La composición de las instituciones nos indica hasta qué punto la representación política está sesgada a favor de uno de los dos sexos. La política ha sido un ámbito tradicionalmente muy masculinizado. De hecho, aunque la presencia de las mujeres ha aumentado gradualmente, la sobre-representación de los hombres se observa en todas las instituciones. A finales de 2015, a nivel mundial las mujeres ocupaban sólo ​un promedio del  22,8% ​de ​los escaños de los parlamentos.

En cuanto al poder ejecutivo, el número de mujeres presidentas o primeras ministras hace más de una década que se ha estabilizado alrededor de veinte, representando así el 10% de los jefes de Estado y de gobierno. La primera mujer elegida presidenta del gobierno o primera ministra fue Sirivamo Bandaranaike, en Sri Lanka, en 1960, y la primera mujer electa como presidenta del país fue Isabel Perón, en Argentina, en 1974.

No es hasta principios del siglo XX​ que empezamos a encontrar las primeras ministras en algunos gobiernos. Eso sí, fueron muy pocas, y durante décadas predominó la norma de una sola mujer ministra en el gabinete. No fue hasta finales del siglo XX que se encuentran los primeros gobiernos paritarios. No obstante, estos gobiernos con un número igual de mujeres y hombres ministros siguen siendo una excepción. La media de mujeres ministr​a​s en los gobiernos es todavía inferior ​al ​30%.​