Jacint Jordana Casajuana (Granollers, 1962) es actualmente el director del Instituto Barcelona de Estudios Internacionales (IBEI). Ha dirigido el Plan Estratégico 2016-2015 de la Universidad, elaborado a partir de la implicación de toda la comunidad universitaria, que marca el rumbo de la institución para los próximos diez años.

- Como director del Plan Estratégico, ¿qué valoración hace del proyecto?

- Es un proyecto que me ha hecho mucha ilusión y ha sido un honor poderlo dirigir e impulsar. Creo que la Universidad lo necesitaba. Es una iniciativa que hacía falta, una experiencia de reflexión colectiva, en un momento en que el mundo universitario está en un proceso de transformación muy importante. Por tanto, una buena ocasión para reflexionar a fondo sobre nuestra misión y las líneas estratégicas que sigue la UPF. Había que ir más allá de las circunstancias locales, del entorno más cercano y del contexto político y social de Cataluña y España. Y pensar cómo la UPF, en los próximos años, se puede desplegar como universidad y como proyecto, de forma más internacional y más global. El equipo de gobierno está ultimando un plan de actuaciones para aplicarlo.

- ¿La internacionalización es una estrategia clave para la Universidad?

- No debemos tener miedo de ser una universidad global, de referencia internacional, con los pies centrados en Barcelona, ​​Cataluña y Europa; pero, al mismo tiempo, conocida en todo el mundo por ofrecer una educación y una investigación de prestigio. En este sentido, debemos tener la capacidad de volar, sin necesidad de estar siempre ligados a la realidad más cercana. Ya desde el principio la UPF ha sido una universidad con vocación de internacionalización, pero ahora el Plan se plantea dar un paso más allá: que la Universidad, en todos sus ámbitos, opere en el marco y en las redes internacionales.

- ¿El Plan quiere consolidar la UPF como una universidad de investigación?

- Un elemento básico que el Plan Estratégico establece, y que nos puede distinguir como institución, es que entendemos una universidad de investigación como una universidad completamente implicada en la investigación, no sólo en unos cuantos ámbitos, que está muy bien que destaquen y deben ser las puntas de lanza. Pero si realmente lo queremos conseguir, es necesario que todo el conjunto sin excepción sea competitivo internacionalmente y que haga una investigación de alta calidad.

- En cuanto a la docencia, ¿qué medidas se proponen?

-El Plan propone, modestamente, de hacer una nueva revolución en la docencia. Este ha sido un tema que se ha discutido mucho en el proceso de elaboración del Plan. En los últimos años se ha hecho un esfuerzo muy grande con Bolonia, con toda la adaptación y la transformación que supone; pero esto no se debe quedar aquí. Sabemos que el mundo de la formación y la docencia está bajo unas tensiones muy grandes y que el mismo proceso de aprendizaje de los estudiantes está cambiando, con la llegada de nuevas generaciones plenamente digitales. Todo esto implica un reto para nuestra universidad; tenemos que ser capaces de dar una respuesta a todos estos cambios, repensar la docencia, a partir de una atención más individualizada al estudiante y con modos de aprendizaje más diversificados.

- ¿Hay que integrar la docencia y la investigación?

- El Plan apunta que necesitamos vincular la docencia y la investigación más estrechamente, sobre todo en el campo de la formación de los estudiantes. Es necesario que estos estudiantes capten que somos una universidad de investigación, que puedan participar de maneras diversas en procesos relacionados con este ámbito. Ya se hacen muchas cosas hoy en día. Son iniciativas que están funcionando en una facultad o en un área concreta, pero que podrían hacerse más generalizadas y adaptadas: prácticas de los estudiantes vinculadas a grupos de investigación; proyectos de trabajos de fin de grado o de fin de máster que pueden tener un proceso de elaboración más articulado en el marco de un entorno de investigación; investigadores que busquen la ayuda de los estudiantes para hacer algunas actividades, etc.

- ¿Nos puede destacar otros elementos innovadores del documento?

- Un elemento innovador es la relevancia que se da a la dimensión cultural, que se incluye como cuarta misión de la Universidad. El Plan plantea la necesidad de establecer más vínculos con Cataluña, pero sobre todo con la ciudad de Barcelona. Y uno de los vínculos más fuertes que se puede crear con la ciudad es a través de las actividades culturales. También recalcaría otros elementos no tan innovadores, pero que son importantes: uno de ellos es la misma duración del Plan, diez años, ya que no es demasiado frecuente este período tan largo; pero consideramos que podría servir como empuje, para dar un impulso y estimular nuestra visión a largo plazo. Finalmente, y como parte de uno de los ejes transversales del Plan, cabe destacar que queremos apostar por un modelo transformador de la responsabilidad social, de carácter integral, que incorpore todos los ámbitos de nuestra universidad.

- ¿La participación, a lo largo de más de diez meses, ha sido la esperada?

- De hecho, no habíamos formulado ningún pronóstico. En general, puedo decir que ha sido más alta de la esperada. Me sorprendió la participación y el entusiasmo en las actividades presenciales, como las reuniones, los grupos de trabajo o las mesas redondas. En cambio, estuvo por debajo de mis expectativas en cuanto a la participación virtual, como debatir en los foros o comentar documentos. Creo que es una asignatura que tenemos pendiente: más allá del Plan Estratégico, debemos ser más capaces de utilizar plataformas virtuales para crear debates propios e internos, de manera más intensa y variada.

- ¿El diagnóstico inicial que se hizo detectó ámbitos de mejora?

- El Plan Estratégico quiere ser una respuesta a este diagnóstico que se hizo, no tanto para cambiar las cosas que estaban funcionando, pero sí para enderezar las que no funcionaban tan bien o que se veían problemáticas. Aparte de los aspectos de docencia, investigación o internacionalización que ya hemos comentado, entre otras cosas que se apuntaron destaca la necesidad de mejorar la articulación interna de la Universidad, potenciar el rol de los antiguos alumnos, apostar aún más por la transparencia y la rendición de cuentas, aumentar la interdisciplinariedad, aprovechar y conocer las diferentes experiencias que se llevan a cabo, o generar más aprendizaje colectivo.

- ¿Para llevar a cabo todos estos objetivos tenemos los recursos necesarios?

- Lo que hace la UPF con sus 133 millones de euros (año 2016) no es muy diferente de lo que hacen universidades que tienen cuatro veces más de presupuesto o más (y un número de estudiantes similar), y así se refleja en los rankings, cuando salimos en posiciones similares. Esta voluntad de luchar y competir a este nivel, con nuestra financiación reducida, lo hace todo muy difícil. Realmente, las universidades en Cataluña, y la Pompeu quizás lo es especialmente por esta vocación tan fuerte que tenemos de ser una universidad global y destacada en investigación, estamos compitiendo en una liga desigual.

- ¿Cómo se puede mejorar la financiación?

- El Plan Estratégico reconoce este problema y plantea algunos elementos de mejora: por un lado, hay que reclamar más y mejor financiación pública, porque estamos haciendo una misión de interés público, de interés del país, muy importante. Por otro, también necesitamos recursos privados: conseguir más patrocinadores y mecenas; una mayor colaboración con empresas vinculada a la investigación y la formación a medida; una investigación más aplicada, o actividades de venta de servicios docentes y programas formativos que atraigan a estudiantes de fuera de Europa, por ejemplo. Si sabemos combinar y articular bien la fórmula privada y la pública, pueden mejorar sustancialmente algunos niveles de financiación en los próximos años.

Le gusta: caminar

Un músico: Leonard Cohen

Un libro: La tortuga ecuestre, de César Moro

Un valor: la rendición de cuentas