Descripción

Limosna. (del. gr. eleemosyne) [piedad, compasión]

• f. Cosa que se da por amor de Dios para socorrer una necesidad.
• f. Dinero que se da en las colectas hechas con fines religiosos.
• f. Dinero, alimento o ropa que se da a los indigentes.
• f. Donativo o subvención que se daba a los conventos de Indias, con cargo a los ingresos de encomiendas y otros.

Los discursos políticos sortean las leyes humanistas exigidas -o maquilladas- por la Unión Europea, complaciéndonos de nuestra caridad y a su vez fortaleciendo nuestras fronteras. Las imágenes han perdido el color para evitar la otredad y han ralentizado sus tiempos para poder verlas. Imágenes que se superponen para reconocer la repetición de un motivo que, como si fuera el sonido de la pieza, preferimos que esté bajo mar. Hablamos de los muertos como si no fueran personas aunque sean números inhumanos, y de los vivos como si fueran superhéroes por sobrevivir a la hazaña de cruzar el mar, aunque luchen por eso cada día. Así, a través de estas mutaciones de las imágenes cotidianas del telediario público español, Limosna busca redirigir esa amenaza simbólica del migrante hacia nosotras mismas, para reflexionar sobre nuestra actitud contemplativa frente a la miseria. 

Como identifica Nicole Brenez, el pobre es la definición de lo más bajo de la sociedad, una amenaza simbólica y continúa: “el pobre es un contraste, la imagen de la condición de la cual hay que escapar, y para ello obedecer a los circuitos sociales”. Damos limosna para no enfrentarnos al reflejo que implica pararse y mirar. Este donativo es la causa de una diferencia socioeconómica y la medicación para anestesiar nuestras conciencias de clase, convirtiéndose en un peaje burgués, rezando para no cruzar el umbral de la miseria. Es este gesto piadoso el que está en el centro de la producción de imágenes de migrantes en la esfera pública y también en el consumo de lxs espectadorxs. ¿Por qué no nos paramos a verlas? Porque lxs pobres no transitan por el mundo de los vivos. ¿Por qué no los escuchamos? Porque no existen: son sólo el espectro de lo que tememos ser si nos detenemos a mirar su imagen.

Autor

Andrés Sanjurjo