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Big data, política y comunicación

22.05.2019

 

Desde finales de los 90, la datificación de la vida cotidiana es una tendencia al alza. El procesamiento de estos datos permite conocer los comportamientos, las preferencias o las vulnerabilidades de las personas, como individuos, pero también como integrantes de grupos sociales más amplios (ej.: mujer, blanca, joven, estudiante…) y como sociedad. 

Dado el creciente valor económico de los datos y su potencial para el control social, las técnicas de procesamiento de datos han vivido un desarrollo rápido y complejo. Las grandes compañías tecnológicas, conocidas como GAFAM (Google, Amazon, Facebook, Apple y Microsoft), se han posicionado entre las más importantes del mundo gracias a un modelo de negocio basado en la explotación masiva de los datos que las personas les ceden para poder utilizar sus servicios. Uno de sus grandes logros es haberse hecho con un control monopolístico sobre los datos, convirtiéndolos en una nueva “mercancía”, que ha hecho de ellas los medios más solicitados para la distribución de publicidad dirigida. Cuantos más datos, más precisa puede ser la estrategia comunicativa, por lo que pueden vender más caros sus espacios publicitarios.... Sin embargo, estas técnicas, no son mucho más que una forma optimizada de análisis cuantitativo, por lo que su alcance real para predecir o mover a las personas a determinadas acciones concretas es cuestionable.  El problema, más bien, tiene que ver con la desigualdad de poder entre quienes manejan estas técnicas y el conjunto de la ciudadanía y los poderes democráticos, que cada vez más pierden control sobre los datos y sobre qué hacen con ellos estas empresas.

Frente a este escenario, intelectuales como Danah Boyd, Frank Pasquale o Soshana Zuboff, entre muchas y muchos otros, encabezan una corriente de pensamiento crítica, no con la tecnología big data en sí misma (que podría beneficiar a la sociedad), sino con su forma actual; con los poderes económicos que la utilizan para satisfacer sus propios intereses; y con el marco jurídico de protección de datos personales, que consideran insuficiente para que las personas puedan protegerse de estos poderes.

La tesis doctoral de Sara Suárez-Gonzalo, investigadora miembro del grupo de investigación POLCOM y dirigida por Frederic Guerrero-Sole, se enmarca en esta discusión. Estudia el impacto social y político de las tecnologías big data, desde la perspectiva de la libertad, la privacidad y la protección de los datos personales. La investigación, que será presentada en otoño de 2019, se compone de varios artículos que analizan esta cuestión desde una perspectiva interdisciplinar: 

Por una parte, dos publicaciones iniciales analizan el discurso mediático en torno a la introducción social de las tecnologías big data. Estos estudios muestran que, dada la desigual capacidad de los diferentes actores sociales para definir una tecnología desconocida y la marcada opacidad de los sistemas big data, el discurso público tiende a asumir y a estabilizar los marcos interpretativos impuestos por el mercado. 

Otro de los artículos, “Tus likes, ¿tu voto?” se centra en el caso Cambridge Analytica, un escándalo de corrupción de datos diseñado para favorecer la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de EEUU 2016 y del “sí” al Brexit en el referéndum de Reino Unido, mediante una operación agresiva de micro-targeting. Más allá de que la estrategia pueda haber manipulado el voto de algún indeciso, el estudio explica que el caso esclarece la existencia de una estructura tecnológica, empresarial y jurídica que hace que un caso como este no sólo sea posible, sino probable.

El resto de artículos y conferencias, que forman el núcleo de la tesis, analizan tres factores vinculados a la explotación big data y su relación con el marco conceptual de protección de datos personales en Europa. Por una parte, la misma lógica de las técnicas de generación, recopilación y procesamiento de datos masivos; por otra, el modelo descontrolado de las grandes compañías tecnológicas; y en tercer lugar, la creciente dependencia de los poderes públicos de estas compañías. Las investigaciones plantean la necesidad de repensar el valor de la privacidad, y así la protección de los datos personales, desde una perspectiva que permita enfrentar las desigualdades de poder que provocan estos factores.

Para conocer más información sobre esta investigación (en progreso), puedes consultar las publicaciones e intervenciones públicas de Suárez-Gonzalo en este enlace.

 

 

Sara Suárez-Gonzalo presentando su investigación en la Taula de Nova Recerca del Departamento de Comunicación de la UPF

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