Artículo publicado en el Ara el 2 de diciembre de 2022

Se vuelve a abrir el melón de las pensiones. Tarde y con prisas, seguramente porque sólo puede ir en una dirección: un empeoramiento de condiciones para los futuros pensionistas. El motivo que hace que se aborde el tema son los 6.000 millones de euros que el estado español tiene pendiente de recibir durante el próximo año de los fondos Next Generation. Se trata de la última remesa, que está sujeta a llevar a cabo los cambios estructurales a los que el Estado se comprometió en su Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, y que insistía en un sistema de pensiones sostenible. Un sistema que ahora mismo es insostenible, pese a las reformas previas. Las contribuciones intergeneracionales de pensiones no contaban con las diferencias demográficas entre generaciones ni las diferencias en las trayectorias laborales. Y cada año que pasa, las pensiones se comen una mayor proporción de los presupuestos estatales, que superan de largo las contribuciones actuales.  

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