Fue el curso 2009-2010 cuando la Universidad, a través del Servicio de Atención a la Comunidad Universitaria (SACU), organizó la primera liga de debate interna de la UPF (LDUPF). Previamente, en 2006, la UPF ya participó en lo que era la segunda edición de la Liga de Debate Universitaria de la Red Vives de Universidades (LDXV, siglas en catalán).

La primera liga de debate de la UPF (interna) fue una idea impulsada por quien en aquellos momentos era una estudiante de ciencias políticas, Eulàlia Solé, que se dirigió al SACU para buscar apoyo para poder llevar a cabo la actividad. Actualmente, Eulàlia es profesora de oratoria del Departamento de Ciencias Políticas y Sociales y una de las personas que más ha ayudado a desarrollar el proyecto UPF de las ligas de debate.

De este modo, la Universidad Pompeu Fabra comenzó a articular una estrategia para la consolidación de las ligas de debate como una herramienta pedagógica y una actividad clave para la adquisición de habilidades comunicativas.

Unos cuantos años después, y teniendo en cuenta los resultados conseguidos en las diferentes competiciones y la participación en aumento, se puede decir sin lugar a dudas que la apuesta institucional por las ligas de debate ha sido un éxito: sin ir más lejos, el curso 2020-2021 la Universidad logró el "doblete", al proclamarse campeona de la LDXV y al mismo tiempo, la Escuela Ginebró, que representaba la UPF en la fase final de la Liga de Debate de Secundaria y Bachillerato de la Red Vives (LDSB), también fue la ganadora.

Las ligas de debate son una competición dialéctica que permite poner en práctica conocimientos de oratoria, sujeto a unas reglas que hay que conocer para imponerse al equipo rival y convencer al jurado. En la UPF, se utiliza la adaptación que la Red Vives de Universidades hizo de la normativa establecida por la asociación Joven Cámara de Cataluña, una tipología de debates representativos del llamado "modelo de debate académico".

En el marco de EDvolución, el nuevo modelo educativo de la UPF, las ligas de debate son una muestra del concepto inclusivo de aprendizaje que abandera la Universidad.

Pablo Pareja, vicerrector de Profesorado y Relaciones con la Comunidad, explica que "las ligas de debate son una muy buena expresión de lo que incluye y quiere impulsar el proyecto EDvolución. Es una experiencia que reconoce que el aprendizaje no sólo tiene lugar en el marco de las asignaturas que integran los diferentes programas de grado o de postgrado, que sitúa claramente al estudiante en el centro del proceso de aprendizaje y que fomenta un tipo de aprendizaje colaborativo".

Según el vicerrector, las ligas de debate son un complemento fantástico a las muchas experiencias de aprendizaje en el que participan los estudiantes durante su paso por la Universidad, y que quedan recogidas en el Pasaporte UPF. "La UPF no es la única universidad que últimamente ha apostado con fuerza por las ligas de debate, pero sí podemos decir que es una de las que ha hecho más esfuerzos para integrarlas en la experiencia global de aprendizaje de los estudiantes . Cada año son más estudiantes los que se animan a participar".

Estos esfuerzos se han canalizado desde el SACU, que organiza la logística, la competición, la atención a los participantes, la formación y el jurado de las ligas de debate en la UPF

Estos esfuerzos se han canalizado desde el SACU, que organiza la logística, la competición, la atención a los participantes, la formación y el jurado de las ligas de debate en la UPF, y además, ha adaptado estos procedimientos a otros contextos, como la secundaria y el bachillerato y los centros penitenciarios. "Las ligas de debate se han convertido en una pieza clave en la oferta de actividades universitarias dirigidas a los estudiantes", apunta Gemma Garcia, jefa del SACU. Según ella, organizar la LDUPF y la fase local de la LDSB "es un reto, una construcción colectiva de toda la comunidad universitaria donde participan estudiantes, profesores, expertos...". Por ejemplo, en el caso de LDUPF, habitualmente toman parte más de 80 estudiantes y una cincuentena de jueces.

Una herramienta estratégica què ha derivado en un modelo inconfundible

La planificación de las ligas de debate, que están en la base del plan de mejora que la Universidad está llevando a la práctica, se articula en torno a tres ejes estratégicos: en primer lugar, las considera una herramienta formativa, a partir de la nueva línea oferta a través del Aula de Participación y especialmente, del Mínor en Oratoria; en segundo lugar, una propuesta de responsabilidad social, ya que la Universidad extiende las ligas a colectivos vulnerables, como las mujeres reclusas o los jóvenes de centros educativos de alta complejidad, a través de proyectos como Horzontes.

La tercera línea estratégica ha sido la concepción de las ligas de debate como una herramienta de promoción y captación de talento, que facilita la creación de redes de interés: un espacio dinamizado por la red de asociaciones de la UPF y formado por un grupo movilizado de estudiantes y alumni. Pablo Pareja destaca que la Universidad potencia la participación en este ámbito especialmente con dos acciones: "Por un lado, la implicación de estudiantes, tanto a nivel individual como de las asociaciones, en las actividades de promoción, en el diseño y en la organización de las ligas; y por otro, con el programa de formación que acompaña las ligas de debate y que, con mucho éxito, lidera el SACU".

Pero esta apuesta sostenida de la UPF a lo largo del tiempo por las ligas de debate, en qué tipo de modelo se ha concretado? Según María Teresa Albero, jefa de proyectos de la Red Vives de Universidades, "la participación de la UPF en las ligas de debate se diferencia por la implicación directa de la institución en la creación, el acompañamiento, la formación y el apoyo total a los equipos participantes, con personal específicamente designado, tanto del propio colectivo de estudiantes universitarios como del alumnado y los docentes de secundaria y bachillerato. Y este esfuerzo y apuesta institucionales se han traducido en equipos finalistas y campeones año tras año".

Así, la UPF ha sido campeona de la LDXV los años 2012, 2016 y 2021, y el equipo de secundaria y bachillerato del instituto que ha representado a la UPF se ha proclamado ganador de la LDSB los años 2015, 2018, 2019 y 2021, aparte de obtener varios subcampeonatos, en ambas modalidades. Maria Teresa Albero cree que "la UPF, a partir de la experiencia de la modalidad universitaria, supo aprovechar la oportunidad para formar a sus estudiantes, los futuros profesionales; y la evolución en los logros alcanzados en el tiempo demuestra que el modelo elegido ha sido el ganador".

La UPF, a partir de la experiencia de la modalidad universitaria, supo aprovechar la oportunidad para formar a sus estudiantes, los futuros profesionales; y la evolución en los logros alcanzados en el tiempo demuestra que el modelo elegido ha sido el ganador

Para Sergi Lostao, profesor asociado del Departamento de Ciencias Políticas y Sociales de la UPF, formador en oratoria de la LDSB y capitán del equipo de la Universidad ganador de la LDXV 2021, "que la Universidad haya hecho una apuesta institucional tan fuerte por las ligas de debate como parte fundamental de la educación de los estudiantes es clave. La implicación del SACU es la piedra angular, tanto por la parte organizativa como para poder trabajar con una red importante de colaboradores que pueden ofrecer formación y apoyo en diferentes ámbitos. Hay que destinar tiempo y recursos, pero los resultados se lo merecen".

¿Qué características tiene el modelo UPF?

La jefa de proyectos de la Red Vives de Universidades da alguna pista de cuáles son los rasgos diferenciales del modelo de la UPF: "Las principales características del modelo UPF en las ligas de debate se basan en el orden y el rigor en la preparación y la exposición de los debates, en la buena gestión del valor de todos y cada uno de los miembros del equipo y de las diferentes funciones que pueden desarrollar, así como en el absoluto respeto y la escucha activa 'hacia los equipos contrarios".

Desde un punto de vista interno de la comunidad universitaria, Gemma Garcia coincide plenamente con María Teresa Albero, y opina que el "modelo UPF" se puede definir más como "un baile" que "un combate": "Es un estilo basado en la escucha activa y en el respeto al otro equipo. También intentamos que nuestros oradores sean muy adaptativos y flexibles, con unos valores alejados del modelo del orador agresivo, que impone pero no convence", apunta.

Es un estilo basado en la escucha activa y en el respeto al otro equipo. También intentamos que nuestros oradores sean muy adaptativos y flexibles, con unos valores alejados del modelo del orador agresivo, que impone pero no convence

Según Sergi Lostao, que vive los debates desde dentro, "la UPF potencia un modelo donde se valoran aspectos como la profundidad en los contenidos, el trabajo en equipo o una competitividad sana entre los participantes. Estos son los elementos marca de la casa". Alba Vilanova, alumni UPF del grado en Humanidades, ganadora de la LDUPF 2019 y formadora de la LDSB y de la liga en Brians 1, cree que el modelo UPF "se caracteriza por el fair-play y el feed-back que se ofrece en todo momento y que proporciona una evolución constante". Por su parte, Berta Solé, también alumni UPF del grado en Humanidades, que ha sido jefa de jueces de la LDUPF (de la que también ha sido formadora), la LDSB y la LDXV, asegura que la clave del modelo UPF es "que enseña a argumentar, a hacerlo de manera sencilla, y a hacer llegar el mensaje de manera muy clara y directa".

Las ligas de debate de la UPF y de la Red Vives, un itinerario conectado por la oratoria

Las dos últimas ediciones de la Liga de Debate de la UPF (LDUPF) contaron con 28 equipos y 83 participantes (el curso 2019-2020) y 16 equipos y 46 participantes (el curso 2020-2021). Abierta a todos sus estudiantes, la Universidad organiza la LDUPF desde el curso 2009-2010. Cinco años después, el curso 2014-2015, la liga incorporó Sociedades de Debate, una competición organizada por la Facultad de Economía y Empresa, con la inclusión en cuartos de final de una franja de debates de temas relacionados con la economía y unos premios especiales.

Los equipos de la LDUPF están formados por tres estudiantes, y durante los días de competición van pasando por diversas fases eliminatorias y son puntuados por un jurado para llegar a ser el equipo ganador. Y si son elegidos, van a competir contra otras universidades en representación de la UPF en la LDXV: esta liga está abierta a las 22 universidades que forman parte de la Red Vives, y en la última edición (en formato virtual, debido a la pandemia), ganada por el equipo de la Universidad Pompeu Fabra, participaron catorce universidades.

En cuanto a la Liga de Debate de Secundaria y Bachillerato (LDSB), cada equipo está formado por un mínimo de tres y un máximo de cinco estudiantes del mismo centro educativo. Los equipos tienen que inscribirse en la fase local de alguna de las universidades miembros de la Red Vives. El capitán del equipo es un docente del centro educativo y actúa como portavoz y como intermediario. La fase local corresponde a la eliminatoria previa y tiene lugar en espacios de la universidad de la que dependen. Los equipos ganadores de las respectivas fases locales representan la universidad de referencia en la fase final. La UPF organiza la fase local que suele tener más participación y mayor número de preinscripciones: el curso 2019-2020, el último en que las inscripciones se hicieron antes de la pandemia, participaron 24 equipos y 118 estudiantes. El curso 2020-2021, en formato virtual, tomaron parte cinco equipos y 40 estudiantes.

Importación de la competición a los centros penitenciarios Brians 2 y Brians 1

En el marco del convenio firmado en 2015 entre la UPF y los Servicios Penitenciarios de la Generalitat de Cataluña, la Universidad propuso al Departamento de Justicia un proyecto piloto para adaptar las ligas de debate en un centro penitenciario, con el objetivo de favorecer las competencias comunicativas de los internos y las internas. Se pensó que la adquisición de estas competencias y habilidades podría ser de gran utilidad para su proceso de reinserción, a la vez que trabajar con este colectivo también podría significar un crecimiento personal y profesional para todo el equipo formador y organizador de la actividad.

El proyecto se inició el curso 2015-2016 con la organización de una liga de debate dirigida a los reclusos del Centro Penitenciario Brians 2, que incluía una semana de formación previa en oratoria para los internos participantes. Esta actividad se llevó a cabo en el marco de la escuela de adultos Centro de Formación Víctor Català (CFA Víctor Català). Tras cuatro ediciones en Brians 2, el curso 2019-2020 este modelo se trasladó al centro penitenciario de mujeres de Brians 1, en colaboración con el Centro de Formación Artur Martorell (CFA Artur Martorell) que también acogerá la próxima edición, en mayo de 2022. En este caso, el proyecto, coorganizado con la Unidad de Igualdad de la UPF, trabaja especialmente la perspectiva de género, con el objetivo de empoderar a las internas que participan en la iniciativa.

Funcionamiento y estructura de la competición dialéctica

En la mayoría de los casos, unos minutos antes de iniciar el debate, se sortean las posiciones (a favor o en contra) que cada equipo tendrá que defender. En algunas competiciones, como la Liga de Debate de la UPF, el tema del debate, relacionado con cuestiones de actualidad que generan controversia, es informado 25 minutos antes del inicio. En las ligas de la Red Vives, el tema es anunciado con antelación. Algunos de los temas de las últimas ediciones de las ligas han sido si "El actual sistema educativo garantiza el progreso de las personas" (LDXV y LDUPF) y si "Es compatible el crecimiento global de la economía con el respeto al medio ambiente" (LDSB).

Una vez decididas las posiciones, cuáles serán los oradores y cuáles los miembros de mesa de cada equipo, se inicia la competición dialéctica.

Habitualmente los debates se estructuran de la siguiente manera:

Los debates tienen una estructura determinada que los equipos conocen de manera anticipada y en la que adaptan su discurso. Es importante la utilización correcta de los turnos para sacar el máximo partido de cada momento del debate. Estos turnos son los siguientes:

• Exposición inicial o introducción: se presenta el equipo y se esboza la línea argumental para defender una tesis sólida. Cada equipo expone su perspectiva respecto a la cuestión del debate, estableciendo las líneas generales de su argumentación. Como se trata de la primera intervención de los equipos, es importante hacer una exposición amena y que llame y mantenga la atención.

• Argumentación: en este turno se desarrollan los argumentos que se han anunciado en la introducción y de esta manera se empieza a exponer el grueso de la preparación del debate: los principales argumentos, datos, ejemplos...

• Refutación: después de escuchar el contrincante, hay el turno para las refutaciones, en el que se intentará desmontar la argumentación rival, y se defienden firmemente los criterios propios. En este turno, los rivales pueden hacer preguntas al orador para entorpecer su explicación y difuminar su contenido. Es el momento de las réplicas y contrarréplicas entre los dos equipos.

• Conclusión: el último turno de conclusiones servirá para recopilar los argumentos de los dos equipos, hacer evidente los puntos débiles de los rivales y acabar mostrando la propia tesis. Es la última intervención y en muchas ocasiones es decisiva para el resultado del debate.

Sheila Canudas, estudiante del grado en Derecho, ha sido miembro del equipo ganador de la LDUPF (2020) y de la LDXV 2021. Explica que durante la competición el ambiente es muy bueno y los participantes lo viven muy intensamente: "Los días de competición son largos y cansados, pero valen mucho la pena. Son la oportunidad de conocer gente de otros equipos, y de reforzar lazos con el propio". Y añade: "Se aprende muchísimo: en poco tiempo debes informarte sobre un tema, buscar argumentos y contra argumentos para refutar los del equipo contrario, apoyarlos con datos, encontrar una historieta para captar la atención del público y el jurado... ". Sheila destaca que "hay que repartir bien los trabajos y ponerse de acuerdo, lo que implica ceder, en muchas ocasiones".

Los días de competición son largos y cansados, pero valen mucho la pena. Son la oportunidad de conocer gente de otros equipos, y de reforzar lazos con el propio

Los chicos y chicas del equipo de la Escuela Ginebró de Llinars de Vallès, participantes en la LDSB en representación de la UPF, y que se proclamaron campeones en la edición 2021, también hacen una valoración muy positiva:

La formación previa, clave del éxito de las ligas de debate en la UPF

Uno de los ámbitos determinantes del éxito de la UPF en las ligas de debate, y que recalcan todos sus protagonistas y las personas implicadas en la organización, es el de la formación previa en oratoria que se ofrece a los equipos participantes en las diversas modalidades. En la LDUPF, la formación consiste en dos sesiones impartidas por expertos, en las que los participantes tienen la oportunidad de aprender nuevas técnicas para hablar en público y debatir. De hecho, esta formación se considera la primera parte de la liga, mientras que la segunda parte es la competición en sí.

Berta Solé, que ha sido formadora de la LDUPF, recalca que "la formación previa te enseña en qué consiste el lenguaje oral, una serie de elementos que entran en juego, como la entonación, los silencios, la expresión no verbal y paraverbal, etc. Hay que trabajar mucho todo lo que va ligado a la argumentación, a la capacidad analítica, y saber pensar bien y de manera crítica, para ayudar a encontrar los argumentos débiles del contrincante”.

Sergi Lostao y Alba Vilanova, además de participar en las ligas, también han estado implicados en tareas de formación. Sergi apunta que "los estudiantes acuden con competencias o talentos diferentes, y la formación previa es esencial para poder nivelar estas diferencias, así como para elevar el nivel del conjunto de los debates". Por su parte, Alba destaca que "la formación en oratoria ofrece una caja de herramientas muy útil para comunicarse, tanto a nivel verbal, como no verbal y en la construcción de discurso. Estos conocimientos son los que se perfeccionan después con la práctica. Además, la formación previa cohesiona a los estudiantes y potencia el trabajo en equipo".

La formación previa en la LDSB y en Brians 1 y 2 y el contacto entre formadores y participantes

Enric Matamala es profesor de la Escuela Ginebró y capitán del equipo del centro. Desde 2016 ha participado en todas las fases locales de la LDSB en la UPF (excepto en 2020, que lo hizo con la UB) y ha sido campeón dos veces, la última, en 2021. Según él, "la formación previa de la fase local de la LDSB que ofrece la UPF es interesante, en tanto que consigue introducir al alumnado en el mundo de la oratoria de manera básica. Pero lo que es realmente espectacular es la formación que la UPF da al equipo ganador de la fase local para preparar la fase final de la Red Vives. El trabajo de acompañamiento y coaching que recibe el equipo es intenso y de gran calidad. Para los alumnos que han recibido esta formación, hay un antes y un después a la hora de afrontar el reto de la comunicación oral ante un auditorio".

La formación que adquieren los participantes en las ligas de debate de Brians 1 y Brians 2 tiene un significado especial. Núria, maestra del Centro de Formación de Adultos (CFA) Artur Martorell del Centro Penitenciario Brians 1, presente en las ligas de debate de Brians 2 y Brians 1, y responsable de la escuela en la organización de la próxima edición de la liga de Brians 1, opina que "el éxito de la liga en los dos centros está muy relacionado con el proceso de formación y de seguimiento que realizan los capitanes y formadores de la UPF. A lo largo de todo el proceso consiguen captar la atención de los internos y las internas, mejoran competencias como la oratoria, pero también aumenta su autoestima y el sentimiento de pertenencia al grupo". Núria también incide en la tarea que realiza el personal docente de los CFA, con la implicación en todo el proceso y formando parte de los equipos.

A lo largo de todo el proceso consiguen captar la atención de los internos y las internas, mejoran competencias como la oratoria, pero también aumenta su autoestima y el sentimiento de pertenencia al grupo

Para Alba Vilanova, que fue formadora en la liga de Brians 1, "se establece una experiencia única, y además, muy diferente, por ser no mixta. Con las mujeres del equipo creamos una conexión muy especial que dio sus frutos en una gran competición de debate. Aprendimos mucho unas de otras". Además, apunta que "a nivel personal, me ha dado la oportunidad de conocer la realidad de las cárceles, que creo que son un reflejo de la sociedad en que vivimos, y romper estigmas y prejuicios".

Nuria valora muy positivamente este contacto entre los diferentes colectivos: "La proximidad y la empatía que muestran los capitanes y formadores de la UPF favorecen crear un espacio de aprendizaje, de trabajo en equipo y de respeto, muy positivo para el desarrollo de la liga. Se crean buenos vínculos. Para los internos y las internas, estas experiencias son muy enriquecedoras, ya que se sienten importantes, protagonistas de los debates donde tienen voz y donde esta voz es escuchada y valorada", reflexiona.

La importancia del feed-back de los jueces

Pero si la formación previa es relevante, no lo es menos el feed-back que los participantes en las ligas de debate reciben de los jueces que forman parte del jurado durante la competición, ya que consolida el aprendizaje, indica importantes puntos de mejora y permite establecer una comunicación fluida entre ambas partes.

Tanto Berta Solé, Alba Vilanova como Sergi Lostao, que han sido jueces de las diversas competiciones (Sergi y Berta como jefes de jueces) recalcan la importancia de esta comunicación: "El feed-back de los jueces al final del debate es un elemento formativo para los participantes, ya que los orienta sobre qué pueden mejorar", asegura Berta, que menciona los dos elementos principales que tienen en cuenta los jueces a la hora de evaluar, a partir de unas pautas: el contenido (tesis sólida, buenos argumentos, etc.) y la forma (claridad y coherencia de la exposición, interacción y capacidad de rebatir los argumentos con el otro equipo, etc). De todos modos, según ella, "por mucho que a nivel formal la presentación sea buena, si el contenido no es apropiado, difícilmente se puede ganar un debate", sentencia.

En la Universidad se está tendiendo a contar con un jurado con experiencia en las ligas de debate e incluso con una cierta formación en esta tarea, lo que mejora los feed-backs y promueve veredictos más justificados

Sergi afirma que "en la UPF se ha hecho un esfuerzo para que los jueces no se limiten a dar un veredicto y nada más"; y añade: "En la Universidad se está tendiendo a contar con un jurado con experiencia en las ligas de debate e incluso con una cierta formación en esta tarea, lo que mejora los feed-backs y promueve veredictos más justificados", reflexiona.

Habilidades y competencias que adquieren los participantes

La participación en las ligas de debate proporciona, a través de la oratoria, un conjunto de habilidades y competencias comunicativas múltiples y variables, que pueden ser útiles tanto a nivel personal, profesional como docente. Sheila Canudas explica que "la oratoria me ha enseñado mucho más de lo que nunca habría imaginado al apuntarme a mi primera liga de debate. He aprendido a estructurar mi discurso, a ordenar las ideas, a no hablar ni demasiado rápido ni demasiado lento, a cambiar el tono de voz según lo que estoy diciendo, a ajustar las palabras dependiendo del público al que me dirijo, a entender diferentes puntos de vista, a reaccionar rápido o a apoyar los argumentos con datos fiables y consistentes, entre otros". Considera que este conjunto de competencias transversales le han ayudado mucho en las intervenciones en clase, presentaciones, entrevistas de prácticas y de trabajo, y en las conversaciones del día a día: "La habilidad de comunicarse es indispensable y realmente útil en el mundo académico y profesional", concluye.

Alba Vilanova enfoca los beneficios más a nivel social y para el desarrollo humano y personal: "La comunicación nos determina y nos diferencia como seres humanos y la palabra tiene un poder importante, hay que saberla utilizar y mejorar la sociedad en que vivimos. Saber hablar y escuchar forma parte del desarrollo personal. Quien se conoce como orador también se conoce a sí mismo, con sus firmezas y debilidades".

En los ámbitos de secundaria y bachillerato y en los centros penitenciarios, los beneficios también son evidentes. Enric Matamala comenta que el trabajo de preparación de la participación en la LDSB ya es una actividad excelente en sí misma para el alumnado: "Trabajan herramientas transversales muy importantes, tales como el trabajo en equipo, el rigor en la búsqueda de información, la argumentación, las técnicas oratorias y las habilidades comunicativas, además de valores como el respeto, la tolerancia y el fair play". Después, la parte de la competición de la liga, "aporta el plus de poder llevar a la práctica todo lo trabajado intensamente, así como un crecimiento personal muy grande al alumnado, que viendo que sus capacidades comunicativas y el control del miedo escénico mejoran a medida que va avanzando". Sergi Lostao añade que actualmente los centros de secundaria cada vez incorporan más actividades de oratoria y debate y se nota en el aumento del nivel que ha habido en los últimos años.

Trabajan herramientas transversales muy importantes, tales como el trabajo en equipo, el rigor en la búsqueda de información, la argumentación, las técnicas oratorias y las habilidades comunicativas, además de valores como el respeto, la tolerancia y el fair play

Si nos centramos en el ámbito penitenciario, Núria recalca que los internos y las internas participantes en un principio no son conscientes de todas las herramientas que irán adquiriendo a lo largo de todo el proceso. Pero una vez termina la liga el balance es fantástico: "Hablan de aumento de la seguridad personal, de la pertenencia al equipo, de la experiencia de hablar en público, de sentirse escuchados y protagonistas; de mejora, de adquisición de herramientas para enfrentarse a conversaciones y entrevistas, etc. Cree que sí les ayuda a la rehabilitación. A lo largo del proceso de la liga se crea un pequeño espacio de libertad, tienen la sensación de aprovechar la oportunidad. Es una actividad que les da herramientas para su vida en libertad, para ganar seguridad y sentir que pueden conseguir lo que se proponen".

El Aula de la Participación y el mínor en Oratoria, un paso más en la formación

El Aula de la Participación de la UPF, activa desde el curso 2018-2019, es un espacio formativo para la adquisición de habilidades, competencias y valores en el ámbito de la participación y de la representación de los estudiantes, pero también comunicativas, y se dirige a los estudiantes que quieran ejercer una participación estudiantil activa, efectiva y eficiente. Ofrece actividades y módulos formativos, con el objetivo de ampliar los conocimientos de oratoria y complementar la formación ofrecida a la LDUPF.

Por otra parte, desde la UCA de Comunicación, se ofrece el mínor en Oratoria, un proyecto coordinado por la profesora Emma Rodero, dirigido a estudiantes de centros integrados de la UPF y titulados inscritos en el programa UPF Alumni, que les permite obtener un título propio. El objetivo del mínor es ofrecer una formación especializada en competencias de comunicación oral, para que el estudiante sea capaz de hacer presentaciones y expresarse oralmente con corrección y eficacia en los ámbitos académico y profesional. Ofrece asignaturas de diferentes estudios relacionadas con la oratoria y diversas actividades universitarias en torno al aprendizaje de habilidades comunicativas, entre las que las ligas de debate.

Sheila Canudas es una de las estudiantes que el curso pasado cursó este mínor, y está muy satisfecha: "Tanto la liga de debate como el mínor eran oportunidades claras de formarme en retórica y ponerlo en práctica, y así lo hice. Además, por el hecho de estudiar Derecho, el profesorado nos dice que en el ámbito jurídico no es importante sólo qué dices, sino también cómo lo dices". Por su parte, Alba Vilanova también lo cursó paralelamente a sus estudios de Humanidades: "El mínor es una oportunidad para demostrar académicamente los conocimientos de oratoria adquiridos, tanto a nivel teórico como práctico. He podido divertirme en asignaturas como locución deportiva o de radio, donde he aprendido cosas nuevas que no hubiera hecho nunca!".

El mínor es una oportunidad para demostrar académicamente los conocimientos de oratoria adquiridos, tanto a nivel teórico como práctico

El hecho de cursar este mínor se puede considerar como una estación más de este "viaje" alrededor de la oratoria, que un estudiante puede comenzar en el instituto, con la LDSB; después, ya en la UPF, tomando parte en la LDUPF, en el Aula de la Participación, cursar el mínor, formar parte de un club de oratoria, de las ligas de debate en los centros penitenciarios y educativos, o de otros ligas de debate que se están planteando (ligas en otros idiomas, etc ..). También existe la opción de ser juez y formador/mentor.

Una motivación muy alta, que da un mensaje de optimismo de cara al futuro

Si en algo coinciden todas las personas que tienen diferentes roles en las ligas de debate es en la motivación de sus participantes y en la buena valoración que hacen de la actividad. Gemma Garcia, como jefa del SACU, recibe muchos "inputs" en este sentido: "La mayoría de participantes destacan la gran utilidad de las ligas de debate para desarrollar sus capacidades comunicativas de una manera fácil y divertida. A través de una competición, una especie de 'juego', ponen en práctica los recursos que han aprendido en la formación y se sorprenden muy gratamente cuando ven las mejoras en el momento de hablar en público", asegura.

Son chicas y chicos que acaban dedicando muchísimas horas a trabajar y a prepararse para afrontar el reto de la competición. Y lo hacen con una alegría y disponibilidad enormes

Enric Matamala, que tiene la visión que le otorga estar en contacto con los adolescentes, asegura que "el grado de implicación y compromiso que alcanzan los miembros de los equipos de debate es extraordinario. Son chicas y chicos que acaban dedicando muchísimas horas a trabajar y a prepararse para afrontar el reto de la competición. Y lo hacen con una alegría y disponibilidad enormes". El profesor de la Escuela Ginebró concluye con un mensaje de optimismo: "En un mundo cada vez más polarizado y maniqueo, el hecho de que estén dispuestos a entrar con tanta disposición al mundo del debate, con la mejora de la flexibilidad mental y del espíritu crítico que ello conlleva, acaba representando, todo ello, un soplo de aire fresco y la esperanza de que sean una generación que pueda mejorar muchas cosas".