Y esto porque existen tres clases de inteligencia: una comprende las cosas por sí misma, otra discierne lo que los otros comprenden y la tercera no comprende nada por sí misma ni por medio de otros; la primera es extraordinaria, la segunda excelente y la tercera inútil. (Cap. XXII, p. 7)

“E perché e’ sono di tre generazioni cervelli – l’uno intende da sé, l’altro discerne quello che altri intende, el terzo non intende né sé né altri – quel primo è eccellentissimo, el secondo eccelente, el terzo inutile. (Cap. XXII, p. 124) 

 

Cuando un príncipe accede al poder, se abren delante de él muchos caminos. Gobernar se convierte en un arte donde la virtud personal del hombre llamado Príncipe, o bien la fortuna que le ha visto nacer, le harán navegar entre los humanos, a menudo imponiéndose a los demás o, por el contrario, buscando a veces el favor de la mayoría. Para configurar este breve tratado de filosofía política, Maquiavelo se atreve a redactar una serie de recomendaciones prácticas dirigidas a un hipotético líder. Los consejos son directos y sin excusas: no nos ahorran el estudio de las opciones más atrevidas para ordenar a la sociedad de la manera más efectiva.

 

(...) no sorprende tanto que Maquiavelo definiese su trabajo como un castelluccio (fantasía) cuando lo mencionaba en la carta a su amigo. Este término, que, como ha señalado Asor Rosa, en El Príncipe se usa para nombrar sus intentos de interpretación y representación de la realidad-aquellas conjeturas políticas a las que no consigue renunciar, ni siquiera tras haber hecho voto de silencio, y que otras veces llama ghiribizzi (burlas)-, se debe sin duda (…) a una costumbre de rebajar el trabajo político-intelectual que era habitual en la mentalidad de aquel tiempo. Sin embargo, también puede pensarse como un anuncio de esa peculiar naturaleza de su texto, de ese entramado de imaginación y realidad que convierte El Príncipe en un lugar donde se experimenta con las posibilidades de la literatura y no solo con las de la política.

Aprender a poder no ser bueno…”: la imaginación literaria como conjetura política”. Pròleg, p. 27
Annalisa Mirizio
Profesora agregada de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada de la Universitat de Barcelona

 

Un texto profundo, complejo e imperecedero, pero producto de las contingencias políticas y militares de su tiempo, permite todo tipo de análisis, ya que en sus sentencias pueden encontrarse argumentos para defender una postura o justo la contraria. La amplia elasticidad conceptual de El Príncipe de Maquiavelo ha sido su principal enemigo, pues se ha utilizado para argumentar, justificar o criticar durante cinco siglos tanto un roto como un descosido político, gubernamental o directivo.

El Príncipe, un tratado de esencia humanista y con un enfoque pragmático que resiste el paso del tiempo”, epíleg, p. 266
Carles Ramió
Catedrático de Ciencia Política y de la Administración de la Universitat Pompeu Fabra

 

Con la reedición de la obra, la UPF promovió una serie de actividades con el objetivo de favorecer la reflexión y acercar el clásico literario a nuestros días:

  • Epílogo a El príncipe de Maquiavelo a cargo de Carles Ramió, Catedrático de Ciencias Políticas y de la Administración de la Universitat Pompeu Fabra
  • Mesa redonda en torno a El príncipe de Maquiavel con Helena Puigdomènech, profesora emérita de la Universitat de Barcelona y una de las principales expertas españolas en la obra de Maquiavelo, Annalisa Mirizio, profesora del Departamento de Filología Hispánica, Teoría de la Literatura y Comunicación de la Universitat de Barcelona, y Carles Ramió, Catedrátic de Ciencias Políticas y de la Administración de la Universitat Pompeu Fabra.
  • Acto de Navidad de la UPF del curso 2019-2020

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