Después de más de ocho años desde el comienzo de la Gran Recesión, ahora tenemos una perspectiva de tiempo suficientemente larga para medir su impacto sociodemográfico. Investigaciones previas apuntan al aumento de la precariedad laboral, la polarización de los ingresos, las cambiantes tendencias en salud, la disminución de la fecundidad y las pautas contradictorias en la igualdad de género. Sin embargo, como la mayoría de la evidencia existente se enfoca en estudios de un país, carecemos de una visión general de estos procesos en las sociedades avanzadas. Los cambios que han tenido lugar durante los años de crisis aún deben analizarse en el marco de una perspectiva a largo plazo del cambio social que tiene lugar en estas sociedades. Tampoco tenemos una buena comprensión de cómo la recesión económica ha afectado las interrelaciones entre diferentes dominios sociodemográficos. Nuestro proyecto tiene como objetivo abordar estos problemas, centrándose en aquellos aspectos que creemos que son clave para comprender el papel desempeñado por las crisis económicas en la producción y reproducción de las desigualdades de género y clase social. Estos aspectos constituyen el núcleo de los intereses del Grupo de Investigación en Sociología y Demografía (DEMOSOC) de la Universidad Pompeu Fabra, al que están afiliados los miembros del equipo de investigación.

Los principales focos de nuestro proyecto son, en primer lugar, evaluar hasta qué punto la polarización laboral ha aumentado en Europa durante la recesión. Prestaremos atención específica a sus efectos sobre la distribución del ingreso, las relaciones de género y las desigualdades en salud. Un segundo enfoque se centra en las consecuencias de la recesión económica en la transmisión de ventajas / desventajas de los padres a los niños. En tercer lugar, nuestro objetivo es identificar si los años de crisis han agravado la tendencia a la polarización en la vida familiar y, en cuarto lugar, explorar hasta qué punto dicha tendencia contribuye simultáneamente a reforzar las desigualdades de ingresos en los hogares. Abordamos estos problemas teniendo en cuenta dos hipótesis generales: a) el largo período de recesión ha exacerbado las tendencias a largo plazo existentes en las sociedades avanzadas, que implican una polarización social y demográfica y un aumento de las desigualdades intrageneracionales e intergeneracionales; y b) los contextos sociales tienen un papel clave en la mediación del impacto negativo de las crisis en los cursos de vida individuales.

Para identificar los efectos netos de la crisis económica en los resultados sociales y demográficos, optamos por un diseño que nos permita medir las condiciones y distribuciones antes y después de la crisis. Utilizaremos tres fuentes de datos distintas, complementadas por otros conjuntos de datos para responder preguntas más específicas. En primer lugar, explotamos las encuestas de estadísticas de la Unión Europea sobre ingresos y condiciones de vida (EU-SILC) que  nos permiten observar varios años antes de la crisis (desde 2003) y durante toda la recesión para todos los países europeos. El inconveniente del EU-SILC es el seguimiento relativamente corto de individuos y hogares (2 años y para una submuestra, 4 años). También haremos uso de los dos módulos especiales de EU-SILC sobre movilidad intergeneracional.

En segundo lugar, utilizaremos los Generations and Gender Surveys (GGS), que ahora cubre 18 países (pero excluye España). Dado que estos datos proporcionan información detallada sobre todas las dimensiones clave de la dinámica familiar, son ideales para la identificación de estados y transiciones (como la ruptura matrimonial o los nacimientos) sobre el curso de la vida de los ciudadanos. Además, GGS tiene un componente de panel, con tres olas que cubren nueve años del curso de vida del entrevistado. Para la mayoría de los países este componente del panel incluye años antes y después de 2007. Y en tercer lugar, la Encuesta Europea de Condiciones de Trabajo (ESWC) y las Encuestas de Población Activa armonizadas para los países de la UE proporcionarán datos detallados sobre la dinámica del empleo y la Encuesta de Salud, Envejecimiento y Jubilación en Europa (SHARE) sobre las condiciones de salud.

Para algunos países, también podemos explotar fuentes de datos de paneles nacionales (como la Muestra Continua de Vidas Laborales para España, GSOEP para Alemania, Millennium Cohort Study (MCS) para el Reino Unido y los estudios sobre paneles infantiles daneses y británicos). También se analizarán las encuestas armonizadas sobre el uso del tiempo para los países de la UE, para 2002-03 y 2010-11. Los datos nacionalmente representativos de la Encuesta de Salud, Envejecimiento y Jubilación en Europa (SHARE) y el Estudio de Salud y Jubilación (HRS) para los estadounidenses se utilizarán para examinar las hipótesis sobre los diferenciales de salud.

Nuestro enfoque metodológico tiene tres características definitorias. Primero, adoptamos una perspectiva de curso de vida. Los enfoques del curso de vida abordan la relación entre los procesos individuales y sociales a través del tiempo y el espacio, teniendo en cuenta múltiples dimensiones, incluida la integración de cursos de vida en contextos particulares, las interrelaciones entre diferentes dominios de vida, los vínculos individuales con los miembros de la familia y el camino naturaleza dependiente del comportamiento humano. En segundo lugar, un objetivo clave de este proyecto es estudiar cómo los contextos influyen en el comportamiento individual. Esto se puede lograr utilizando técnicas de análisis multinivel, también en combinación con modelos de historial de eventos. Esto implicará incluir interacciones a nivel cruzado entre variables independientes clave y estas variables contextuales. En tercer lugar, se modelará explícitamente el papel de la selección, tanto individual como de país.