5. Calidoscopio

Una visión para las universidades para la próxima década

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Amanda Crowfoot

Amanda Crowfoot, secretaria general de la Asociación Europea de Universidades

El cambio está en el aire. La crisis de la Covid-19 nos ha cambiado la vida, pero mucho antes de que esto ocurriera ya había una sensación palpable de que los retos actuales cambian la sociedad de una manera imprevisible. El cambio climático y su contención, por ejemplo, plantean una prueba histórica para la humanidad. El cambio tecnológico nos proporciona nuevas posibilidades, pero a la vez una gran responsabilidad para frenar sus efectos negativos. Y vivimos tiempos de convulsiones geopolíticas, en que Europa aún busca su lugar.

La European University Association (EUA) trabaja para captar y dar dirección a los cambios, creando una visión para las universidades para el 2030. ¿Cómo se pueden adaptar las universidades? y ¿cómo pueden impulsar los cambios que estamos experimentando? Al mismo tiempo, cómo podemos proteger y cuidar los valores que hacen de las universidades lo que son: instituciones de discusión abierta, crítica y basada en la evidencia.

Las universidades de la próxima década no deberían tener muros; deberían estar abiertas a todo el que busque la luz a través del aprendizaje, así como aquellos que quieran asociarse para crear conocimiento. La digitalización ya ha roto muros físicos; los estudiantes pueden asistir a clases remotamente, para obtener un grado o para mejorar sus habilidades. Los estudiantes de todo tipo también deben estar presentes en el campus, en un entorno que los interpele y que fomente nuevas maneras de pensar el mundo. Identificar los propósitos de la presencia virtual y física y garantizar el derecho y el equilibrio entre ellos, sin duda, será un tema importante para los líderes universitarios en el futuro.

Las universidades son un puente hacia el resto del mundo. Aportan perspectivas, ideas y personas a las comunidades de las que forman parte de una manera y en una escala que ninguna otra institución no puede igualar.

El papel de las universidades en sus áreas ha crecido. Cada vez juegan un rol más importante en los ecosistemas de innovación y involucran los ciudadanos de manera más sistemática en sus actividades. Las universidades trabajan en colaboración con pymes y grandes empresas mediante prácticas para estudiantes de grado y de posgrado, mediante proyectos de investigación comunes y haciendo un aprendizaje basado en desafíos comunes. También participan en la movilización de ciudadanos como socios en temas de investigación. Las universidades son un puente hacia el resto del mundo. Aportan perspectivas, ideas y personas a las comunidades de las que forman parte de una manera y en una escala que ninguna otra institución no puede igualar.

Sin embargo, se acabaron los días en que la internacionalización era un objetivo en sí mismo. En un mundo menos abierto y más inseguro, cada vez se plantean más preguntas sobre la cooperación con países que no comparten los valores de Europa o países que vemos como amenazas a nuestra soberanía tecnológica. La transformación tecnológica también plantea cuestiones sobre el uso del conocimiento que compartimos.

La próxima década podría ser el momento para que las universidades reequilibren sus relaciones con su comunidad inmediata y con el resto del mundo. La apertura siempre será nuclear como valor universitario, pero el reto importante que se debe superar es como conservarlo y nutrir en un mundo tan cambiante.