Lema Rashid este año ha comenzado el primer curso del grado en Derecho de la Facultad de Derecho la UPF, al que ha accedido por la vía de mayores de 25 años, unos estudios que compagina con un trabajo a media jornada. Nació en un campo de refugiados afganos en Pakistán en 1994, donde sus padres se conocieron tras huir de Afganistán durante la guerra contra la Unión Soviética.

Desde que tenía quince años vive en Cataluña, como refugiada política, junto a su madre y sus hermanas. Su principal objetivo vital es ayudar a las mujeres de su país, que viven en una situación de desprotección, opresión y falta de derechos humanos, provocada por los talibanes, y agravada por la salida de Estados Unidos.

Vinculada a la comunidad afgana de Barcelona, ​​que creó su madre, hace una década que acompaña a las mujeres afganas que llegan a Cataluña, y exhorta a la movilización para cambiar esta situación injusta que está viviendo su país, un sitio que de pequeña visitó puntualmente y al que aspira a volver algún día.

—Ya hace más de diez años que vives en Cataluña. ¿Consideras que te has adaptado a la sociedad catalana?

Es muy difícil responder a esta pregunta con un sí o un no. El día que dejamos atrás a nuestros seres queridos y nos despedimos, con los ojos húmedos, fue el peor día de mi vida. Esto me dejó un agujero en el corazón que sólo lo puede llenar el retorno a mi país. Por lo tanto, la adaptación no ha sido fácil, porque la vida de un refugiado político no es vida, es una lucha diaria. Pero ayuda mucho recibir el apoyo de la comunidad catalana. Los valores catalanes son muy similares a los míos, el amor a la patria y la valentía. En ambos casos luchamos por la libertad.

Los valores catalanes son muy similares a los míos, el amor a la patria y la valentía. En ambos casos luchamos por la libertad

Pero, por más a gusto que esté aquí en Cataluña, igualmente, sueño con volver a Afganistán algún día. ¿Qué sentido puede tener mi vida aquí si la gente de mi país ni siquiera puede tener derechos humanos básicos y fundamentales? Quiero volver para luchar junto con las mujeres de Afganistán. Por supuesto, con la intención de generar más conciencia en el resto del mundo, aprovechando mi ventaja de poder viajar. Y la educación será nuestra arma.

—¿Cómo valoras el hecho de estudiar en la universidad? ¿En qué momento decidiste que querías hacerlo?

Es un sueño hecho realidad. Por diversos motivos y circunstancias de la vida, no pude continuar mi educación en el momento adecuado (no porque la educación tenga un límite de edad). Así que volver a los libros no era fácil, pero he entendido que la educación es lo único nunca te podrán quitar.

También tengo que decir que la decisión no fue individual. Lo he podido conseguir gracias a dos personas muy importantes, que no sólo me abrieron su casa para acogerme durante dos años, sino también su corazón. Han sido dos años de recibir mucho apoyo, amor y estabilidad, a fin de tener los pensamientos organizados para poder estudiar. Para mí, han sido padres, amigos y profesores. Me han ayudado mucho y gracias a ellos he podido pensar que nunca es tarde para volver a hacer un camino.

He entendido que la educación es lo único que nunca te podrán quitar

—¿Por qué has elegido cursar el grado en Derecho, y en la UPF?

Probablemente porque soy de un país que hace más de cuarenta años que está en conflicto. Cuando creces presenciando desigualdades y delitos, adaptas una necesidad desesperada a la justicia. No hay paz sin justicia y la paz es mi objetivo final. De los estudios de Derecho, sobre todo me gusta la especialidad de los derechos humanos. Escogí la UPF por su vocación internacional, porque todo el mundo me ha hablado muy bien y por la buena posición que ocupa en los rankings.

—¿Combinarás los estudios en la UPF con un trabajo?

Me gustaría trabajar de intérprete de pashto o darí, que son las dos lenguas oficiales en Afganistán. Pero si no hay suerte, de cualquier otro trabajo de fin de semana o de media jornada.

—¿La carrera de Derecho te puede proporcionar conocimientos para ayudar a las mujeres de Afganistán?

Sí, necesitamos más mujeres afganas en el poder ejecutivo. Las injusticias contra las mujeres en Afganistán son numerosas, infringidas por el marido o por el padre. Por ejemplo, violencia de género, matrimonio infantil, violación y asesinatos por honor. Son algunos de los ámbitos donde podría ayudar.

—¿Durante los últimos años, con Ashraf Ghani como presidente y EEUU en el país, la situación de la mujer en Afganistán había mejorado? ¿Se había reducido el analfabetismo?

El gobierno títere de Ashraf Ghani era tan podrido y corrupto que la gente cada vez se planteaba más seguir los talibanes. Estaban desesperados por tener un gobierno transparente. El analfabetismo ha disminuido muy poco ... Las partes más rurales del país siempre han continuado sin tener acceso a la educación.

Durante los últimos veinte años, las mujeres sí que avanzaron significativamente: no vivían bajo los talibanes, ya no se veían obligadas a llevar el burka, accedían al mercado laboral e iban a la escuela y a la universidad. Pero las tasas de violencia doméstica, matrimonio infantil y agresiones sexuales no cambiaron mucho. ¿Los cambios crearon un entorno donde algunas mujeres pudieron prosperar? Seguro. ¿Pero había mujeres violadas mientras dormían? También.

Es un chiste decir que valores como "derechos de las mujeres", "democracia" o "construcción de naciones" formaban parte de los objetivos de Estados Unidos y la OTAN en Afganistán

Es un chiste decir que valores como "derechos de las mujeres", "democracia", "construcción de naciones", etc. formaban parte de los objetivos de Estados Unidos y la OTAN en Afganistán. Los Estados Unidos hicieron tratos con los talibanes a puerta cerrada: se encontraban en Afganistán para convertir la región en un lugar inestable. Querían rodear las potencias rivales, especialmente China y Rusia, y controlar sus economías mediante guerras regionales.

En general, la creciente corrupción, la injusticia, el desempleo, la inseguridad, la incertidumbre, el fraude, la pobreza inmensa y el tráfico de drogas han preparado el terreno a la sociedad para la reemergencia de los talibanes. Y ahora, si EEUU decidió salir, ha sido por debilidad propia. Derrotados por sus propias criaturas (talibanes).

—¿Por qué motivos crees que EEUU decidió irse del país?

Hay dos motivos significativos para esta retirada. El motivo principal es la crisis interna múltiple en EEUU. Los signos del declive del sistema estadounidense se vieron en la débil respuesta a la pandemia de la covid-19, en el ataque al Capitolio y en las grandes protestas de la sociedad de EE.UU. durante los últimos años. Los responsables políticos se vieron obligados a retirar las tropas para centrarse en cuestiones internas.

La segunda razón es que la guerra de Afganistán fue una guerra excepcionalmente costosa, el coste ha sido de billones de dólares, todo extraído del dinero de los contribuyentes. Esto hizo que Estados Unidos tuvieran una deuda tan fuerte que tuvieron que abandonar Afganistán.

Las políticas de lucha contra la guerra demuestran que su objetivo no era nunca hacer Afganistán más seguro, y mucho menos ahora, cuando se van. Además, también sabían que la retirada sería caótica, aunque siguieron adelante y la llevaron a cabo. Ahora Afganistán vuelve a salir cada día en las noticias porque los talibanes están en el poder, pero esta ha sido la situación durante los últimos veinte años: cada día cientos de personas murieron y se destruyó nuestro país, aunque raramente los medios de comunicación informaron de ello. Un ejemplo es la muerte de la Farkhunda, una mujer afgana que murió golpeada por una multitud de hombres que le dieron una paliza, quemaron su cuerpo y lo lanzaron al río Kabul. Esto ocurrió durante la presencia de "nuestro señor presidente" Ashraf Ghani.

—¿Cuál es la reivindicación de la comunidad afgana en Cataluña? ¿Hay previstas nuevas movilizaciones para hacer oír su voz?

La última concentración que hemos hecho fue el día 14 de septiembre en la Plaza Sant Jaume. El mensaje ha sido claro: queremos que el gobierno español se comprometa a evacuar las familias vulnerables de Afganistán. Haremos mes acciones, dependiendo de cómo continúe todo. El día 15 de septiembre Eva Baró, concejala del grupo municipal de ERC, llevó nuestras demandas a la comisión de presidencia del consistorio.

Pedimos que el Ayuntamiento de Barcelona constituya con efectos inmediatos una mesa de seguimiento de las necesidades de la población barcelonesa de origen afgano para ofrecer orientación y acompañamiento, tanto en el ámbito personal como en los trámites y acciones requeridas para la evacuación de los familiares amenazados en Afganistán, y que eleve las necesidades detectadas al gobierno español y a la Generalitat de Catalunya. Del mismo modo, pedimos que el Ayuntamiento reactive los mecanismos de acción internacional de los que dispone para, desde una gobernanza multinivel, fomentar políticas de refugio.

 ¡Las mujeres de Afganistán pidiendo derechos de igualdad a los talibanes! Maravilloso

—Últimamente ha habido algunas manifestaciones de mujeres en Kabul para luchar a favor de sus derechos. ¿Cómo lo valoras?

Pienso que si ellas allí hacen un grito, aquí nosotros tenemos que hacer diez. Las mujeres afganas son muy valientes y esta es la prueba. Hace veinte años sus madres no hubieran salido a la calle, pero ellas no son como las mujeres de los años 90. Ellas no quieren el burka, quieren trabajar y participar en todo, al igual que los hombres. ¡Las mujeres de Afganistán pidiendo derechos de igualdad a los talibanes! Maravilloso.

—¿Cuando los talibanes dicen que en esta nueva etapa las mujeres no perderán derechos, son creíbles?

El portavoz de los talibanes declaró que no hay diferencias entre su ideología de 1996 y la actual. Y lo que dicen sobre los derechos de las mujeres son las frases exactas utilizadas durante su anterior regla oscura: implementar la ley de la sharia. Además, los talibanes también querrían que Occidente los reconociera y los tomara en serio, y todas estas afirmaciones forman parte de "pintarse" una imagen nueva.

¡Quizás al cabo de unos meses dirán que celebraremos elecciones, ya que creemos en la justicia y la democracia! Estas pretensiones nunca cambiarán su verdadera naturaleza y seguirán siendo fundamentalistas islámicos: misóginos, inhumanos, bárbaros, reaccionarios, antidemocráticos y antiprogresistas. En una palabra, ¡la mentalidad talibán no ha cambiado ni cambiará nunca!

¡La mentalidad talibán no ha cambiado ni cambiará nunca!

—¿La sharia o ley islámica permite que las mujeres tengan los mismos derechos que los hombres?

No. Como la mayoría de las religiones, el Islam tampoco tiene derechos de igualdad para las mujeres. La ley islámica o sharia es imprecisa e interpretada de diferentes maneras por los regímenes islámicos, para beneficiar sus propias agendas y reglas políticas.

—La historia se repite en Afganistán... ¿Crees que la comunidad internacional podría hacer mucho más?

Desde el principio pudimos predecir este resultado. La continuación de los ataques de Estados Unidos y el aumento del número de víctimas civiles inocentes ha dado excusa a los talibanes. El imperio militar inhumano de EE.UU. no es sólo el enemigo del pueblo afgano, sino la mayor amenaza para la paz y la estabilidad mundiales.

Ahora que el sistema está al borde del declive, el deber de todos los individuos y grupos amantes de la paz, progresistas, de izquierdas y partidarios de la justicia es intensificar su lucha democrática contra la amenaza de EEUU. La sustitución del sistema podrido por un sistema justo y humano liberará millones de pobres y oprimidos y tendrá un efecto duradero en todos los rincones del mundo.

Nuestro temor es que el mundo pueda olvidar Afganistán como bajo la cruenta regla de los talibanes a finales de los 90. Por lo tanto, la gente y las instituciones progresistas no deberían olvidar las mujeres afganas.