Eduard Vallory, presidente del Centro UNESCO de Cataluña y director de Escola Nova 21

“Todo el mundo debe tomar conciencia de la gravedad de la crisis global del aprendizaje. Hay un cambio de paradigma en nuestra manera de enseñar y de aprender, y esto implica transformar la educación, innovar y apoyar a los docentes". Este fue el mensaje contundente de la profesora Stefania Giannini, directora general adjunta para la Educación de la UNESCO, de este julio en el High Level Political Forum de Naciones Unidas, donde se monitorizan los logros de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) .

Giannini, antigua rectora de la Universidad de Perugia, y luego ministra de Educación, Universidades e Investigación de Italia, es ahora la máxima responsable de Educación del sistema de Naciones Unidas, y lidera las acciones para que los objetivos planteados en la Declaración de Incheon - "Educación 2030" - se cumplan: una educación de calidad, inclusiva y equitativa, con oportunidades de aprendizaje a lo largo de la vida para todos.

El elemento clave es la definición ambiciosa que se hace en la Declaración de lo que significa, hoy, educación de calidad ': "La educación de calidad favorece la creatividad y el conocimiento y asegura la adquisición de las competencias básicas alfabéticas y aritméticas, así como de competencias analíticas, de resolución de problemas, y otras competencias cognitivas, interpersonales y sociales de alto nivel. También desarrolla las competencias que capacitan a los ciudadanos para llevar vidas sanas y llenas, tomar decisiones informadas, y responder a los retos locales y globales a través de la educación para el desarrollo sostenible y para la ciudadanía global".

La transformación educativa que debe hacer posible que esta educación de calidad llegue a todos los niños y adolescentes conlleva actualizar el sistema, utilizando el conocimiento existente sobre cómo aprendemos. Este es el punto de partida de las escuelas y las entidades catalanas que en 2016 decidimos poner en marcha la alianza Escola Nova 21 para un sistema educativo avanzado.

Cerca de medio millar de escuelas y de institutos han estado trabajando estos tres años hacia una actualización concretada en el 'marco de escuela avanzada', fundamentado y debatido hace tres años en la UPF en el Simposio sobre Cambio Educativo, coorganizado desde Escuela Nueva 21, la UNESCO y la OCDE, y que consiste en cuatro elementos interdependientes: un propósito educativo enfocado a desarrollar competencias para la vida; unas prácticas de aprendizaje basadas en el conocimiento de cómo las personas aprendemos; una evaluación competencial y global, continua y formativa, y una organización viva que se actualiza a través de la innovación.

Actualizar la escuela significa, pues, actualizar su finalidad (propósito), concretándose en el curriculum competencial y, en consecuencia, actualizar disruptivamente las prácticas (de qué manera se aprende) y con estas el rol, el perfil y la formación del docente. Esta transformación interpela también a la educación superior. Por ello, en 2017 el Consejo Interuniversitario de Cataluña creó el Programa Margalida Comas de mejora de la docencia y el aprendizaje en la universidad, que el año pasado organizó una jornada con la directora del International Bureau of Education, Dra. Mmantsetsa Marope, que señaló la urgencia de transformar los currículos educativos de todo el mundo para generar aprendizajes que capaciten niños y jóvenes para responder los retos de un mundo en cambio acelerado y mejorarlo. "Hay que reorientar los currículos para que sean competenciales, en lugar de centrados en asignaturas; y esto requiere, para hacerlo posible, la transformación tanto de la enseñanza y el aprendizaje como de la evaluación". Una educación de calidad a la altura de los desafíos del siglo XXI. Este es el reto, hoy, de toda la educación: de la guardería a la universidad.