Incluso si tuviéramos la certeza, hoy esperanza, que la segunda ola de la pandemia no tomará la envergadura de la primera, no sabríamos si los próximos meses serán de normalidad tensa o de anormalidad controlada. En todo caso, serán agotadores. ¿Cómo acabará todo? Para los que somos unos optimistas de la ciencia, la salida vendrá del inmenso esfuerzo de investigación que se está desplegando en todo el mundo. Unos opinan que veremos los frutos muy pronto en forma de fármacos terapéuticos, es decir, que podríamos estar a las puertas de la cronificación tolerable de la enfermedad. Otros ven venir a corto plazo una situación en la que algunas de las vacunas en fase 3 se demuestran seguras y efectivas. No tengo la experiencia necesaria para emitir un juicio sobre las probabilidades de una cosa o de la otra. Pero sí puedo decir que detecto en la comunidad científica más optimismo sobre las vacunas que lo que nunca percibí, por ejemplo, para el caso del sida.