Antonio Gallardo hizo una donación de 45.000 euros el pasado mes de octubre al Laboratorio de Arqueología del Departamento de Humanidades, dirigido por la profesora María Eugenia Aubet. Hemos hablado con él para conocer qué le ha llevado a hacer esta donación.

Es presidente del Consejo de Administración del del Grupo Corporativo Landon, SL y vicepresidente honorífico del Consejo de Almirall. También ha sido presidente de la Asociación Catalana de la Empresa Familiar y vicepresidente y miembro del Consejo de Administración del Instituto de la Empresa Familiar.

En la vertiente filantrópico, en julio de 2015, cedió una importante colección de arte románico y gótico en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), gracias a un acuerdo coleccionista con el museo y los departamentos de Economía y Conocimiento y de Cultura de la Generalidad.

- ¿Qué le ha llevado a hacer una donación a la UPF, y concretamente en el Laboratorio de Arqueología?

Es un grupo de investigación encabezado por una persona con mucho prestigio, como es la doctora María Eugenia Aubet, y eso es determinante. Como empresario, siempre busco proyectos liderados por personas competentes, y este es un buen ejemplo.

- ¿Qué resultados espera de su aportación?

Creo que mi aportación puede contribuir a aumentar y mejorar el conocimiento de la cultura fenicia, una de las principales líneas de investigación del Laboratorio de Arqueología. Es de valorar el esfuerzo de todo el equipo de personas que trabaja, sobre todo porque desarrollan su tarea, muchas veces, en zonas con conflictos bélicos, como en el caso de la excavación en la ciudad de Tir, ubicada en el sur del Líbano.

- En nuestra sociedad no son habituales este tipo de acciones. ¿Nos falta tradición en este aspecto?

No se trata de falta de tradición, sino que los incentivos que ofrece el estado para este tipo de mecenazgo no son suficientes. Habría que equiparar las condiciones en la mayoría de países de nuestro entorno.

- ¿Cómo se podrían incentivar las acciones de mecenazgo particular?

Hay una nueva ley de mecenazgo que está parada desde hace mucho tiempo, es importante desatascarla para promover este tipo de acciones. Por otra parte, el micromecenazgo, que está cogiendo vuelo últimamente, puede ser parte de la solución, pero es importante saber llegar a suficientes personas.

- A veces se dice que la universidad, y la investigación que se desarrolla, no están lo suficientemente cerca del ciudadano corriente. ¿Cómo podría mejorar esta percepción?

La problemática entre la investigación en la universidad y las necesidades de la empresa continúa vigente. A veces, a pesar de trabajar en la misma línea, no se acaban de encontrar. Sin embargo, se han hecho grandes progresos en los últimos años.

- La UPF acaba de crear el programa UPFund para incentivar el mecenazgo y el patrocinio de sus iniciativas. ¿Qué consejos le daría para tener éxito?

Hay que saber vender a la sociedad este programa, el UPFund. A veces, en la universidad, hay una falta de visión de marketing en las iniciativas que promueve.