El territorio es una institución esencial para el Derecho público, en el que tiene una función capital como objeto, fundamento y límite del poder político y administrativo. El Proyecto TERRA pretendió analizar la evolución de las relaciones entre territorio y poder público como consecuencia de fenómenos muy diversos pero íntimamente relacionados (la globalización, la creciente interdependencia entre los entes públicos territoriales, el empequeñecimiento del territorio a raíz de la inversión en modernas infraestructuras y modos de transportes, la progresiva fragilidad del territorio a medida que se intensifican sus usos, la formación de metrópolis urbanas y el surgimiento de un nuevo territorio -el ciberespacio- de la mano de las tecnologías de la información y la comunicación).

La hipótesis de la que se partió es la de si nos encontramos ante un auténtico cambio de paradigma, caracterizado por la mutación de las relaciones clásicas entre territorio y poder y por la modificación de las reglas profundas de la distribución de competencias entre los entes públicos articuladas sobre esta relación (principio de territorialidad de las competencias, principios de proporcionalidad y de subsidiariedad) en beneficio de otras (primacía del estatuto personal, del criterio del interés o de la afectación, etc.).