El 11 de febrero es, desde 2015, una fecha señalada en el calendario de toda la humanidad. Porque esta celebración impulsa el acceso y la participación de la mujer y la niña en ciencia, tecnología e innovación, y el beneficio de este esfuerzo repercute en toda la sociedad. 

No cabe duda alguna de los resultados catastróficos que ha supuesto la baja representación de la mujer en ciencia. Ciertos medicamentos aprobados se han retirado del mercado tras observar en mujeres efectos secundarios que no se habían estudiado, debido a que los ensayos clínicos no estaban equilibrados por sexos. Lo mismo ha ocurrido en estudios de la sintomatología asociada a enfermedades tan graves como el cáncer, facilitando el diagnóstico en el caso de los hombres y complicando su detección en mujeres. Estos sesgos se trasladan también al ámbito tecnológico: en 2019, la marca Volvo admitió que las mujeres tenían un riesgo más alto de sufrir daños en un accidente automovilístico, debido a que las pruebas de choque se realizaban con maniquíes de anatomía masculina. Esto ocasionaba un aumento en la probabilidad de que ellas sufrieran latigazos cervicales y lesiones en el pecho. Como respuesta, Volvo lanzó la iniciativa E.V.A., con el objetivo de que los vehículos garanticen seguridad para todos y todas. 

Gran parte de estos errores se podrían haber evitado si los equipos de trabajo presentasen un mayor balance de género. Sin embargo, esta situación todavía persiste, especialmente cuanto más nos aproximamos a profesiones relacionadas con ingenierías. ¿Por qué esta baja representación de la mujer en ámbitos científico-tecnológicos? La respuesta está en las niñas. 

Desde edades tempranas, las niñas se impregnan de estereotipos anacrónicos que asocian las profesiones científico-tecnológicas al género masculino

Desde edades tempranas, las niñas se impregnan de estereotipos anacrónicos que asocian las profesiones científico-tecnológicas al género masculino. Este hecho, unido a la falta de referentes femeninos, hace que lleguen a la adolescencia con un bajo interés por cursar estudios en estos ámbitos (las mujeres representan menos del 30% del alumnado de carreras científico-tecnológicas). 

Afortunadamente, son numerosas las iniciativas que combaten esta situación, ampliando el abanico de posibilidades ofrecidas a jóvenes, para que así puedan elegir su futuro libremente y sin prejuicios. Algunas de estas iniciativas, alineadas con varios de los 17 objetivos de desarrollo sostenible enunciados por Naciones Unidas, están siendo verdaderos agentes de cambio. 

Más de 2000 estudiantes de 5 países diferentes han creado ya más de 650 páginas web públicas de mujeres profesionales en STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). Esto ha sido gracias a la iniciativa Wisibilízalas, que desde 2016 trabaja no solo para generar referentes femeninos entre jóvenes y la población en general, sino que permite que el alumnado de primaria y secundaria adquiera competencias digitales, aprenda a trabajar en grupo y desarrolle su capacidad de investigación y su creatividad. Inspira STEAM visita centros educativos a nivel estatal trabajando en el aula las cuestiones relacionadas con esta falta de vocaciones científicas. La reciente iniciativa #NoMoreMatildas, con gran impacto en los medios, invita a reflexionar sobre qué habría pasado si Einstein hubiera nacido mujer y denuncia la invisibilidad (llamada “Efecto Matilda”) que han sufrido muchas científicas brillantes a lo largo de la historia. Con esta iniciativa, se pretende dar luz a estas mujeres, trasladándolas a los libros de texto mediante un suplemento que cualquier padre, madre o docente puede descargar gratuitamente desde su página web. 

Tan importante como transformar el ámbito educativo es cuidar también el familiar. Es importante que las familias ofrezcan a las niñas una educación que no perpetúe estereotipos de género

Tan importante como transformar el ámbito educativo es cuidar también el familiar. Es importante que las familias ofrezcan a las niñas una educación que no perpetúe estereotipos de género. En esta línea, #GirlsGonna no solo ofrece material didáctico a estudiantes y docentes, sino que ofrece además formación y recursos para familias. 

Hablamos de centros educativos, de familia, pero en plena revolución digital nacen nuevos agentes con potencial para influir en la población más joven: los y las influencers, incluyendo bloggers, youtubers, instragrammers y demás. Pocos medios de comunicación tienen una audiencia tan amplia como estos recientes productores de contenido, entre los que, lamentablemente, es difícil encontrar a alguien que se dedique a la divulgación científica de un modo riguroso a la vez que atractivo para la audiencia. Es necesario aprovechar estos canales de un modo más inteligente porque está claro que la sociedad necesita menos #influencers y más #sciencefluencers. Mientras tanto, sigamos celebrando el #11F.