Título original: The Weight of Chains; Director: Boris Malagurski; Año: 2010; País: Canadá; Duració: 125 minutos

Sinopsis: The Weight of Chainses un documental canadiense que proyecta una mirada crítica sobre el papel desempeñado por la OTAN y la Unión Europea en la ex Yugoslavia durante los años noventa del pasado siglo. A partir de abundante material de archivo poco conocido en Occidente, así como de numerosas entrevistas con todo tipo de testimonios de los conflictos yugoslavos (políticos, diplomáticos, periodistas, gente corriente, etc.), el documental subraya la relevancia de la intervención occidental y de los factores exógenos para interpretar las guerras acaecidas en la región tras el fin de la Guerra Fría, de las que Serbia ha sido habitualmente considerada parte responsable, cuando en realidad ha sido más bien víctima.

Una mirada pro-serbia sobre las guerras en la ex Yugoslavia

Jesús Santos
Máster en Periodismo Político Internacional, Universitat Pompeu Fabra / Barcelona School of Management
 

En 2010, Boris Malagurski, el joven director serbio-canadiense estrenó su segundo documental sobre los acontecimientos que llevaron a la disolución de Yugoslavia. A diferencia de documentales previos, éste ofrece puntos de vista casi inéditos y no se centra únicamente en el conflicto serbio-kosovar. A grandes rasgos el documental cumple con las expectativas iniciales, pese a estar muy condicionado por dos factores: una simplificación excesiva en muchos casos de las explicaciones y argumentos, y un punto de vista muy cercano a los postulados que se esgrimían desde el bando serbio durante el conflicto. 

El principal argumento es que la injerencia occidental actuó como mecha que prende los posteriores conflictos en los Balcanes. Según Malagurski, el objetivo final de todos los actores que entraron en juego fue la destrucción de la última economía socialista que quedaba en Europa después de la Guerra Fría. Se presenta el colapso financiero como una acción alentada por Occidente a fin de hacerse con el control de los recursos naturales y materiales de los que disponía Yugoslavia. Cabe destacar la riqueza de las imágenes de archivo y que a lo largo del documental se cuenta con la participación de académicos, diplomáticos de diversos países y con ciudadanos de la ex república. 

Si desgranamos el documental observamos que se cometen algunos errores de apreciación, ya que, por ejemplo, al centrarse en los conflictos de Croacia (1991-1995), Bosnia-Herzegovina (1992-1995) y Kosovo (1998-1999), no se hace referencia ni a antecedentes como la Guerra de Eslovenia de 1991, ni a consecuencias posteriores como la Guerra de Macedonia de 2001. También cabe destacar que mucha información sobre las causas, el desarrollo y las posteriores consecuencias no se articula de manera clara y diáfana, y además se presentan hechos que en numerosos casos no van acompañados de un marco temporal ni de un contexto que pueda situar al espectador ante una perspectiva adecuada.

Un documental, y sobre todo uno de tales dimensiones (125 minutos), tiende a simplificar, especialmente a la hora de presentar los antecedentes del tema principal. Malagurski opta por retroceder hasta la época de dominación otomana. La suya es una decisión correcta, pero que peca a la hora de explicar el desarrollo del tema. Esto quizá sea debido a su complejidad o a su extensión, pero se termina soliviantando mediante la presentación de determinados hechos o “verdades reconocidas por expertos”. De este modo, más de 500 años de dominación otomana se resumen en prácticas de empalamiento hacia los serbios de fe ortodoxa y en la posterior dominación por parte del Imperio Austro-Húngaro, que es presentado como una cárcel a cielo abierto para los pueblos eslavos. El surgimiento de una conciencia nacional entre los eslavos del sur de Europa hace únicamente referencia a la construcción de un Estado en común, sin desgranar los diferentes modelos ni posibilidades existentes. En última instancia, el Reino de Yugoslavia se ve únicamente nombrado como una conquista de la Alemania Nazi, y el nacimiento de la Yugoslavia socialista de Broz se presenta como la tierra prometida, sin hacer hincapié en las bondades y flaquezas del sistema socialista yugoslavo. 

Como se ha dicho previamente, el documental comete el error de posicionarse continuamente en el bando serbio. Es curioso constatar cómo todas las acciones que se llevan a cabo durante el conflicto contra el bando serbio son magnificadas, de modo que se presentan como una justificación para la posterior respuesta serbia. Así, por ejemplo, los actos de limpieza étnica llevados a cabo en Croacia por las tropas paramilitares serbias y el Ejército Popular Yugoslavo, quedan “amparados” por el cambio. Si bien es cierto que el gobierno de Tudjman erró en la cuestión de la minoría serbia, no existe causa alguna que pueda motivar la justificación de la limpieza étnica o la destrucción de ciudades enteras como Vukovar. Algo similar ocurre con sucesos tan atroces como los acaecidos en Srebrenica, donde, según el documental, la matanza de varones musulmanes se justifica por los ataques de la Armija de Srebrenica a pequeños enclaves serbios colindantes. Este quizá sea el mayor error de apreciación que comete Malagurski, ya que el comportamiento de las tropas de Ratko Mladic fue sencillamente demencial.

La última parte del documental es la más consistente, por contener explicaciones certeras en relación a los efectos económicos negativos, a la corrupción de las elites políticas y a la obsesión de la mayoría de las nuevas repúblicas por formar parte de la Unión Europea. 

The Weight of Chainsse asemeja más a un documental con fines propagandísticos que a una filmación que de verdad pretenda arrojar luz sobre los hechos acaecidos en Yugoslavia. La continuada postura victimista de Serbia constituye una carga constante a lo largo del documental y le resta crédito al no poder ofrecer explicaciones añadidas más allá del complot internacional. El prisma del imperialismo y la intervención extranjera de la ONU y la OTAN son los principales causantes de la adopción de esta postura por parte del director. Las explicaciones de Malagurski cojean continuamente, pero, pese a ello, el material audiovisual del que está dotado es muy valioso, al igual que algunas teorías sobre la injerencia extranjera y sobre el control territorial mediante la subyugación económica. Pese a todo lo dicho, The Weight of Chainses altamente recomendable, tanto por la información que de él se pueda extraer, como sobre todo porque supone un valioso ejercicio de análisis y extrapolación de la posición del director.