8. Calidoscopio

El potencial de la blockchain

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Ester Oliveras

Ester Oliveras, jefa del Grupo de Investigación en Accounting, Control, Management and Education y profesora del Departamento de Economía y Empresa de la UPF

Mireia Artigot

Maria Antonieta Fernández, profesora del área de Derecho Administrativo en el Departamento de Derecho de la UPF

Blockchain es la palabra sexy del momento. Una blockchain es un registro de datos no centralizado e inalterable. Hablamos de estas dos características. Actualmente, la mayoría de las bases de datos son centralizadas: Facebook, Google o cualquier banco, por poner algunos ejemplos, son entidades que tienen nuestros datos y deciden el uso que les dan o a quien las venden. En cambio, la blockchain es un registro de datos que está distribuido en muchos ordenadores y en diferentes lugares geográficos. Pero como nadie trabaja gratis, el mantenimiento de estos datos debe generar incentivos para financiarse. Uno de los mecanismos de remuneración que existe actualmente es que la máquina que cierra un bloque -que es una agrupación de un conjunto de transacciones- es la que recibe la remuneración. Mientras Google obtiene beneficios de la publicidad a partir de nuestros datos, en un sistema de registro blockchain se remunera la formación de los bloques.                            

La segunda característica es la no alterabilidad de los datos. Los mismos datos están copiados en todas las máquinas repartidas geográficamente. Si se intenta manipular una de las máquinas, como que no es congruente con el resto de copias no se mantiene la manipulación. Para poder alterar los datos, habría que manipular más de la mitad de las máquinas. Estas características hacen que la blockchain se le llame la "internet del valor".

La primera aplicación de blockchain fue la criptomoneda Bitcoin, que se utiliza básicamente como instrumento de inversión y, en una medida mucho menor, debido a la alta volatilidad de su valor, como medio de intercambio. Más adelante, la evolución de la tecnología ha permitido añadir los llamados "smart contracts". En las monedas con capacidades ampliadas, y para distinguirlas de las monedas tipo Bitcoin se las denomina "tokens". Actualmente, la red más relevante que permite smart contracts es Ethereum y su unidad es el Ether.

Desde la Unión Europea, diversas instituciones, entre ellas el propio Parlamento Europeo, han comenzado a analizar el alcance de las transformaciones vinculadas al blockchain, y a advertir sobre la necesidad de prepararse para hacer frente a las dificultades y oportunidades que presentan. Veamos algunas de las aplicaciones posibles.

Los tokens pueden utilizarse para otorgar un derecho, que fomenta la participación e implicación en un proyecto. Por ejemplo, podría otorgar el derecho de voto, de propiedad, o de uso de un determinado activo. En este sentido, la blockchain podría solventar la piratería de música y vídeo. Cabe destacar las posibilidades de votación electrónica mediante esta tecnología, con gran potencial en los contextos organizativos, y de hecho ya se ha utilizado para elecciones internas de partidos políticos en Dinamarca y para votaciones de accionistas en Estonia. A más largo plazo, algunas sugerencias ambiciosas han planteado la posibilidad de utilizar esta tecnología para aplicar la "democracia líquida", combinando la democracia directa, en la que los ciudadanos votan periódicamente decisiones políticas específicas, con un sistema de voto delegado en la que los ciudadanos pueden votar estas cuestiones específicas por sí mismos o asignar su voto a otro ciudadano -por ejemplo un político, periodista o científico de confianza- y retirar o reasignar esta delegación en cualquier momento.

Las blockchain también pueden mejorar la calidad de las cadenas de suministros, ya que la tecnología permite verificar la autenticidad, el origen y los estándares éticos de los bienes y servicios, mejorando así los procesos de adquisición, logística y pago.

Como conclusión, podemos hacer nuestras las afirmaciones del Parlamento Europeo al indicar que 'la blockchain no hará mejor a las personas, pero podría hacer más rápidos, económicos, seguros y transparentes' muchos de los mecanismos necesarios para generar confianza y seguridad jurídica, factores claves por el desarrollo de cualquier sociedad.