Los programas de atención integrada actualmente en marcha en el Reino Unido se centran en gran medida en los niveles macro (sistema) y meso (organizativo). Los autores de este artículo defienden un modelo de integración a nivel micro (clínico), que ofrezca y coordine múltiples especialidades clínicas para el cuidado de pacientes hospitalarios multimórbidos. 

El sistema hospitalario tiende a tratar diferentes enfermedades aplicando diferentes pautas. Esto plantea un reto en el caso de pacientes con multimorbilidad. La atención clínica integrada (ICC) es un modelo multidisciplinar, centrado en el paciente, a efectos de evaluar, diagnosticar, y tratar. 

Este artículo tiene como objetivo discutir las barreras a la implementación de la ICC en el National Health Service inglés. Los autores resumen los obstáculos a su introducción tomando como referencia la clínica Mayo (EE. UU.), una organización que hace uso efectivo del ICC. Los autores analizan esta cuestión centrándose en seis áreas clave: tecnologías de la información, la interacción de atención primaria-secundaria, procesos internos del hospital, finanzas, recursos humanos, roles profesionales y conductas. 

Los autores repasan cómo funciona la clínica Mayo en estas seis áreas y reflexionan sobre lo que su adopción en el NHS inglés requeriría.  La conclusión es que las barreras para lograr introducir ICC son numerosas e indicativas todas ellas de un largo período de falta de inversión en los recursos del sistema de salud, es decir, en personas y en tecnologías en el que ha vivido el NHS.  Sin embargo, los autores subrayan la oportunidad de forzar la introducción de ICC dado que el debate actual sobre el estado del NHS se centra de otro modo en la recuperación de la situación previa a la pandemia de COVID-19. Se centra en la capacidad en atención primaria y secundaria, listas de espera crecientes para condiciones electivas, la creciente proporción de pacientes frágiles, ancianos y de alta dependencia, y las presiones de la carga de trabajo sobre el personal frecuentemente estresado y agotado, sin cambios substanciales en las pautas de cuidados. En cierto sentido, estos importantes desafíos sugieren que cualquier cambio en la práctica clínica de hecho podría reducir múltiples episodios de atención fragmentada, lo que beneficiaría a los propios pacientes, al personal y al sistema en general.

La clínica abrió recientemente una instalación en Londres, que ofrece diagnósticos y pruebas rápidos en una variedad de especialidades clínicas y consultas habilitadas con tecnología adecuada y con especialistas en el Reino Unido y los EE. UU.