Liderazgo humilde. Oriol Amat
Artículo publicado en l'Econòmic el 14 de noviembre de 2021
A principios del 2000, la canadiense Nortel era una de las empresas líderes mundiales en sistemas de información y telecomunicaciones. Creada en 1895, en 2006 tenía 33.760 empleados y facturaba 11.420 millones de dólares. Poco después todo se torció. En el 2007 tuvo que pagar importantes multas al regulador de bolsa estadounidense por fraude contable y en el 2009 quebró. En 2014, la Universidad de Otawa publicó un estudio, tras entrevistar a cientos de trabajadores y clientes de Nortel, y concluyó que el cierre se produjo debido a la arrogancia del equipo directivo, que sólo pensaba en su sueldo y en la cotización de las acciones. Esto provocó que la empresa despreciase a clientes y empleados y no se adaptara a los cambios que se estaban produciendo en el mercado.