En un estudio observacional, investigadoras de la UPF analizaron el papel que tuvieron robots sociales durante el primer año de la pandemia de la covid-19. En él, estudiaron las áreas y sectores donde su implementación fue mayor y definieron los roles, servicios y tareas que cumplían, así como los modelos de robots implementados. El estudio fue publicado en la revista Technology in Society (de acceso abierto)

Podríamos decir que no hay una sola área o sector de actividad humana que no haya sido impactada por la pandemia. En el caso de la salud, las medidas impuestas para controlar la pandemia imponían ciertos retos”, declara Laura Aymerich-Franch, investigadora Ramón y Cajal del Departamento de Comunicación de la UPF. “Por un lado el aislamiento produce un gran impacto en la salud mental de las personas y, por el otro, el distanciamiento físico necesario para disminuir el riesgo de infección era muy difícil de conseguir en ciertas actividades profesionales, como los cuidadores de la salud, enfermeros y médicos de primera línea de atención. Es aquí donde se abrió una ventana de oportunidad para estas tecnologías”.

"Los robots sociales son robots físicos especialmente diseñados para interactuar en ambientes humanos físicos, con capacidad de desplazarse, de interactuar físicamente con las personas y que, en muchos casos, tienen forma humana"

Los robots sociales son robots físicos especialmente diseñados para interactuar en ambientes humanos físicos. No estamos hablando aquí de los chatbots (un programa que puede simular conversaciones humanas a través del procesamiento del lenguaje natural -NPL por sus siglas en inglés) sino de robots con capacidad de desplazarse, de interactuar físicamente con las personas y que, en muchos casos, tienen forma humana.

“Cuando empezó la pandemia se vio un boom con muchas más noticias de robots sociales en hospitales y residencias de ancianos, y pensamos que sería interesante hacer un trabajo sobre cómo estos robots estaban ayudando en la pandemia”, explica Aymerich

Desde el 2018, el Observatorio de Robots Sociales, dirigido por Laura Aymerich_Franch, monitorea la implementación de robots sociales en la sociedad. Junto con Iliana Ferrer, investigadora posdoctoral de la UPF y ahora profesora visitante en la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), estudian los casos reales de aplicación, en áreas de salud, servicios, educación, etc., a través de noticias, notas de prensa, y los comunicados de los fabricantes de robots.

“Los lugares de uso de robots sociales más frecuentes fueron hospitales, residencias de mayores, en transporte, restaurantes y centros educativos, pero encontramos también casos en peajes, en centros comerciales y edificios de oficinas”

Desde marzo a noviembre de 2020 encontraron 240 casos en 41 países e identificaron 86 modelos diferentes de robots. “Buscamos las noticias que explicaban qué robot estaba siendo utilizado, donde se implementaba, qué roles y funciones tenía”, continua. “Los lugares más frecuentes fueron hospitales, residencias de mayores, en transporte, restaurantes y centros educativos, pero encontramos también casos en peajes, en centros comerciales y edificios de oficinas”. Los países con más casos fueron China, Estados Unidos, Tailandia y Bélgica.

Los robots más utilizados fueron Temi (Robotemi, EE. UU.), Pepper (Softbank, EE. UU.) y James (Zorabots, Bélgica).

Con esta información Aymerich y Ferrer clasificaron los roles de los robots en estas tres categorías:

1 - Enlace

Se utilizaban los robots para suplir la distancia física que debía existir para evitar el contagio. Ejemplos de esta función es la entrega de medicamentos a los pacientes, telepresencia de familiares y médicos, el monitoreo de los pacientes (medición de temperatura, presión sanguínea, saturación de oxígeno, observación de la actividad física), de recepcionistas (registros de ingresos y salidas, dar direcciones, proveer información), pre-diagnosis de pacientes, etc.

2 - Seguridad

Robots cuya función era la de mantener el ambiente libre de riesgo de contagio. Pocos casos lo tenían ya incorporada en la sanidad y algunas de las funciones ya existían solo que durante la pandemia se adaptan e implementan, como por ejemplo robots que recordaban mantener la distancia física o que no se olvidaran de llevar puesta la mascarilla. Algunos atendían en la entrada de edificios y vigilaban si la persona tenía fiebre o si llevaba mascarilla.

3 - Bienestar

Ayudaban a mantener el bienestar físico y emocional durante la pandemia, dar un acompañamiento al paciente o a la persona mayor en casa, con funciones de entretenimiento, y la capacidad de ayudar con el ejercicio físico y también de la adherencia médica, el seguimiento por parte del paciente del tratamiento prescrito.

Los resultados también mostraron que a nivel de prensa la imagen de los robots sociales como asistentes es bastante positiva en comparación con los años anteriores a la pandemia. Durante la pandemia se mostró una imagen más positiva, un robot que ayuda en la lucha contra el virus. “Nuestra impresión es que los fabricantes encontraron una ventana para valorizar los robots dado que éstos tuvieron un valor añadido que antes no tenían, y muchos de los fabricantes aprovecharon esta ocasión para cederlos gratuitamente a los hospitales y residencias”, concluye Aymerich-Franch.