La Fundació Mercè Rodoreda convoca anualmente un premio para el mejor trabajo de investigación inédito, en cualquier lengua, sobre la novela y el cuento del siglo XX, y en especial sobre la obra de Mercè Rodoreda. Este año, el reconocimiento se lo ha llevado la alumni del grado en Humanidades de la UPF Mireia Arguijo por su trabajo “Identidad y comunidad en La mort i la primavera. Estudio de la mirada política rodorediana desde una perspectiva literaria”. El premio cuenta con una dotación económica de 6.000 euros.

La investigación presentada surge del trabajo de final de grado de la estudiante, que en su momento también recibió el premio como mejor TFG de la Facultad de Humanidades. Tanto el TFG como la investigación han sido dirigidos y supervisados por la profesora del Departamento de Humanidades Maria Dasca. A pesar de llevar el mismo título y versar sobre el mismo, el formato de ambos trabajos diverge. Para presentarlo al premio de la fundación mantuvo la investigación inédita, ampliándola y perfeccionándola.

En el caso de un trabajo de estas dimensiones y características, Mireia Arguijo confiesa que “siempre es gratificante que te reconozcan el trabajo y el esfuerzo”. El galardón la anima a continuar investigando y hacer investigación sobre lo que le apasiona, “la literatura catalana contemporánea y, en especial, la narrativa tardía de Rodoreda”. Este año, además, le han otorgado la beca de colaboración del Ministerio de Educación para hacer investigación al Departamento de Humanidades de la UPF y está trabajando en la misma línea y “con el mismo entusiasmo, pero con la mochila de la experiencia algo más cargada” afirma.

Adentrándose en las implicaciones políticas de la obra

La mort i la primavera es una obra de Mercè Rodoreda que se publica, a título póstumo, en 1986 bajo la supervisión de la editora Nuria Folch, encargada de amalgamar los materiales inacabados de la autora. La novela, compleja y críptica, narra las obsesiones y angustias de una comunidad atemporal sometida a un poder totalitario. Hasta el momento presente, la obra ha estado objeto de lecturas que han prestado atención en el análisis simbólico, alegórica y antropológica del texto, en las interpretaciones que han hecho Carme Arnau, Neus Penalba o Arnau Pons, entre otros.

La investigación de Mireia Arguijo tiene la intención de explorar la dimensión y las implicaciones políticas de la obra. En primera instancia, se interpretan los sentimientos que construyen la identidad de los habitantes del pueblo ficticio: el deseo y el miedo. Seguidamente, se explora la lógica y los mecanismos de poder que articulan la misma comunidad, altamente ritualizada y marcada por la opresión. En esencia, el estudio combina el ejercicio hermenéutico que requieren los estudios literarios con la teoría política para justificar la mirada de la autora sobre una novela incuestionablemente vinculada al contexto histórico de posguerra en que fue producida.