Pep Anton Gómez es el director del Aula de Teatro de la UPF. Licenciado en Interpretación por el Institut del Teatre, ha sido director, traductor y actor en múltiples montajes teatrales. Este viernes 29 de mayo Pep Anton y los estudiantes del segundo nivel del Aula estrenan la obra Edmond , en el campus del Poblenou.

- ¿De qué trata Edmond?

- Sería un descenso a los infiernos. Edmond, el protagonista, es un hombre de unos treinta y cinco años que está bien colocado: está casado, tiene un buen trabajo, vive en una gran ciudad... Aun así, se siente perdido y visita a una pitonisa, cosa que le pone en el punto de partida de una noche terrible.

- ¿Qué sucede?

- Esa misma noche, decide dejar a la mujer y empezar una nueva vida. De golpe, descubre mundos desconocidos para él: el de la noche, el de la prostitución, el de la gente miserable y los ladrones... Hasta que acaba cometiendo, sin querer, un asesinato que le lleva a prisión. Ahí es violado por un hombre negro, de quien acaba convirtiéndose en amante.

- ¿Cuál es el mensaje más potente de la obra?

- Me gusta mucho una frase que dice el personaje: "Todo miedo esconde un deseo". Nos acostumbramos a vivir con miedo porque no hacemos las cosas que deseamos. Esto va acumulando porquería hasta que, de vez en cuando, todo estalla y se producen una gran cantidad de desgracias.

  - ¿Es una obra difícil de trabajar a nivel interpretativo?

- La obra toca diferentes palos de la interpretación, así que hay un poco de todo. Hay escenas muy violentas que resultan muy impactantes para el público y en las que los estudiantes se han atrevido mucho. Pero también hay otras igual de bonitas que, al ser más minimalistas, a lo mejor son menos brillantes de cara al público. Aun así, son difíciles de hacer; son interpretación pura y los estudiantes las acaban disfrutando muchísimo.

"Nos acostumbramos a vivir con miedo porque no hacemos las cosas que deseamos".

- ¿Qué aporta el Aula de Teatro a los estudiantes?

- Les ayuda a crecer y a conocerse personalmente. Quizás por esto el paso por el Aula de Teatro es una de las cosas que más recuerdan de los años que han pasado en la Universidad. Yo no trabajo con la intención de que acaben dedicándose al teatro profesionalmente. Para mí, lo importante es que el paso por el Aula acaba redondeando el amor de los estudiantes hacia el teatro.

  - ¿Cómo se trabaja con un grupo de actores amateurs?

- No tengo un sistema cerrado. Con ellos, hago lo mismo que con los actores profesionales, pero siempre poniéndole más atención al aspecto pedagógico. Dedicamos un trimestre entero a mirar de entender la obra: analizamos las escenas y hacemos pequeñas pruebas de interpretación que me sirven para fijarme en las carencias de cada estudiante. Después hago el reparto pensando en qué es lo que necesita cada uno. De esta manera, consigo marcar unos objetivos propios a todos.

- ¿Cuál es el perfil de los miembros del Aula de Teatro?

- Hay de todo. Hay gente que es más cortadita y hay otros a quienes tienes que parar porque de seguida se tiran a la piscina. Al final acaban siendo todos muy extrovertidos, sobre todo porque se cogen confianza y hacen trabajos muy atrevidos. Acabamos consiguiendo un grupo bastante homogéneo.

- ¿Por qué es importante que las universidades ofrezcan este tipo de actividades fuera del horario académico?

- Las actividades como el Aula de Teatro de teatro le dan vida a la Universidad. Son parte de la experiencia vital y crean dinámicas de grupo. Se supone que una universidad es un lugar donde te formas como persona y, si no dispone de actividades como estas, significa que le falta una cosa muy importante.