Alexandre Díaz Codina es estudiante de tercer curso de Administración y Dirección de Empresas (ADE) en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la UPF. Nacido hace veinte años en Mollet del Vallès, cuando sólo tenía catorce ya era el presidente de la cooperativa Les Oliveres de la Escola Sant Gervasi Cooperativa de esta localidad, en la que gestionaba un equipo de más de cien estudiantes. Unos años más tarde, entró en contacto con la Pompeu Fabra para participar en la primera edición del programa "Bojos per l'Economia", organizado por el CREI-UPF.

Recientemente, en reconocimiento al proyecto Bioo, del que es uno de los tres fundadores (junto con Javier Rodríguez y Pablo Vidarte) la revista Forbes le ha incluido en el ranking de los 300 jóvenes europeos menores de 30 años más influyentes del continente en diferentes ámbitos (30 Under 30 Europe). En su caso, forma parte de las listas de Más jóvenes, Industria y Dorm room Founders, en la que figuran ideas que nacieron con pocos recursos y mucha originalidad.

Bioo (marca comercial de Arkyne Technologies SL) es un proyecto empresarial que utiliza la fotosíntesis de las plantas para generar electricidad. Ya han sacado un producto al mercado, una maceta con un puerto USB, en el que se enchufa el móvil, para que los electrones generados en la fotosíntesis sean capturados por el sistema y recarguen la batería del terminal. Por otra parte, junto con Adrià Marqués y Robert Pérez, dos compañeros de estudios de la UPF, son los impulsores del think tank intergeneracional Impact.Barcelona.

—¿Cómo valoras haber entrado en la lista Forbes de jóvenes emprendedores?

De manera muy positiva. Haber entrado en la lista Forbes es una ayuda inestimable por la que estamos muy agradecidos. Sin embargo, tener tanta exposición pública también es una responsabilidad y una presión añadida. Nosotros tenemos claro que lo más importante no son los premios, sino la innovación tecnológica y la sostenibilidad económica.

—¿Te lo tomas como un reto o una responsabilidad?

De las dos maneras. Emprender implica intentar superar retos complejos con unos recursos mínimos. Ponerte objetivos ambiciosos siempre conlleva también una responsabilidad enorme respecto al equipo, los clientes y los inversores.

—¿Crees que la formación que has recibido ha sido decisiva para dedicarte a la emprendeduría?

El entorno es una pieza fundamental en la construcción de una persona. En mi caso, pasar por un centro como la escola Sant Gervasi, fue decisivo. Además de la formación académica de rigor, también me abrió las puertas al mundo de la emprendeduría con la participación en la creación de la cooperativa de alumnos más grande de Cataluña. Asimismo, el hecho de venir de una familia con empresa familiar ayuda a interesarse a emprender y a entender las implicaciones de tener una empresa.

—¿Cuándo y cómo visteis este principio de generar electricidad a partir de la fotosíntesis de las plantas como una oportunidad empresarial?

La idea de generar electricidad a partir de la fotosíntesis de las plantas vino cuando mis socios redescubrieron estudios de la NASA sobre MFC (acrónimo de microbial fuel cell) y pensaron en aplicarlos en un área totalmente diferente. Así, hicimos un MVP (minimum viable product) de concepto y conseguimos la primera ronda de inversión.

—¿Qué respuesta tuvo el primer producto que sacásteis al mercado?

El primer producto que sacamos al mercado fue Bioo Lite, la primera maceta que carga el móvil. La demanda fue tan alta que llegó a ser doce veces más elevada de la esperada: tuvimos que cancelar los pedidos y devolver el dinero debido a la sobredemanda. Ahora nos estamos preparando para la vuelta al mercado de este producto con nuevos métodos de producción. Además, recientemente hemos sacado otro widget con nuestra tecnología base, Bioo Pass. Es una maceta que, combinando la tecnología NFC (near field communication) con la nuestra, es capaz de darte acceso a una red inalámbrica existente sólo acercando el móvil a la planta y, además, te confirma la conexión encendiendo una lámpara LED con la electricidad de la planta.

—¿En qué entornos o instalaciones crees que se puede llegar a aplicar vuestra idea de negocio en un futuro?

Nuestro objetivo final es que tu jardín pueda proporcionar la electricidad que tu casa u oficina necesitan. Nuestros paneles podrían ser desplegados en parques públicos, edificios (como hoteles, residencias, museos, etc.), bosques y, entre otros, en casas particulares.

—Recientemente conseguisteis más de trescientos mil euros en una primera ronda de inversión. ¿Cómo unos jóvenes de veinte años se ganan la confianza de las grandes empresas?

Nosotros partimos de la premisa de que la confianza es muy difícil de ganar, fácil de destruir y casi imposible de reconstruir. Siempre hemos intentado ser lo más transparentes posible con nuestros stakeholders. En este sentido, enseñamos toda la documentación técnica necesaria (due dilsen, patentes, estudios científicos, etc.) así como las proyecciones de futuro de la empresa. Un factor clave fue demostrar con hechos y experiencias previas nuestra profesionalidad y capacidad de salir adelante.

—¿Hasta donde puede llegar a crecer una empresa como Bioo?

El potencial de crecimiento de Bioo es enorme. Las aplicaciones de nuestra tecnología son muy variadas y flexibles. Por poner un ejemplo, el tamaño de uno de los mercados más importantes donde queremos competir, el de la generación residencial distribuida, es enorme: $ 23 bn (23,000,000,000 dólares).

—¿Cómo lo haces para compaginar tus estudios de ADE con las exigencias de la actividad empresarial?

Para mí es muy importante seguir adelante con la empresa, y a la vez poder conseguir terminar la carrera. En este sentido, quiero agradecer y recalcar la ayuda de los compañeros y compañeras de la universidad. Por otra parte, por lo que se refiere a la universidad, creo que falta una política global y coherente de ayuda a emprendedores. Es positivo que públicamente las autoridades y políticos fomenten el emprendimiento, pero creo que es necesario plasmar esto de manera práctica. Estoy convencido de que sería muy positivo para la UPF diseñar alguna especie de programa fast track que permitiese a emprendedores con fundamentos sólidos (que cumplan ciertos requisitos de inversión o innovación) poder compaginar los estudios de manera mixta (en línea y presencial), así como flexibilizar el calendario académico.

—¿Impact.Barcelona es una apuesta por el potencial de los jóvenes para resolver los problemas de la ciudad?

Impact.Barcelona es una iniciativa nacida de tres estudiantes de la UPF. Nuestro objetivo es empoderar a los jóvenes para que formen parte del debate público y puedan llevar a cabo sus proyectos. En este sentido, este año contamos con el apoyo del Mobile World Capital y de Barcelona Global para hacer un open innovation challenge. Os invito a entrar en nuestra web y compartir los que creáis que serán los cuatro retos más importantes para Barcelona en los próximos cuatro años.

—¿Los jóvenes tienen poco peso en los ámbitos políticos y de decisión que marcan el futuro del país?

Pienso que en general los jóvenes tienen muchas ideas, entusiasmo y energía, pero no suelen tener los mecanismos adecuados para transformar estos intangibles en realidades. Precisamente por este motivo fundamos Impact.Barcelona: es necesario que los jóvenes empiecen a darse cuenta de que pueden hacer cosas potentes cuando se les da un entorno adecuado.

> Entrevista a Alexandre Díaz publicada en Youtube (realizada por la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales)