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Laura Borràs, entre letras e ilustraciones

Laura Borràs, profesora asociada al Departamento de Traducción y Ciencias del Llenguaje e ilustradora

20.05.2020

 

Jekyll Hyde

Laura Borràs tiene una manera diferente de hablar y de observar el mundo que le rodea. Aunque transmite mucha tranquilidad, cuando la conversación se centra en la ilustración algo se enciende dentro de sus ojos. En la sala de PAS y PDI del piso más alto del campus de Poblenou hablamos de su trabajo y de todo el resto de cosas que le ayudan a mirar la vida de una manera especial.

Laura hace casi 26 años que comenzó a trabajar en la Universidad, en el Departamento de Traducción y Ciencias del Lenguaje. Entró como ayudante de profesorado y cursó el doctorado. Actualmente es profesora asociada e imparte varias asignaturas -Lengua Española, español para estudiantes erasmus de los niveles intermedio, superior y avanzado, Textos Específicos (una asignatura para estudiantes de intercambio, también) y traducción entre las lenguas castellana y catalana. A pesar de su larga trayectoria en la Universidad y, concretamente, en el ámbito de la docencia, no siempre se ha dedicado a este mundo.

Su padre era pintor y ella había dibujado toda la vida de manera no profesional

Laura Borràs - Fuente: http://www.trioleca.com.br/

En 1986, inició el grado en Periodismo en la Universidad Autónoma de Barcelona, pero lo dejó un año más tarde. "Yo lo que quería era escribir y dibujar", afirma. Entonces, comenzó el grado en Filología Española en la misma universidad, y mientras estaba terminando el grado se dedicaba a dar clases de español para extranjeros. Laura explica que no sólo impartía clases de gramática, sino que se centraba también en la expresión oral. Además, acompañaba a los recién llegados a lugares emblemáticos de Barcelona. Después de esto comenzó a trabajar en una empresa haciendo ilustraciones y diseñando las caretas de los blísters, que son unas láminas opacas que contienen información sobre un determinado producto, como el logotipo o las instrucciones de uso. A pesar de haber estudiado Filología, terminó haciendo trabajos diversos, sobre todo como dibujante, como maquetadora o como diseñadora. Su padre era pintor y ella había dibujado toda la vida de manera no profesional. Cuando se inició profesionalmente en este campo, sin embargo, se tuvo que poner manos a la obra. "Tuve que aprender a ilustrar por mi cuenta. Me compraba manuales para saber cómo funcionaban los programas de ilustración y de maquetación, y por la tarde, cuando llegaba a casa, me ponía a estudiar", explica.

Sin embargo, la exigencia de que comportaba el trabajo en la empresa hizo que se decantara por una vía más estable. "Justo entonces vi un anuncio en el periódico que decía que la Universidad Pompeu Fabra buscaba un profesor de español". Y, dicho y hecho, comenzó a trabajar como ayudante de profesorado. Paralelamente, inició su doctorado en la Universidad, que trataba sobre las definiciones de los animales en los diccionarios de lengua. Cuando terminó la tesis, su tutora, Paz Battaner, le preguntó por qué no la publicaba en varias revistas y daba continuidad a su carrera académica. "Yo le dije que no, que en ese momento sólo quería tocar la guitarra!", exclama entre risas.

Cuando terminó la tesis, su tutora, Paz Battaner, le preguntó por qué no la publicaba en varias revistas y daba continuidad a su carrera académica. "Yo le dije que no, que en ese momento sólo quería tocar la guitarra!"

Quadre de Laura Borràs. Debajo de la línea

Al final no se aficionó a la guitarra, sino que escogió el dibujo. Dibujar se convirtió en una necesidad personal: "fue como si hubieran contenido un río por mucho tiempo y, de repente, lo liberaran". Estuvo cuatro años siguiendo cursos de ilustración en Barcelona, en la Escuela de la Mujer. Y, una vez adquirida la base, comenzó a formarse en Italia. Estuvo yendo durante cuatro años, los veranos. Se estaba una o dos semanas y hacía cursos intensivos en la Escuela Internacional de Ilustración de Sarmede y en la Escuela Ars In Fabula de Macerata. "Hacíamos ocho horas cada día y era muy intenso todo, pero aprendí muchísimo", asegura. A partir de allí comenzó a desarrollar sus proyectos personales y hacer lo que le gustaba: carteles, cubiertas de libro y, sobre todo, álbumes ilustrados. En Italia, Laura aprendió una manera diferente de entender el arte. "La parte artística de las personas se trata como lo que es, y se asume que hay épocas en que la trabajas más y épocas en que la trabajas menos", dice. "Aquí, en cambio, entendemos el artista como una persona superior al resto o bien como un bohemio".

Dibujar se convirtió en una necesidad personal: "fue como si hubieran contenido un río por mucho tiempo y, de repente, lo liberaran"

Fue gracias a esta formación que cada vez fue mejorando más en las diferentes técnicas de ilustración, lo que le ha llevado a ganar dos premios de prestigio. En primer lugar, en 2015 ganó el premio Nami "Encouragement" de Corea del Sur, y en segundo lugar en 2017 obtuvo una mención de honor en la Feria de Bolonia por el libro El camino de Marwan.Pero este no es el único libro que Laura ha ilustrado. "Tengo once libros publicados, formo parte de una agencia literaria; pero todavía no puedo vivir de la ilustración ", explica.

Quadre de Laura Borràs, a flor niños con frío

Laura afirma que para ella la ilustración es un tipo más de lenguaje. Es a través de este lenguaje que reivindica la ingenuidad, entre otros aspectos humanos. "Creo y la reivindico, porque me parece muy valioso hacer un proyecto que no tenga miedo de mostrarte como si fueras un niño", afirma. Considera que su estilo transmite ternura y vulnerabilidad. Además, también se basa en la sintetización y la estilización.

Es a través de este lenguaje que reivindica la ingenuidad, entre otros aspectos humanos. "Creo y la reivindico, porque me parece muy valioso hacer un proyecto que no tenga miedo de mostrarte como si fueras un niño"

Durante el tiempo que estuvo formándose en el ámbito de la ilustración, Laura continuó trabajando en la Universidad, aunque con algunas paradas. Cuando hacía dieciséis años que trabajaba llegó la crisis económica y, con ella, los recortes. "Los asociados fuimos los más perjudicados por las medidas que se tomaron", explica. Decidió abandonar temporalmente la parte docente y académica de su vida y dedicarse exclusivamente a la ilustración. Esto suponía un riesgo y mucho trabajo, porque se tenía que ir ingeniando "todo tipo de cosas para que alguna de ellas acabase siendo rentable".

Quadre Laura Borràs - Flor universo

Al final, sin embargo, acabó volviendo a la vida académica. "El trabajo de la Universidad es mucho más estructurada y pautada", asegura Laura. A día de hoy no se plantea trabajar únicamente en el mundo de la ilustración, porque esto haría que no pudiera dedicar esfuerzos a sus proyectos personales. "Si me plantease vivir de la ilustración debería hacer muchas cosas sin alma", dice. Y Laura no se plantea en ningún caso la opción de no dedicarse plenamente, en cuerpo y alma, a todas sus creaciones.

 

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