipo altruista son más rápidas que las meramente egoístas, reflejando la naturaleza cooperativa de los humanos. El objetivo del estudio publicado en Scientific Reports fue saber si esta relación entre tiempo de decisión y altruismo dependía del contexto social. "De ahí que propusimos a los participantes en el estudio un dilema de cooperación social planteado como un juego en el que no sabían a ciencia cierta cuál sería la decisión de su compañero de juego, pero se les informaba de sus intenciones, en cuanto a la probabilidad de que los traicionara o colaborara con ellos. Este ratio "social" se fue variando gradualmente", explican los autores del trabajo.

A través de este juego basado en un dilema de cooperación, "manipulamos las creencias de una persona sobre las intenciones de cooperar del otro jugador. Cuando la intención de cooperación del socio se percibe como alta, los tiempos de respuesta muestran que aceleran las opciones de cooperación y se desaceleran las opciones de deslealtad ", afirma Soto-Faraco. El dilema plantea a los participantes escoger entre dos opciones de tipo económico, una opción supone traicionar al socio (que no conocen) para ganar el máximo de dinero, la otra opción implica colaborar con él y terminar ganando ambos igual. Si se van variando las ganancias que da traicionar o colaborar observa que, si la traición da mucho más rendimiento que la cooperación, entonces traicionar resulta ser mucho más tentador. En este escenario, traicionar o ayudar dependerá de las ganancias obtenidas.

"Lo que encontramos es que, dependiendo del contexto social, las respuestas más naturales y rápidas tanto podían ser las altruistas o egoístas. Es decir, más allá de la naturaleza de la persona, el contexto social determinaba qué propensión tendría el participante a colaborar o sacar provecho de los demás ", explica Castro Santa, primera autora del trabajo.

De esta experiencia se desprende que, más allá de preguntarnos si la especie humana tiene por naturaleza rasgos altruistas o egoístas, podríamos pensar que tenemos un interruptor que nos predispone en un sentido o en el otro según lo que pensamos sobre las intenciones de las personas en nuestro entorno social.

Soto Faraco lo ilustra con el siguiente ejemplo: "si ves que a alguien le cae un objeto en el suelo, quizás el querrás ayudar y, automáticamente, te agacharás y le darás el objeto caído; pero si percibes que esa persona lo ha tirado al suelo expresamente, raramente tendrás la intención de ayudarle ".

Estos resultados revelan nuevos planteamientos del papel del conflicto en la toma de decisiones explicados a través de las latencias de respuesta, así como también sobre la hipótesis de que la cooperación es la opción intuitiva para los seres humanos. Esta investigación puede ayudar a interpretar y reconciliar correctamente resultados obtenidos en estudios previos, aparentemente contradictorios, atendiendo ahora al papel del contexto en los dilemas sociales.

Trabajo de referencia:

Juana Castro Santa, Filippos Exadaktylos, Salvador Soto Faraco (2018), “Beliefs about others’ intentions determine whether cooperation is the faster choice”, 14 de mayo, Scientific Reports 8, 7509.

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