En diciembre de 2019, se reportaron los primeros casos de personas enfermas con un tipo de neumonía desconocida en la ciudad china de Wuhan. No había pasado ni un mes cuando se publicó la secuenciación del genoma del agente infeccioso, una información crítica para identificar al virus como un coronavirus, el SARS-CoV-2, e introducir medidas para evitar su propagación. Antes del año ya se habían aprobado varias vacunas eficaces.

Puede que nunca haya habido una movilización más rápida en el entorno colaborativo entre universidades y empresas para dar soluciones a retos como con la crisis de la Covid-19. Pero lo que está claro, en opinión de muchos expertos, es que la pandemia ha puesto sobre la mesa la urgente necesidad de fortalecer alianzas.

"Les relacions que sʻestableixen a través dʻaquests acords van més enllà de lʻàmbit estrictament econòmic i permeten desplegar amplis objectius en docència, recerca o transferència en una àrea dʻinterès comú i per contribuir a l’enriquiment social"

“Las empresas tendrán que aprender a colaborar y a trabajar en plataforma con startups, investigadores, universidades, instituciones académicas y filantrópicas. Este ecosistema les permitirá adelantarse y protegerse ante futuras crisis”, reza el informe ’10 tendencias post Covid-19’, de la consultora de innovación digital Opinno. Las facultades, por su parte, tendrán que evolucionar para integrarse como pieza clave en la cadena de valor. ¿Cómo? Poniendo en el mercado profesionales preparados para enfrentarse a los nuevos desafíos y trasladando el conocimiento científico y tecnológico a la industria para transformar la sociedad.

En este sentido, las cátedras de empresa son una herramienta ideal en tanto que formalizan colaboraciones estables y a largo plazo entre la universidad y otras entidades. “Las relaciones que se establecen a través de estos acuerdos van más allá del ámbito estrictamente económico y permiten desplegar amplios objetivos en docencia, investigación o transferencia en una área de interés común y para contribuir al enriquecimiento social”, en palabras de Pau Fernández, responsable de Fundraising Institucional de la UPF.

Las actividades se definen de manera personalizada

El término ‘cátedras es, en realidad, una manera genérica de hacer referencia a dos modalidades. A las cátedras que reciben financiación externa, sea de una empresa o una institución, las denominamos ‘cátedras de empresa’. Las ‘cátedras institucionales’, por su parte, no reciben una financiación externa, sino que las pone en marcha la propia universidad para dar visibilidad a un tema estratégico o poner en valor la obra y el legado de algún personaje ilustre. En el caso de la UPF, esta cuenta con 10 cátedras de empresa y dos institucionales, en ámbitos tan diversos como la ingeniería biomédica, la comunicación política, la vivienda del futuro, la reproducción humana asistida, la política económica local, la historia o la promoción de la lengua y la cultura catalanas.

Las actividades que se pueden desarrollar dentro de una cátedra también son de una enorme diversidad. Estas pueden incluir becas predoctorales y postdoctorales, premios a trabajos de final de carrera, planes de formación ‘in company’, estudiantes en prácticas, conferencias y seminarios, desarrollo de líneas de investigación conjunta, publicaciones sobre temas de interés, eventos técnicos y científicos, tesis doctorales, etc. Los contenidos se definen de forma personalizada en función de las prioridades y necesidades de la empresa y la universidad, y también se pueden adaptar a las circunstancias de cada momento.

Els continguts es defineixen de manera personalitzada en funció de les prioritats i les necessitats de l'empresa i la universitat, i també es poden adaptar a les circumstàncies de cada moment

Las actividades de la Cátedra Fundación QUAES-UPF, por ejemplo, pretenden “fomentar la difusión de los avances médicos y científicos entre pacientes y compartir el conocimiento de manera rigurosa y accesible, generando un verdadero punto de encuentro entre la sociedad, el ámbito académico y los profesionales de la sanidad”, como explican representantes de la organización biomédica. Así, impulsan charlas en institutos, diálogos científicos, encuentros virtuales y estudios, entre otros, pero el estallido de la pandemia les obligó a “crear eventos específicos de interés colectivo, como la financiación de un proyecto de investigación sobre el efecto de la suplementación con zinc sobre la respuesta inmunitaria frente a la Covid-19”.

Una colaboración que tiene impacto en la sociedad

La colaboración estable entre la universidad y las empresas, instituciones y otras organizaciones es beneficiosa para ambas partes. A la universidad le permite diversificar el perfil de ingresos, introduciendo el componente de financiación privada. Establecer relaciones con empresas de primer nivel también repercute en la formación de los estudiantes y del personal investigador. Además, las cátedras son un instrumento de proyección social de la universidad, ya que fomentan una mayor divulgación científica a través de jornadas, congresos y publicaciones, así como una mayor difusión mediática de sus actividades.

Para las compañías, las cátedras son interesantes para tener acceso preferente a la captación de talento e información destacada sobre proyectos de investigación o transferencia adecuados a sus necesidades. Por ejemplo, el Grupo Eugin, líder mundial en clínicas de reproducción asistida, colabora desde hace años con investigadores de la UPF y el Centro de Regulación Genómica (CRG) en proyectos internacionales, además de codirigir el Máster en Técnicas de Reproducción Asistida Humana, que se imparte en la UPF Barcelona School of Management. Más allá de la formación, la Cátedra Eugin-UPF les ha permitido participar y organizar eventos para trasladar su conocimiento en el sector a otros grupos de la sociedad. La directora científica del grupo, Rita Vassena, destaca, en especial, las charlas sobre prevención de enfermedades raras mediante técnicas de reproducción médicamente asistidas. “Poder aplicar este conocimiento a la población a través de la cátedra es algo muy enriquecedor y que da sentido a toda la actividad de la compañía”, afirma.

Las empresas también se pueden beneficiar de las cátedras para mejorar su reputación y dar visibilidad de los compromisos adquiridos en materia de responsabilidad social corporativa (RSC). No olvidemos que el objetivo común con la universidad es poder desarrollar proyectos de interés general que ayuden a mejorar la sociedad. El trabajo realizado a lo largo del primer año de vida de la Cátedra APCE-UPF Habitatge i Futur, sin ir más lejos, ha posibilitado “que actualmente haya una nueva fuente generadora de información estadística objetiva que arroje luz sobre la situación actual en el ámbito de la vivienda y el urbanismo en Cataluña”, señala Marc Torrent, director general de la Asociación de Promotores y Constructores de Edificios de Cataluña (APCE).

“La cátedra és un instrument molt valuós que fa de pont entre empresa i universitat, retroalimentant l'una i l'altra, i que permet un intercanvi de coneixement constant i enriquidor que té un impacte positiu de manera directa en diferents àmbits de la societat"

En palabras de Antoni Gutiérrez-Rubí, “la cátedra es un instrumento muy valioso que hace de puente entre la empresa y la universidad, retroalimentando una y otra, y que permite un intercambio de conocimiento constante y enriquecedor que tiene un impacto positivo de manera directa en diferentes ámbitos de la sociedad (política, medios de comunicación, investigación, etc.). En Ideograma, consultora de comunicación pública e institucional fundada por el asesor de comunicación, cuentan con una larga trayectoria de colaboración con diferentes facultades de primer nivel, impulsando nuevas ofertas formativas y líneas de investigación innovadoras. De ahí su apuesta por la Cátedra Ideograma-UPF de Comunicación Política y Democracia, cuyo objetivo es “profundizar, reflexionar y analizar cómo los cambios en la comunicación están afectando al relato público en los sistemas democráticos”, con especial foco en la realidad latinoamericana.

La formalización del convenio de colaboración

En cuanto a los mecanismos de gestación de una cátedra, Pau Fernández explica que la propuesta puede venir tanto de la empresa como de las universidades, a través de los órganos de gobierno, los centros y departamentos, el personal docente e investigador (PDI) o el personal de administración y servicios (PAS). En todos los casos, la propuesta se eleva al Rectorado para su evaluación y aprobación.

Las cátedras se formalizan mediante la firma de un convenio de colaboración empresarial en actividades de interés general entre la universidad y la entidad pública o privada. Por tanto, se consideran proyectos de mecenazgo (art. 25, Ley 49/2002, de 23 de diciembre, de régimen fiscal de las entidades sin fines lucrativos y de los incentivos fiscales al mecenazgo), con los beneficios que comporta. En casos excepcionales, se puede utilizar la figura del contrato de patrocinio.

Tal y como afirma el responsable de Fundraising Institucional de la UPF, “generalmente, en el perfil de cátedras español se establece una dotación económica a partir de 30.000 euros por año”. Dentro de estos parámetros, la universidad y la empresa pactan un programa de actividades y la duración del convenio. “La propuesta que se le hace a la empresa es de tres años, renovables de tres en tres, porque la idea es que sea una colaboración estable, no un mecenazgo puntual para un proyecto o evento”. La cátedra la dirige un profesional de reconocido prestigio y vinculación permanente a la universidad, y cuenta con una comisión mixta de seguimiento.

“Las cátedras de empresa son la piedra filosofal de una relación permanente y fluida con las empresas, con todo lo que puede aportar a la sociedad, tanto por lo que se refiere al desarrollo de productos como a los avances que puede hacer la universidad gracias a la aportación de recursos”, concluye Pau Fernández. De ahí que, en los últimos años, el volumen de este mecanismo de colaboración haya ido en aumento. El Sistema Universitario contaba con un total de 1.159 cátedras y aulas de empresa en 2018, último año del que ha recopilado datos el Observatorio Excellentia Ex Cathedra, de la Universidad de Valencia.

“Las cátedras de empresa son la piedra filosofal de una relación permanente y fluida con las empresas, con todo lo que puede aportar a la sociedad, tanto por lo que se refiere al desarrollo de productos como a los avances que puede hacer la universidad gracias a la aportación de recursos”

Las cátedras activas en la UPF