2. Comunidad

La universidad del siglo XXI será igualitaria o no será

La perspectiva de género ha entrado en las universidades para quedarse. Mejora la calidad de la docencia y de la investigación, convierte las instituciones en más democráticas y las compromete con la transformación de la sociedad

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Gènere

La Universidad Española en Cifras. 2016-2017, el último informe publicado por la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), indica que en los últimos diez años ha habido un aumento sostenido de la presencia de las mujeres como profesoras en las universidades del estado. Sin embargo, el avance es muy lento y no ha conseguido acabar con el desequilibrio existente en determinadas categorías docentes.

Por otra parte, el informe La perspectiva de género en docencia e investigación en las universidades de la Xarxa Vives d’Universitats, publicado en marzo de 2017 y coordinado por Tània Verge, directora de la Unidad de Igualdad de la UPF, y Teresa Cabruja, profesora de la UdG, indica que queda mucho camino por recorrer en este ámbito y reclama más compromiso para hacer efectivas las leyes de igualdad.

"La universidad ha funcionado con las inercias con las que se mueve la sociedad en general; por tanto, si en la sociedad hay prácticas no igualitarias, estereotipos de género y sesgos implícitos, la universidad no está exenta", explica Mónica Figueras, vicerrectora para la dirección de proyectos para el compromiso social y la igualdad de la UPF.

A pesar de ello, "se está haciendo mucho trabajo en los últimos años con respecto al sistema universitario catalán, a través del Consejo Interuniversitario de Cataluña, especialmente desde la comisión Mujeres y Ciencia", asegura la vicerrectora. Se ha firmado un convenio interuniversitario para trasladar gratuitamente el expediente de las mujeres víctimas de violencia machista y de sus hijos e hijas; se ha trabajado con la Agencia para la Calidad del Sistema Universitario de Cataluña (AQU Catalunya) para incluir la dimensión de género en los procesos de evaluación de la calidad de las titulaciones; y se han elaborado indicadores de género estandarizados para evaluar la composición de los tres colectivos de la comunidad universitaria y la carrera académica. "La UPF ha liderado muchos de estos proyectos y colaboraciones interuniversitarias", recalca Figueras. "Una universidad igualitaria será también una universidad de mejor calidad, más democrática y radicalmente comprometida con la transformación social".

“Se está haciendo mucho trabajo en los últimos años con respecto al sistema universitario catalán, a través del Consejo Interuniversitario de Cataluña, y la UPF ha liderado muchos de los proyectos y colaboraciones interuniversitarias”

La perspectiva de género es un principio de actuación de todas las administraciones públicas. En palabras de Tània Verge, aplicada a la docencia y la investigación, "ayuda a mejorar la calidad y la relevancia social porque desarrolla la capacidad para evaluar las desigualdades por razón de sexo, género y diversidad sexual y para diseñar soluciones".

Cada vez más, el alumnado exige que la perspectiva de género se tenga en cuenta en su formación. Miquel Salbanyà, estudiante del grado en Derecho en prácticas en la Unidad de Igualdad, reclama que "se incorpore de manera transversal a los planes docentes, con asignaturas que aborden el tema desde primer curso, para evitar llenar la mochila de roles de género y otros efectos de la socialización mientras dura la vida universitaria ". Afirma que "las nuevas generaciones suben más concienciadas gracias al trabajo realizado por el movimiento feminista y los movimientos de liberación sexual y de género" y que "es necesario que la Universidad ofrezca más formación específica sobre la materia con el objetivo de dotar a los estudiantes con herramientas y alternativas para poder cambiar el mundo en el que vivimos".

¿Cuál es el estado de la cuestión en la Universidad Pompeu Fabra concretamente? Para empezar, hagamos una radiografía de la comunidad universitaria.

Personal docente e investigador

 

Personal de administración y servicios

 

 

Estudiantes

 

  Grado Máster Doctorado
Total Mujeres 6296 516 672
Total Hombres 4113 387 609

 

Algunas conclusiones que podemos extraer a simple vista: 

Personal docente e investigador

  1. Hay una diferencia considerable entre el número de PDI hombres y el número de PDI mujeres, que se acerca a los 20 puntos porcentuales.

  2. En el caso de las escalas docentes más altas esta diferencia se acentúa mucho más, y llega prácticamente a los 70 puntos porcentuales en la categoría de catedráticos.

Personal de administración y Servicios

  1. Las mujeres son mayoría en prácticamente todas las escalas de gestión. En el cómputo global hay una diferencia porcentual a su favor de más de 30 puntos.

  2. A pesar de ello, no hay un sesgo en relación con las plazas de gestión más cualificadas. El porcentaje se traduce prácticamente a la perfección.

Estudiantes

  1. En el cómputo global, hay más estudiantes mujeres que hombres, sobre todo en los estudios de grado, en el que la diferencia porcentual es de 20 puntos.

  2. A pesar de que las mujeres siguen siendo mayoría en estudios de máster y de doctorado, hay una tendencia progresiva a nivelarse con los hombres, hasta llegar a una diferencia mínima de 5 puntos en el doctorado.

  3. En los estudios de grado, las mujeres son mayoría en todos los ámbitos, a excepción de Ciencias Políticas y Sociales (44 vs. 56) e Ingenierías y Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (30 vs. 70). Las diferencias más importantes en favor de las mujeres se producen en los ámbitos de Comunicación, Traducción y Ciencias del Lenguaje y Ciencias de la Salud y de la Vida.

  4. En los másters, Ingenierías y Tecnologías de la Información y las Comunicaciones y Economía y Empresa tienen una presencia de mujeres menor que la de los hombres. Por otra parte, se mantienen los tres ámbitos con más mujeres -Comunicación, Traducción y Ciencias del Lenguaje y Ciencias de la Salud y de la Vida-, pese acortarse sensiblemente las diferencias.

  5. Finalmente, en el doctorado la tendencia se invierte y en cinco de los ocho ámbitos hay más hombres que mujeres: Ingenierías y Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, Economía y Empresa, Ciencias Políticas y Sociales, Humanidades y Derecho. Los tres ámbitos más feminizados en cuanto a grado y máster son los únicos que mantienen esta tendencia en el caso de doctorado.

El papel clave de la Unidad de Igualdad de la UPF

Para combatir las desigualdades de género evidentes en la radiografía de la comunidad UPF y que tienen traslación a diversos aspectos de la vida universitaria, la Pompeu Fabra creó en 2017 la Unidad de Igualdad, "un servicio universitario especializado que asesora a los órganos de gobierno, desarrolla diferentes programas para impulsar las políticas de igualdad de género en la UPF y en sus centros adscritos y coordina las acciones específicas que implementen en este ámbito los diferentes órganos, servicios y unidades académicas y administrativas ", explica Tània Verge, directora de la Unidad.

Según Mónica Figueras, "la institucionalización de la estructura de igualdad en la UPF, con presupuesto, personal propio y una oficina de atención en el campus de la Ciutadella, ha representado un salto cualitativo en la implementación de la perspectiva de género en la Universidad".

Lluïsa Rojas i Tània Verge

La existencia de esta unidad ha asegurado que la perspectiva de género "sea transversalizada de manera más eficaz en el conjunto de las políticas de la Universidad. Por otra parte, permite participar en espacios interuniversitarios dedicados a este ámbito y facilita el intercambio de buenas prácticas y el impulso de medidas dentro del sistema universitario catalán", afirma su directora.

"La institucionalización de la estructura de igualdad en la UPF, con presupuesto, personal propio y una oficina de atención en el campus de la Ciutadella, ha representado un salto cualitativo en la implementación de la perspectiva de género en la Universidad".

La herramienta con la que la Universidad desarrolla la estrategia a seguir para avanzar en la equidad de género es el Plan de Igualdad. "El Primer Plan, aprobado en 2008 por el Consejo de Gobierno, permitió situar por primera vez en la agenda de la Universidad las políticas de igualdad de género", explica Tània Verge. "El Segundo Plan, aprobado en 2018, ha ampliado el número de ejes estratégicos de actuación. Se ha incorporado de manera destacada la perspectiva de género a la docencia y a la investigación, la lucha contra la violencia machista y LGBTIfòbica, y la perspectiva LGTBI, que tiene en cuenta la diversidad en la orientación sexual y en la identidad y la expresión de género ".

Los cinco ejes estratégicos del Segundo Plan de Igualdad (2018-2022) son los siguientes:

  1. Promoción de una cultura de igualdad

  2. Una docencia, investigación y transferencia de conocimiento sensibles al género

  3. Igualdad de oportunidades en el acceso al trabajo y la promoción profesional

  4. Participación y representación paritarias

  5. La UPF, una institución libre de discriminaciones y violencias

En paralelo a la creación de la Unidad de Igualdad, se ha reactivado la Comisión Permanente de Políticas de Igualdad de Género a fin de dar cuenta de las actividades realizadas y recoger propuestas de todos los colectivos y coordinar políticas con los centros adscritos. Actualmente, se está impulsando la creación de comisiones de igualdad en el ámbito de los centros.

La perspectiva de género en la docencia y la investigación

Se trata de uno de los ejes estratégicos del Segundo Plan de Igualdad Isabel de Villena, porque su relevancia social es esencial: desigualdad en el reconocimiento de las aportaciones académicas y científicas de las mujeres; falta de atención a cómo los fenómenos sociales, políticos, económicos, culturales y la tecnología o la medicina tienen un impacto diferenciado en las mujeres y los hombres; sesgos de género en el entorno de aprendizaje, etc.

Professora fent classe

La UPF ha emprendido diferentes medidas para implementar de una manera efectiva la perspectiva de género en la docencia. "Se ha incorporado como competencia transversal en EDvolució, el proyecto del nuevo modelo educativo de la Universidad", explica Tània Verge. Además, "se ha ido ampliando sustancialmente en los últimos años la oferta formativa especializada en género, incluyendo también la creación de un mínor en Estudios de Género", añade.

Por otra parte, se ha potenciado que todo el alumnado trabaje estos temas a través de la convocatoria del Premio al Trabajo de Fin de Grado a la Investigación en Género, que ya lleva cinco ediciones y que cuenta con la colaboración del Instituto Catalán de las Mujeres. El éxito de la iniciativa ha hecho que este año se cree el Premio a Trabajos de Fin de Máster y Tesis Doctorales en Investigación en Género.

Para facilitar que el PDI identifique como puede aplicar la perspectiva de género en sus asignaturas, la web de la Unidad de Igualdad ofrece todo un conjunto de materiales y recursos. Destaca la miniserie de tres capítulos Docencia #AmbPerspectiva, que tiene como objetivo explicar las bases de una docencia sin sesgos de género.

Miniserie Docencia #AmbPerspectiva 

Además, el Centro para la Innovación en Aprendizaje y Conocimiento (CLIK) de la Universidad ofrece cada año diferentes cursos para que el PDI pueda profundizar en esta materia. Finalmente, se ha creado la red #AmbPerspectiva, integrada por más de treinta PDI de todos los ámbitos de conocimiento de la Universidad, para acompañar a todos los docentes en la incorporación de la perspectiva de género en sus asignaturas.

Esta tarea, que se lleva a cabo desde la Unidad de Igualdad, se ve acompañada por el trabajo de otras instituciones. Por un lado, AQU Catalunya ha publicado recientemente el documento Marco general para la incorporación de la perspectiva de género en la docencia universitaria. Por otra parte, la Xarxa Vives d’Universitats ha editado recientemente una colección de Guías para una docencia universitaria con perspectiva de género, que incluyen diferentes disciplinas y ámbitos de conocimiento.

Se ha creado la red #AmbPerspectiva, integrada por más de treinta PDI de todos los ámbitos de conocimiento de la Universidad, para acompanyar a todos los docentes en la incorporación de la perspectiva de género en sus asignaturas.

Recerca

En el ámbito de la investigación, el trabajo que se debe hacer también es ingente. "Hasta hace muy pocos años, en las carreras técnicas y en algunas disciplinas científicas, ha sido muy mal vista la incorporación de las mujeres", asegura Gema Revuelta, profesora del Departamento de Ciencias de la Salud y de la Vida y miembro del Centro de Estudios de Género de la UPF. "La sociedad no ha propiciado históricamente que las mujeres destaquen y se desarrollen en ninguna carrera profesional", y esto es un pez que se muerde la cola porque implica que "no hay figuras de referencia para las niñas, que a menudo se educan escuchando qué es y qué no es femenino".

En la carrera investigadora la brecha observada en el acceso a la formación científica y técnica se reproduce, y se generan diferencias importantes en los cargos de responsabilidad, tal como se puede ver en la radiografía del PDI permanente de la comunidad UPF. Incluso, "en ámbitos como el de las ciencias de la salud y de la vida o en ciencias sociales, con más presencia de mujeres que de hombres, los cargos de responsabilidad no son ocupados por mujeres", explica Gema Revuelta. Esto no se resuelve promoviendo sólo criterios objetivos de selección "porque incluso cuando se intentan aplicar -número de publicaciones, por ejemplo- las mujeres se ven penalizadas si han tenido una interrupción temporal debido a una baja de maternidad", esgrime.

"La sociedad no ha propiciado históricamente que las mujeres destaquen y se desarrollen en ninguna carrera profesional y no hay figuras de referencia para las niñas, que a menudo se educan escuchando qué es y qué no es femenino"

Para paliar esta situación, el Departamento de Ciencias de la Salud y de la Vida, en el marco del proyecto María de Maeztu, ha creado una comisión de políticas de género propia que trabaja coordinadamente con la Unidad de Igualdad. Con el objetivo de mejorar la trayectoria en investigación de las mujeres científicas del Departamento "se ha establecido una cuota mínima de participación de un 40% de mujeres en comités y organismos decisorios", indica Gema Revuelta. "También se han impulsado ayudas económicas de maternidad para favorecer la conciliación y se han organizado programas de formación específicos para mujeres para mejorar su autoconfianza y la adquisición de competencias propias de proyección de sus carreras profesionales", añade.

La UPF, una institución libre de discriminaciones y violencias

Con el objectivo que la Universidad sea un entorno más igualitario y respetuoso, donde todos puedan vivir y desarrollar su actividad formativa y profesional con plena libertad, entre el 2017 y el 2018 la UPF se dotó de un procedimiento de cambio de nombre para a las personas transexuales, transgénero e intersexuales y de un protocolo para prevenir y solucionar conflictos en materia de violencia machista, homofobia, bifobia y transfobia.

Lluïsa Rojas, agente de Igualdad de la UPF encargada de la gestión del protocolo, explica que se trata de una herramienta "para garantizar la convivencia y el bienestar de todos los miembros de la comunidad universitaria. A pesar de que mucha gente cree que en las universidades no se dan situaciones de violencia machista y LGBTIfòbica, estas se producen".

Para Mónica Figueras, la lucha contra la violencia machista es una línea prioritaria: "Fuimos de las primeras universidades en elaborar un protocolo que incluye los tres colectivos y también las situaciones de LGBTIfòbia". Es importante destacar que el protocolo "cubre las conductas violentas que se produzcan en cualquier espacio del campus o de las instalaciones universitarias, o bien fuera de ellas, cuando la conducta tenga lugar en el marco de una actividad o servicio organizado por la UPF, o cuando esta conducta esté vinculada a una relación derivada de la actividad laboral o educativa", añade Tània Verge.

La Unidad de Igualdad cuenta con varios recursos de acompañamiento, tanto si se activa el protocolo como si no, e independientemente de si la situación se ha vivido dentro o fuera de la Universidad. Lluïsa Rojas explica que "se facilita una adaptación curricular o se ofrece un servicio de terapia y asesoramiento psicológico de manera gratuita y absolutamente confidencial. También se cuenta con el Fondo de Igualdad a través del cual se ayuda económicamente en el pago de la matrícula a las personas que hayan visto distorsionada la marcha de sus estudios por una situación de violencia machista o LGBTIfòbica sufrida dentro o fuera de la Universidad".

"Pero el protocolo tiene un límite de actuación muy claro", asegura Lluïsa Rojas, y "es el de respetar absolutamente la voluntad de la persona que sufre violencias de este tipo; nunca se hace ninguna acción sin su conocimiento y consentimiento".

 

Hablamos con CPS, estudiante del grado en Derecho y del grado en Criminología y Políticas Públicas de Prevención de la UPF. En su momento se acogió al procedimiento de la Universidad de cambio de nombre de personas transexuales, transgéneros e intersexuales.

¿Cómo valoras que la UPF tenga un procedimiento de estas características?

El hecho de que exista este procedimiento es muy positivo y tiene un impacto aún más positivo y profundo en la vida de las personas trans y/o intersexuales (no son términos mutuamente excluyentes) que piden este cambio de nombre.

El trámite para cambiar de nombre legalmente es farragoso y lento, y en gran medida depende de que puedas demostrar que estás utilizando de manera pública y continuada el nombre que sientes, que quieres que acabe siendo el legal. Si no existiera este protocolo, mientras no nos concedieran el cambio de nombre legal, deberíamos sentirnos llamar cada día en el aula y en el entorno de la Universidad con un nombre que no nos representa, y eso hace mucho daño.

 

¿Qué supuso para ti poderte acoger en este procedimiento?

Personalmente, tener el carnet de estudiante a nombre de C me fue útil porque lo aporté como prueba ante el Registro Civil. Más allá de eso, me sirvió para hacer el cambio de nombre a la Universidad con tranquilidad, sabiendo que ya no era mi palabra contra la de los demás, sino que, efectivamente, aquel nombre me representaba en la Universidad de manera completa e indiscutible. Esto ahorra muchas conversaciones incómodas y tiene un impacto positivo en la autoestima y la salud mental. Acogerme en este protocolo me hizo sentir que tenía un apoyo institucional y que se reconocía mi autonomía sobre mi identidad.

 

¿Crees que la sociedad en general es consciente del beneficio que supone?

Creo que todavía no se entiende la relevancia que tiene para una persona trans y/o intersexual que se respete su identidad, en todos los sentidos. Una búsqueda rápida sobre estudios relacionados con el colectivo trans y la salud mental es la mejor manera para ver hasta qué punto es relevante que se utilice el nombre y los pronombres de preferencia de una persona, y que se le facilite tener acceso a tratamientos hormonales y quirúrgicos, si es que así lo desea. Reduce la tasa de suicidios drásticamente y mejora significativamente la salud mental de la persona en cuestión.

"Salir del armario" es un paso difícil para toda la transfobia que impera en la sociedad. Que la gente reconozca tu identidad es de vital importancia.

 

¿Cómo ha asumido tu entorno universitario el cambio de nombre?

En general, la experiencia ha sido positiva. Ha habido alguna reticencia y ciertas personas a las que he tenido que corregir ocasionalmente porque me llaman por mi necrónimo; pero, en general, las compañeras de clase han sido receptivas y se lo agradezco mucho. El hecho de que mi nombre se reconociera en la Universidad, y que me llamen como C y no de otra manera a la lista de clase, ha jugado un papel muy importante.

 

¿Cómo valoras la labor de la UPF en el ámbito de género?

Difícilmente puedo valorar la UPF en su conjunto, ya que es una institución muy grande y diversa. Ahora bien, sé de primera mano que desde la Unidad de Igualdad se está haciendo una tarea muy importante en este sentido, y están intentando que la comunidad universitaria en general se ponga las pilas y adopte una perspectiva de género. Queda muchísimo trabajo por hacer, pero sólo se hará efectiva si cada uno asume su responsabilidad en esta tarea y deja de derivarla a terceros. Al final del día, el sistema somos las personas, y cambiar el sistema pasa por actualizar nuestros hábitos, modos de pensar y formas de participar en espacios de activismo.

 

La sensibilización de la comunidad, imprescindible

La sensibilización de todos los colectivos de la comunidad universitaria es esencial para, por un lado, visibilizar el problema y, por otro, para comprometerlos en la búsqueda compartida de soluciones. "Hemos pasado de actividades esporádicas, sin conexión con movimientos sociales ni colaboración con asociaciones de estudiantes, a una programación estable, integrada y coordinada entre servicios de la Universidad", explica Mónica Figueras.

Esta programación "tiene su punto álgido con la organización de las actividades incluidas en las tres semanas de la igualdad que giran alrededor de tres fechas significativas: el 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres; el 17 de mayo, Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia, y el 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres", apunta Lluïsa Rojas.

Pero la sensibilización no es sólo de puertas hacia dentro. En la Universidad hay iniciativas que van más allá de los muros de los campus y, precisamente, buscan cambiar las percepciones de la sociedad en general. Un buen ejemplo de esto es el ámbito de Ingenierías y Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (ETIC). Hace años que tiene un programa específico para niñas vinculado al fomento de vocaciones científicas y tecnológicas enmarcado en su proyecto María de Maeztu.

Entre las actividades que organiza destaca el concurso Wisibilízalas, una competición dirigida a colegios e institutos que tiene como objetivo romper las barreras que aún asocian ciencia y tecnología al género masculino. Los equipos participantes tienen que crear webs que visualicen mujeres que trabajan en el sector de las tecnologías de la información y las comunicaciones. En esta misma línea, organizan actividades sobre temas tecnológicos destinadas específicamente a niñas y chicas. Es el caso, por ejemplo, del curso Girls in Data Science: Introducción a la Ciencia de Datos, en el marco del programa de verano Campus Junior UPF.

Foto premis wisibilízalas

Otra iniciativa de sensibilización externa es Viquidones UPF, surgida en 2016 de la Unidad de Igualdad, el ETIC, Amical Wikimedia -una asociación sin ánimo de lucro formada por personas que colaboran en proyectos de la Fundación Wikimedia-, Wikimujeres - grupo oficial de usuarias de la Wikipedia- y Mujeres en Red. Con encuentros semanales en la Universidad, su misión es detectar el sesgo de género en la Wikipedia y reducir la brecha publicando contenidos y biografías sobre mujeres.

"Hay un firme compromiso político, una hoja de ruta clara y un gran liderazgo y experiencia de la directora de la Unidad de Igualdad y del agente de Igualdad. Ahora toca formar y acompañar a los diferentes ámbitos de la Universidad para avanzar de manera transversal y estructural en la organización".

"Hay un firme compromiso político, una hoja de ruta clara y un gran liderazgo y experiencia de la directora de la Unidad de Igualdad y del agente de Igualdad", asegura Mónica Figueras. "Ahora toca formar y acompañar a los diferentes ámbitos de la Universidad para avanzar de manera transversal y estructural en la organización", añade. "No se trata del mero cumplimiento de la legislación vigente, sino de que la Universidad se sienta corresponsable del avance hacia una sociedad más justa, en la que el sexo y el género no condicionen el acceso a las oportunidades, a los recursos y al reconocimiento ".

Este compromiso político que esgrime la vicerrectora, de momento, se está logrando de manera bastante satisfactoria. Lo demuestra la 8ª posición mundial de la UPF en promoción de la igualdad de género, según el reciente e innovador ranking que ha publicado Times Higher Education en relación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas.