Edu: La OARS incluye varios consultorios jurídicos gratuitos, una herramienta de la misma PCUCP en su faceta de responsabilidad social. La OARS es responsable del funcionamiento de los consultorios; podemos decir que son su núcleo. Estos consultorios están repartidos entre la universidad y diferentes barrios de la ciudad. Reciben todo tipo de demandas, normalmente en función del distrito en que se encuentren. Hay cinco consultorios, tres situados en diferentes distritos de Lima, y ​​dos dentro de la universidad.

En todos los consultorios se tratan diversidad de casos y de demandas, en función de las necesidades de la gente que acude, excepto en el consultorio Unicxs, que está dirigido exclusivamente al colectivo transexual, de cara a cambios del DNI y a situaciones de discriminación. En los demás, aunque se ven una gran variedad de demandas, sí que suelen repetirse patrones: en los consultorios situados en los distritos de San Juan de Lurigancho y de Chorrillos, se tratan principalmente temas de familia (filiación y alimentos); en el consultorio del centro de Lima, temas civiles patrimoniales (contratos, propiedades, etc.), mientras que en el consultorio ubicado dentro del campus de la PUCP, la variedad de los casos que llegan es absoluta.

“Los consultorios reciben todo tipo de demandas, normalmente en función del distrito en que se encuentren”

Marta: La OARS tiene otras funciones en las que también hemos podido participar, como colaborar con las clínicas jurídicas, que funcionan para los alumnos como asignaturas optativas (igual que los consultorios jurídicos), y en las que hemos podido asistir. Existe la clínica de personas con discapacidad, la de violencia de género, la de medio ambiente, la de migración... Algunos casos de los consultorios se derivan a las clínicas y a la inversa, según la materia y el interés, digamos, doctrinal del caso.

Las clínicas jurídicas son como una mezcla de clase magistral sobre el derecho nacional e internacional existente alrededor de una determinada materia, con seguimiento de casos de actualidad, y lo más sorprendente es que también se llevan casos reales de especial relevancia y de interés social. El profesor actúa como abogado para el caso en concreto, pero todo el trabajo relacionado la hace el grupo-clase en común.

“Lo más sorprendente de las clínicas jurídicas es que se llevan casos de especial relevancia y de interés social”

Marta: Creo que el proyecto de la OARS en sí mismo es sorprendente. En un contexto en el que el acceso a la justicia es complejo, se da asesoramiento gratuito y de calidad, ¡y lo dan alumnos! Ha sido chocante ver el bien que puede llegar a hacer una universidad en su entorno y el aprendizaje recíproco de los alumnos y las personas que buscan asesoramiento. Si tuviera que elegir lo que más me ha marcado, diría que ha sido trabajar en los consultorios. Especialmente en el de San Juan de Lurigancho, un barrio muy duro de Lima donde se tratan básicamente temas de filiación y pensiones de alimentos para madres en situación de vulnerabilidad y donde se colabora con la fundación Taller de los Niños.

Edu: Tal y como dice Marta, creo que el elemento más sorprendente de todo el proyecto ha sido la participación en los consultorios, específicamente el de San Juan de Lurigancho. El hecho de interactuar directamente con las personas vulnerables e intentar buscar una solución a los problemas que presentan es una situación en la que nunca nos habíamos encontrado, y creo que es lo que más impacto nos ha provocado.

“El elemento más sorprendente de todo el proyecto ha sido la participación en los consultorios”

Marta: Sí! Hemos tenido la suerte de poder participar bastante de la vida universitaria de la Facultad de Derecho de la PUCP, que está viviendo cambios importantes. La segunda semana ya pudimos ir a una asamblea con el decano, los profesores, los miembros de la facultad y los alumnos, en la que se debatieron temas de acoso y violencia de género en las prácticas y en la misma facultad. A raíz de esta reunión, que nos sorprendió por su horizontalidad y por las ganas por parte de los alumnos y de la facultad de cambiar las cosas, todas las oficinas, incluida la nuestra, tomaron medidas y pudimos participar también en el seguimiento de estas tareas.

Edu: En términos generales, muy positivamente. Desde el principio, el recibimiento fue excepcional y el contenido de la pasantía ha estado de acuerdo con nuestras capacidades; nos han sacado lo mejor de nosotros. Además de la parte académica, cabe destacar las vivencias en Lima, los viajes que hemos podido hacer para conocer otras partes del Perú, las amistades (incluso entre nosotros dos, ya que no nos conocíamos antes del viaje), etc. Han sido dos meses realmente completos, difícilmente mejorables.

Sobre la duración, sí creo que es suficiente como para que se pueda aprovechar; pero lo cierto es que acaba "sabiendo a poco". Después de las primeras semanas de formación para conocer el ordenamiento jurídico, cuando por fin consigues las herramientas para desarrollarte, te das cuenta que se acaba la pasantía. Por lo tanto, sí creo que es suficiente; pero ojalá pudiera durar más.

“Desde el principio, el recibimiento fue excepcional y el contenido de la pasantía ha estado de acuerdo con nuestras capacidades”

Marta: Como dice Edu, la universidad, el trabajo que hemos llevado a cabo, el feedback que hemos recibido por parte de toda la gente fantástica y comprometida que forma parte del OARS... Todo ha sido magnífico. Nos podríamos haber quedado con ello, y ya sería una experiencia única; pero creo que lo que me llevo va más allá. Hemos visitado cada rincón de Lima y todas las zonas del Perú que hemos podido, y hemos conocido gente increíble. Nuestro día a día ha sido una locura marcada por el "se nos acaba el tiempo", lo que ha resultado ser fantástico, porque de verdad creo que lo hemos aprovechado al máximo. Me voy muy contenta.

“Nuestro día a día ha sido una locura marcada por el se nos acaba el tiempo"

Edu: Sin duda. Personalmente, estoy seguro de que se trata de una de las experiencias más enriquecedoras que he vivido hasta ahora. La posibilidad de vivir dos meses en un país diferente, con tantos elementos culturales y sociales diversos, de convivir con gente de allí y poder poner en práctica nuestros conocimientos para generar un impacto positivo en la sociedad de acogida, de conocer cara a cara las diferentes realidades de una ciudad tan poliédrica, te obliga a cambiar tu manera de entender el mundo, tal como lo habías conocido hasta este momento.

Marta: Totalmente. Han sido unas prácticas inmejorables. ¡Pero nos llevamos mucho más! Ver de primera mano los efectos de la corrupción generalizada, del machismo, de la desigualdad social, del rechazo al diferente; y trabajar con personas que dedican su vida a luchar contra todo esto, te enseña mucho. Creo que la oficina donde hemos estado trabajando quiere realmente tener una incidencia en relación con estas cuestiones, y lo está consiguiendo. Haber podido participar en un proyecto de este tipo diría que es provechoso para todos los aspectos de la vida.

“Haber podido participar en un proyecto de este tipo es provechoso para todos los aspectos de la vida"

Edu: Hay que decir que hemos tenido que desarrollarnos en un ordenamiento jurídico distinto al nuestro, por lo que el primer paso ha sido conocer en profundidad este ordenamiento. Una vez conseguida esta formación, la posibilidad de trabajar con casos reales, hacer su seguimiento, atender directamente las personas que acudían a solicitar asistencia, preparar las demandas y acompañar a los juicios, ha hecho que el aprendizaje fuera muy más efectivo, no sólo en cuanto a conocimiento jurídico, sino de habilidades que son necesarias para nuestra carrera y nuestro futuro laboral.

Marta: Nuestra estancia ha estado marcada por el debate continuo: sobre el derecho peruano e internacional, la inclusión social, el trato a colectivos como el LGTBIQ + o las personas con discapacidad, y todo, todo, con perspectiva de género. Esto también me ha sorprendido mucho, más que nada porque no me lo esperaba. Ha sido, para mí, lo más enriquecedor de toda la experiencia.

“Nuestra estancia ha estado marcada por el debate contínuo. y todo, con perspectiva de género”

Edu: En general, creo que el concepto propio de oficina académica de responsabilidad social es interesante en sí mismo. Desde la UPF se promueven diversas iniciativas en este ámbito a diferentes niveles, tanto desde los órganos de gobierno, pasando por el SACU y finalizando en el tejido asociativo. Sin embargo, pienso que en la Pompeu Fabra no existe una estructura propia con una filosofía similar a la de la PUPC, como una universidad que forma parte de una sociedad de la que se puede aprender, al tiempo que se podría (quizás debería) brindar un servicio a esta misma sociedad que la financia.

En este sentido, y pensando específicamente en el área de derecho, la creación de una oficina de responsabilidad social que trabajara dando asistencia jurídica a personas sin recursos sería una gran oportunidad, tanto por el beneficio social que generaría como por la oportunidad que supondría para jóvenes abogados (estudiantes de máster, doctorandos, etc.) para coger experiencia en el mundo del litigio y la asesoría. También sería útil para estudiantes que, a través del voluntariado, podrían establecer un primer contacto con la realidad jurídica. Creo que todas las ideas y los proyectos que conforman la OARS y, particularmente, los consultorios, podrían ser introducidos en la UPF.

“Creo que todas las ideas y proyectos que conforman el OARS podrían ser introducidos en la UPF”

Edu: Lima es una ciudad muy diferente a Barcelona en todos los aspectos posibles, tanto para bien como para mal. No creo que nadie pueda vivir unos meses en esta ciudad y quedarse indiferente. El tráfico, el ruido, el cielo perpetuamente gris (vimos el sol tres días durante toda nuestra estancia), el transporte público, etc., son elementos que, aparentemente, tienen un carácter negativo, pero que al final se entrelazan creando una ciudad hermosa en su propia forma, con sitios emblemáticos como Barranco, el centro histórico o el Muelle de Miraflores.

Es una ciudad de contrastes, con sus clases sociales, su gastronomía y su gente. Después de todo, como todas, es una ciudad en la que hay que vivir para poder empezar a conocerla. En cuanto a la sociedad peruana, no creo que podamos hablar de ella como tal. Creo que hay dos "Perús": por un lado, Lima, y ​​por otro, el resto, allí conocido como "Provincias". Y en esta dicotomía encontramos también dos sociedades muy diferentes, aún en proceso de encontrarse y conocerse.

“No creo que nadie pueda vivir unos meses en Lima y quedarse indiferente”

Vídeo elaborado por la Faculdad de Derecho de la PUCP en que los dos estudiantes de la UPF explican su experiencia