"Coser es como entrar en una burbuja donde el tiempo se detiene y me olvido de todo", nos cuenta Laia mientras coge a hombros y viene Freia, su hija pequeña. Con las mismas manos que cose prendas, Laia coordina las becas interuniversitarias en el Servicio de Relaciones Internacionales de la UPF. Estudió Traducción e Interpretación en la Pompeu Fabra y, desde 2009, trabaja en el front office de este servicio. Los primeros años atendía a los estudiantes de forma directa, resolviendo dudas y guiando a los que se marchaban de intercambio en el extranjero y los que venían de otras universidades internacionales en Cataluña. Actualmente, gestiona las becas interuniversitarias de principio a fin.

Nos encontramos en un pequeño rincón de su casa rodeadas de telas, hilos, revistas de patrones y máquinas de coser que, tal y como nos confiesa entre risas, "normalmente no suele estar tan ordenado como hoy".

Coser es como entrar en un burbuja donde el tiempo se detiene y me olvido de todo

Con Freia jugando por casa, Laia nos relata cómo desde la infancia le ha gustado todo lo relacionado con las artes. Desde figuritas de barro, pendientes o dibujos, Laia siempre se ha sentido cómodo entre aficiones que le ayudan a entrar en contacto con su parte más creativa. Pero, sin lugar a dudas, la pasión por la costura es una de las que más disfruta hoy en día. Tanto es así que, hace cerca de un año, Laia puso en marcha el proyecto "Mamula Crea", una tienda online donde vende prendas como cuellos, compresas de tela, discos desmaquillantes o mascarillas.

Laia empezó a coser de pequeña, cogiendo las revistas de patrones de su madre para hacer vestidos y faldas a sus muñecas. Pero cuando de verdad se adentra en el mundo de la costura es cuando se mudó a Francia durante tres años y nació su primera hija, Jana. Aparte de estudiar francés por las mañanas, Laia cuidaba de Jana y aprendió a hacer ganchillo por las tardes. Le gustaba tanto que acabó haciendo un curso de costura en la zona, pero finalmente acabó decantándose por la ropa y su confección. Laia habla un rato sobre su experiencia en Francia, y con una sonrisa mira el pequeño escritorio lleno de telas; "Se podría decir que aprendí a coser en francés y, de hecho, alguna de mis máquinas que utilizo las compré cuando vivía allí".

El nombre de Mamula proviene de un acrónimo creado a partir del nombre Laia, pero resulta que también es un forma cariñosa de decir "mamá" e ruso.

El nombre de Mamula surgió de una casualidad muy bien hallada. Después de días buscando una palabra sonora y que representara la parte más artística de Laia, pensó en la palabra "mamula", un acrónimo con las primeras sílabas de su nombre entero: Laia Martínez Muñoz. Una vez descartó opciones como "lamamu" que no le hacían mucho el peso, Laia lo comentó con sus amigas del trabajo para anunciar su proyecto. Como nos dice Laia, les encantó y, en concreto, una compañera nacida en Rusia contó con entusiasmo que "mamula" es una forma cariñosa de decir "madre" en ruso. "Al final yo también soy una madre cariñosa" dice entre risas Laia mientras Freia le pide un abrazo.

El paso de coser por pasión a comercializar sus prendas se dio a raíz de un bache en su vida. Durante un período de mucha ansiedad, la costura le sirvió para olvidarse de los problemas y concentrarse únicamente en la tela. Es un pasatiempo que, al principio, hacía únicamente por amigos y familiares, pero con lo que pronto vio una salida para apaciguar el efecto de la industria del fast fashion. "Al final, @MamulaCrea intenta mostrar a las personas cómo pueden realizar una transición para utilizar menos plástico y explorar las alternativas a las grandes empresas de moda" nos explica.

Laia nos dice que "Mamula Crea" no llegará nunca al nivel de las macro industrias textiles, pero que tampoco le interesa. Su filosofía reside en el acto de coser como un gesto cariñoso al que le dedica tiempo y esfuerzo. Para ella, todo este trabajo es otra forma de decir "amo" a los demás. Además, para no caer en el círculo del consumo innecesario y contaminante, Laia intenta comprar materiales ecológicos, locales y que hayan sido confeccionados de acuerdo con los derechos laborales dignos del trabajador. O incluso en muchas ocasiones ha utilizado materiales de tela que permanecían por casa, pero que no tenían ningún uso. "Es posible que el gesto sea minúsculo" señala "sin embargo, es mi pequeño grano de arena".

Sin embargo, Laia asegura que hace lo que puede dentro de sus contradicciones. Aunque sea consciente de que la industria del fast fashion es una de las más contaminantes y precarias del mundo, es imposible no comprar a las grandes empresas. Tal y como nos comenta, hace lo que puede dentro de los márgenes de lo posible, y nunca criticaría a otro por no comprar de forma alternativa. "No estoy de acuerdo con aquellos que dicen que si quieres mucho una cosa, la puedes hacer. Creo que hay veces que, por muchas ganas que tengas, quizás no la puedes llevar a cabo por cuestiones totalmente externas a ti, y no es culpa de nadie" razona Laia.

"Mamula" intenta mostrar a las personas cómo pueden hacer una transición para uitlizar menos plásticos y explorar las alternativas a las grandes empresas de moda

Todo este proceso ha supuesto un reto por Laia. En un período de poco más de un año ha tenido que aprender de cero a gestionar las redes sociales por "Mamula", cómo crear y mantener una página web o, incluso, confeccionar piezas como mascarillas y compresas que sean útiles y seguras para las compradoras. A grandes rasgos, podríamos decir que la tienda ha supuesto un proyecto de aprendizaje en el mundo de la costura y en el mundo digital, así como un reto personal. "MamulaCrea" permite a Laia expresar su creatividad y, sobre todo, ha representado un proceso de empoderamiento personal en un momento en el que se sentía insegura de sí misma.