● No se puede generalizar para todas las personas con discapacidad visual, ya que el grado de deficiencia visual así como la actitud personal, el nivel de autonomía, etc., hacen que cada persona sea diferente y que tenga niveles diferentes de funcionamiento.
● Al dirigirnos a cada persona, debemos llevar la iniciativa para saludarla y luego identificarnos (quién somos). Nos situaremos ante la persona para que identifique que nos dirigimos a ella/ él.
● Debemos preguntar antes de ofrecerle ayuda y no forzar a recibirlainnecesariamente.
● Para dirigir una persona con discapacidad visual o acompañarla, no debemos cogerla del brazo si no lo pide, ya que este gesto, de improviso, le puede hacer perder el equilibrio. En todo caso, le ofreceremos el brazo o el hombro y caminaremos un paso adelante para que nos pueda seguir con facilidad. Esto le permitirá detectar perfectamente un escalón o un cambio de dirección.
● Debemos pronunciar su nombre antes de empezar a hablar, para que sepa que nos estamos dirigiendo a ella.
● No debemos subir el tono de voz y sí hablar con un tono normal, poco a poco y claro.
● Tenemos que ser precisos y específicos en el mensaje, evitando sustituir el lenguaje verbal por gestos. No debemos utilizar palabras como "aquí", "allá", "eso", "aquello", etc., porque para una persona ciega son palabras ambiguas. Se pueden sustituir por una descripción más concreta como "delante de ti", "a la derecha de la mesa", "detrás de ti". También es útil dirigir la mano de la persona hacia el objeto e indicarle de qué se trata.
● Debemos utilizar con naturalidad las expresiones verbales relacionadas con la visión: "mirar", "vamos a ver...", etc.
● Hay que intentar evitar las exclamaciones que connotan peligro como "¡Ay!", "¡Vigila!", etc. Es mejor utilizar exclamaciones más informativas como "detente", y entonces explicarle verbalmente el peligro (puerta abierta, un obstáculo en la calle, etc.).
● Para ayudar a que se siente, debemos indicarle dónde se encuentra la silla, poniéndole la mano en el respaldo y describiéndole las partes del objeto.
● No debemos desaparecer sin avisar. Igualmente, en caso contrario, si regresamos siempre tenemos que avisar.
● Podemos comunicar, si es necesario, lo que estamos haciendo cuando se produce un silencio o una ausencia.
● Para velar por una buena seguridad, debemos mantener ordenado el entorno. Si se cambia algún objeto o mueble de lugar, se informará a la persona. Hay que prevenir golpes o accidentes con objetos que pueden llegar a ser un obstáculo. Es recomendable que las puertas y ventanas estén totalmente abiertas o cerradas, las sillas colocadas debajo de la mesa o al lado de la pared; nunca desordenadas por la sala o espacio. Debemos evitar dejarse armarios y cajones abiertos.