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Anjana Martínez, el voluntariado que se traduce en justicia social

Anjana Martínez es profesora asociada del Departamento de Traducción y Ciencias del Lenguaje y profesora de subtitulación en el Postgrado de Traducción Audiovisual de la UPF Barcelona School of Management. Fuera de la universidad, combina su trabajo como traductora audiovisual freelance con un voluntariado en Dones del Món, dedicado al empoderamiento de mujeres migrantes.

18.03.2021

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En un hueco dentro de la ocupada agenda de Anjana, nos recibe mediante videollamada con una cálida sonrisa. Sin embargo, ni siquiera la combinación de su labor como docente en varias universidades, por un lado, y  como traductora autónoma, por otro, le ha impedido sacar tiempo para colaborar como voluntaria en Dones del Món, un encuentro de coaching semanal que trabaja con mujeres en situación de vulnerabilidad. “Cambiar el mundo es difícil, pero incidir en el entorno que te rodea es inevitable”, explica Anjana, “lo único que necesitas es voluntad”.

“Cambiar el mundo es difícil, pero incidir en el entorno que te rodea es inevitable”, explica Anjana, “lo único que necesitas es voluntad”

Anjana Martínez

Los comienzos de su carrera profesional se remontan a su Licenciatura en Traducción e Interpretación, especializada en inglés y francés, en la Universidad de Alicante, a la que siguió un doctorado en la misma universidad y un Máster en Traducción Audiovisual en la Universitat Autònoma de Barcelona. De esta manera, comenzaba a encaminarse hacia la que hoy, y desde hace catorce años, es su profesión, traductora audiovisual freelance. Paralelamente, Martínez Tejerina tiene una larga trayectoria en el mundo de la docencia como profesora asociada en el Departamento de Traducción y Ciencias del Lenguaje y profesora de subtitulación en el Postgrado de Traducción Audiovisual de la UPF Barcelona School of Management.

Durante todo este tiempo, Martínez Tejerina ha ido cultivando un perfil polifacético por lo que respecta a su faceta como traductora. A pesar de que se especializa en el audiovisual, también ha realizado traducción editorial, tanto de ficción (para Alfaguara) como de no ficción (para Loft Publications). Por lo que respecta al audiovisual, es bastante probable que entre las películas o series que hayamos visto se encuentre alguno de los trabajos de Martínez Tejerina, ya que la lista de largometrajes que ha traducido o revisado es interminable. También ha trabajado como traductora en series, como Numb3rs y MacGyver, y en videojuegos. Además, también ha publicado un libro, El doblaje de los juegos de palabras (UOC).

Cuando le preguntamos a Martínez Tejerina sobre lo que más disfruta en su trabajo como docente, nos responde que es “el contacto directo con los alumnos y alumnas”. La traductora y profesora asegura que aprende constantemente de sus ideas y de su forma de ver el mundo. Esto le permite salir de lo que los profesionales de su sector llaman la ‘traducueva’: “entrar en el aula es como un soplo de aire fresco que me permite volver a la realidad y relacionarme con las generaciones futuras de traductores y traductoras. Lo que aprendo en las clases lo aplico a mis traducciones y viceversa”.

El voluntariado como forma de justicia social

En su búsqueda de una manera de colaborar, Martínez Tejerina se topó con una asociación que encajaba a la perfección con lo que ella buscaba. “Barcelona Actúa es una organización que no es asistencialista, sino empoderadora y horizontal”, explica la profesora, “al final nos acabamos apoyando unos a otros, es una familia en la que todos tenemos ganas de ayudar”. Esta fundación trabaja con diversos colectivos, desde mujeres y niños migrantes hasta personas sin hogar, y lleva a cabo una infinidad de actividades diferentes. Además, Anjana destaca que esta fundación tiene una gran flexibilidad: “en un primer momento pensé que sería difícil por mis horarios de trabajo en la universidad, pero el voluntariado se adapta a las posibilidades de los participantes”.

“Encontré una asociación que encajaba a la perfección con lo que buscaba: no es asistencialista, sino empoderadora y horizontal”

Ya sea puntual o regularmente, online u offline, ayudar es posible. Por esto mismo, Martínez Tejerina anima a todos los que sientan esta necesidad de contribuir a la sociedad a probar alguna de las actividades que organiza la fundación. “Todas las actividades están en la web y en la app, en base a su disponibilidad podrán elegir lo que mejor encaje”, explica con gran ilusión, “además, el primer martes de cada mes se organizan las Bac Benvingudes, sesiones informativas sobre la fundación y su organización”.

Asociación Barcelona Actua

Dentro de la fundación, Martínez Tejerina aprovechó sus conocimientos como traductora para colaborar como voluntaria en integración lingüística, y más tarde, pasó a formar parte del grupo Dones del Món del Raval, en el que es voluntaria y co-coordinadora. Se trata de un encuentro semanal de coaching grupal que trabaja la autoestima y fomenta lazos de apoyo mútuo entre mujeres que se encuentran en una situación de vulnerabilidad. Cada semana realizan una actividad distinta, ya sea física, como zumba o yoga, de autocuidados o lo que denominan ‘hoy enseño yo’, “una actividad que permite que cada mujer enseñe al grupo algo que sepan hacer y disfruten haciendo, desde cocina típica hasta tatuajes de henna”.

A pesar de que este tipo de voluntariado, también flexible para los asistentes, comporta algunas dificultades, como lograr una regularidad o los obstáculos del idioma, Martínez Tejerina asegura que todo ese esfuerzo, que muchas veces parece no dar frutos, se compensa en un solo segundo. La profesora recuerda una anécdota del comienzo de su voluntariado, cuando preparar las clases se le hacía caótico porque nunca sabía cómo sería la asistencia a la clase: “en una sesión en la que yo no estaba nada convencida del éxito de la misma, una mujer me dedicó una sonrisa que me conmovió y me dio su agradecimiento sincero”, cuenta mientras se le escapa una sonrisa, “cuando alguien te da las gracias de corazón, todo ese esfuerzo merece la pena. Siempre.”

“soy consciente de mi situación privilegiada y de las injusticias que se producen en nuestra sociedad y lo mínimo que puedo hacer es intentar aportar mi grano de arena”.

El objetivo de estas actividades es dar herramientas que puedan ayudar a las mujeres en su día a día, dotarlas de un espacio en el que se puedan sentir a gusto y crear una red de sororidad. “Para mí, es un acto de justicia, no de solidaridad”, revela Martínez. “Soy consciente de mi situación privilegiada y de las injusticias que se producen en nuestra sociedad y lo mínimo que puedo hacer es intentar aportar mi grano de arena”. La profesora nos cuenta que incluso muchos de los inmigrantes que van a clases de castellano luego son voluntarios dando comidas a los sin techo, por ello anima a todo aquel que quiera a colaborar: “todos podemos ayudar en algo. No hay nada más gratificante que ayudar a alguien que lo necesita.”. Ella, confiesa entre risas, que está “esperando poder jubilarse para poder dedicar su tiempo a otros proyectos de voluntariado”.

 

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