Atrás Inteligencia artificial y natural por el bienestar planetario. Àngel Lozano

Inteligencia artificial y natural por el bienestar planetario. Àngel Lozano

Artículo de Àngel Lozano, director científico del programa estratégico de investigación María de Maeztu del Departamento de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (DTIC) de la UPF; Carla Lancelotti, directora del Centro de Estudios por el Bienestar Planetario de la UPF; y Aurelio Ruiz, gestor del programa científico María de *Maeztu del DTIC-UPF.

05.10.2023

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Las TIC abarcan herramientas digitales, sistemas y recursos utilizados para crear, almacenar, procesar, acceder y transmitir información. Su influencia es cada vez más amplia con la aparición de la inteligencia artificial (IA) o la Internet de las Cosas, que hace posible la articulación de una red de aparatos tecnológicos que pueden conectarse mutuamente entre ellos, sin que sea necesaria la intervención humana.

Estos últimos adelantos muestran que las TIC ya tienen la capacidad de articular canales de comunicación complejos, ya sea para facilitar la transmisión de información entre personas, entre máquinas o entre máquinas y personas. Estas capacidades se pueden ver multiplicadas de cara al futuro y aportar múltiples beneficios para las personas a título particular, para la sociedad en su conjunto y para el bienestar de nuestro planeta. Pero, ¿qué factores tiene que tener en cuenta la investigación científica para contribuir a estas finalidades?

Por un lado, hay que tener en cuenta que el desarrollo tecnológico, y particularmente de la IA, se inspira en los conocimientos científicos sobre la inteligencia natural. El cerebro humano se modela a través de las experiencias e interacciones con el entorno, mediadas de manera creciente por artefactos tecnológicos. Entender como estas experiencias influyen en el desarrollo del cerebro humano con métodos computacionales, instrumentación avanzada y análisis de múltiples fuentes de datos es fundamental para que la tecnología avance en aspectos clave relacionados con el aprendizaje, la capacidad de toma de decisión y la interpretación de las emociones humanas, entre otros.

Por otro lado, es fundamental que la investigación tecnológica adopte un enfoque interdisciplinar y se imbrique con áreas que tradicionalmente han estado alejadas de las TIC (o han tenido con ellas una relación meramente instrumental). En este sentido, hay que fomentar nuevas líneas de intervención e investigación en ámbitos críticos, como la salud, la educación, el sistema político y económico o el mundo de la cultura.

No obstante, la investigación interdisciplinar es actualmente una condición necesaria, pero no suficiente para garantizar que la tecnología se ponga al servicio de las personas, la sociedad y el bienestar planetario. La historia nos muestra abundantes ejemplos de que los adelantos tecnológicos no aportan, de manera automática, beneficios. De aquí se deriva la pregunta: ¿cómo garantizar que la investigación interdisciplinar, especialmente desde el punto de vista tecnológico, promueva un progreso netamente positivo para toda sociedad?

Para responder esta pregunta, hay que aclarar previamente qué entendemos por bienestar en términos generales y desde el punto de vista individual, social y planetario.

En primer lugar, el bienestar individual se refiere a las condiciones necesarias para que las personas puedan tener una vida satisfactoria, desde una perspectiva amplia. La investigación tecnológica juega un papel fundamental en áreas cruciales del bienestar individual, como la salud, la educación, la inclusión o la preservación y promoción de la diversidad social y cultural.

En segundo lugar, el bienestar social se centra en las relaciones entre las personas y los grupos, así como en la protección y promoción de los derechos humanos y la lucha contra la discriminación y las desigualdades basadas en factores como el género, la raza, la etnia, la clase o la religión. Esta dimensión opera a través de las estructuras legales, económicas y políticas que gobiernan nuestra sociedad, que han condicionado a la vez el desarrollo de la industria tecnológica. Pero hay que tener en cuenta que, de forma creciente, la propiedad de los sistemas tecnológicos está modelando las estructuras socioeconómicas y políticas.

Finalmente, la dimensión planetaria del bienestar se preocupa por la salud y la sostenibilidad de los sistemas naturales de la Tierra, lo cual obliga a tener en cuenta el impacto global de las TIC y la necesidad que su desarrollo sea guiado por principios de sostenibilidad. Es necesario que la investigación interdisciplinar para el desarrollo de nuevas infraestructuras tecnológicas tenga en cuenta los factores sociales y ambientales. Cuestiones como el consumo de energía, el uso eficiente de recursos, la gestión de residuos o los marcos económicos y legales asociados al despliegue y explotación de las tecnologías se han convertido en esenciales para asegurar que su potencial se use para el bien común y el bienestar planetario.

En definitiva, para caminar hacia un futuro mejor, la investigación interdisciplinar que conecta y guía el diseño de las futuras tecnologías de la información y las comunicaciones tiene que considerar su impacto sobre la sociedad, las personas y el conjunto del planeta. Solo este enfoque nos permitirá disfrutar de innovaciones que mejoren nuestra salud, educación y calidad de vida, mientras preservamos y protegemos nuestro planeta para las futuras generaciones.

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