LSCLab. ¿Quién somos?

El Laboratori de llengua de signes catalana (LSC LAB) está vinculado al Departamento de Traducción e Interpretación de la Universidad Pompeu Fabra y forma parte del Grup de Lingüística Formal (GLiF). No obstante, también tiene una colaboración estable con el Departamento de Lingüística General de la UB y desde hace poco con la Universidad de Sevilla. Lo forman algunos investigadores senior, becarios predoctorales de investigación y expertos sordos signantes. Juntos llevamos a cabo la investigación financiada a través de proyectos competitivos y nos centramos en el estudio de una serie de aspectos gramaticales de la LSC, como se puede ver en esta web, cuyos resultados presentamos en publicaciones y presentaciones en congresos nacionales e internacionales. Con nuestro trabajo pretendemos que los conocimientos sobre lenguas de signos reciban la atención que se merecen de nuestros colegas lingüistas y del público en general.

Mantenemos colaboraciones estrechas y regulares con diversos grupos sobre todo dentro de Europa; en concreto con los de Amsterdam, Göttingen, Milán y París. Actualmente dirigimos y participamos también en una red europea COST dedicada a la elaboración de un modelo de referencia para el desarrollo de gramáticas de lenguas de signos. Al mismo tiempo, de manera individual hemos colaborado con otros departamentos y con instituciones como el Institut d’Estudis Catalans, así como con FESOCA y otras entidades de personas sordas. Además, la tarea docente de algunos de nosotros en los Grados de Traducción e Interpretación y de Lenguas Aplicadas y en el Máster de Lingüística Teórica y Aplicada de la UPF nos permite aportar los resultados de nuestra investigación.

Las lenguas de signos son lenguas naturales

Al contrario de lo que mucha gente todavía piensa, las lenguas de signos son lenguas humanas como las lenguas orales. Es decir, son lenguas naturales surgidas de manera espontánea a lo largo del tiempo dentro de una comunidad de usuarios, sin que nadie las haya creado ni diseñado artificialmente. Por eso las llamamos “lenguas” y no “lenguajes”, y también porque presentan todas las propiedades estructurales abstractas que conocemos del estudio de las lenguas orales. Es decir, tienen lexicones propios y unas gramáticas complejas y sofisticadas que permiten la producción infinita de enunciados, igual que cualquier lengua oral. Lo que pasa es que la lingüística no lo había demostrado científicamente hasta hace relativamente poco, en la segunda mitad del siglo XX, y en muchos casos sigue dominando el desconocimiento de esta realidad.

Las gramáticas de las lenguas de signos

Ahora sabemos que las gramáticas de las lenguas de signos se pueden describir y analizar con las herramientas de la fonología, la morfología, la sintaxis y la semántica. Lo que las hace realmente especiales es que son lenguas que se producen y se perciben por otros canales: las percibimos a través de la vista y las articulamos en el espacio con manos y brazos, pero también con movimientos y posiciones del torso, de la cabeza y de los diferentes elementos de la cara. Por eso decimos que son lenguas de modalidad visual-gestual, a diferencia de las lenguas orales, que son de modalidad auditiva-oral.

Situación sociolingüística de las lenguas de signos

Como lenguas propias de las personas sordas signantes, las lenguas de signos no solo sn minoritarias, sino que además se han visto marginadas y rodeadas de prejuicios basados en el desconocimiento. Como lenguas minoritarias, hasta hace poco no habían participado en muchos ámbitos de la sociedad mayoritaria y, por tanto, estaban restringidas a un uso informal y de ámbito familiar. Esta situación ha cambiado en muchos países, como el nuestro, y la lengua de signos se ha ido haciendo cada vez más presente en muchas áreas donde antes estaba ausente, como en los medios de comunicación, la enseñanza o la justicia, por ejemplo. En algunos casos, como en Cataluña, la legislación ha reconocido la lengua de signos como lengua propia del país y promueve su presencia en la enseñanza y en las instituciones.

Las lenguas de signos varían a lo largo del mundo

Hablamos de “lenguas de signos”, claro, en plural, porque hay muchas, y de hecho seguramente aún no las hemos identificado todas. Las mejor conocidas son las propias de algunos países o estados que tienen una comunidad de usuarios importante numéricamente. De todas formas, también conocemos casos de lenguas de signos rurales en diversos puntos del globo que han surgido en poblaciones pequeñas donde se ha desarrollado una lengua de signos propia. Lo que está claro es que pese a algunas similitudes derivades de la modalidad gestual-visual, las lenguas de signos tienen gramáticas y lexicones diferentes y que no son una versión “gestual” de las lenguas orales de su entorno. Por eso hablamos de “lengua de signos catalana”, en el sentido de que es la lengua de signos propia de Cataluña, y no de “lenguaje de signos (del) catalán”, como algunos todavía dicen erróneamente.

El sistema de signos internacional

Por cierto, lo que se conoce como Sistema de Signos Internacional no es más que una forma de comunicación signada (básicamente un vocabulario) creado para la comunicación de personas sordas que no comparten la misma lengua de signos.

La lingüística de las lenguas de signos

Las lenguas de signos no han sido objeto de estudio de la lingüística hasta hace relativamente poco. Esto hace que todavía desconozcamos muchos aspectos de cada lengua en profundidad, sobre todo en lo que se refiere a sus gramáticas. Esta es la tarea cenral que llevamos a cabo en el LSC LAB: entender en detalle muchas de las propiedades de la gramática de la LSC que no se han descrito suficientemente, o se han descrito solo parcialmente o superficialmente, e incluso descubrir propiedades nuevas. Es como intentar entender un mecanismo complejísimo a partir de las partes que lo componen y comprender cómo esas partes interactúan entre sí. Con este fin usamos las herramientas de la lingüística teórica, que nos permiten analizar el funcionamiento de la lengua. Si no entendemos cómo es la gramática de una lengua, no sabemos cómo es en realidad. Sin gramática no hay lengua.

La perspectiva interlingüística

Nos dedicamos principalmente al estudio de aspectos muy diversos de la gramática de la LSC, pero lo hacemos comparándola con lo que sabemos de otras lenguas de signos y orales. Como lenguas naturales, las lenguas humanas comparten propiedades abstractas más allá de las diferencias obvias que encontramos entre las lenguas del mundo. Como las lenguas de signos no tienen una tradición larga de investigación lingüística, es especialmente importante intentar entender si la modalidad visual-gestual tiene efectos sobre la estructura lingüística o no. La lingüística ya no puede prescindir de la realidad fascinante que suponen las lenguas de signos y debe incluirlas como parte igualmente fundamental de su objeto de estudio.

Aplicaciones del estudio de las lenguas de signos

El conocimiento adquirido en la investigación sobre lenguas de signos no solo es relevante para el progreso de la lingüística. Como componente esencial de las capacidades de la mente/cerebro, la comprensión de la facultad humana del lenguaje ofrece una contribución decisiva a la Ciencia Cognitiva en tanto que interactúa con otros sistemas cognitivos. Desde una perspectiva más aplicada, conocer una lengua en detalle es un requisito básico para poder enseñarla en la escuela o para poder formar intérpretes de lengua de signos, por ejemplo. O bien para poder tratar patologías del lenguaje como las afasias o para entender el desarrollo lingüístico de los niños sordos que adquieren la lengua de signos. ¡Pero además no hay que olvidar que intentar entender cómo es una lengua por dentro es una aventura fascinante!